Mi abuela Carmen decía junto con otras abuelas que no hay peor vaina que darle “hojilla a un mono”, y en la época de la esclavitud, siempre se buscaba a un negro para que fuera el que controlara a su gente, o mejor dicho se buscaban a un mayoral, el mayoral era el negro, el hermano de sangre que latigueaba, chismeaba, jodía a su propio hermano pues el status o poder que le “otorgaban” los invasores le daba la potestad para ser servil, jala bola, adulador de su propio opresor.
Esa cultura se quedó en el pueblo, y sobran los cuentos en que gente que viene haciendo trabajo social, cuando le muestran el olor de un cargo, traiciona al hermano, o a su grupo, lo persigue, lo latiguea, pero también sucede que quien le ofrece el cargo hace el ejercicio del opresor y busca a sus mayorales para que le sirva a sus intereses perversos.
Es mas la administración del gobierno esta llena de mayorales bozaluos, que son llamados y condicionados, así como también con” licencia para matar como dicen los dichos por ahí”, y en nombre de una fulana “confianza” “respeto” se llevan por los cachos cualquier historia de lucha, trayectoria, o vida colectiva construida, y denigran de nuestros espacios y hasta tienen el tupé de calificarnos de vagos, flojos, irresponsables, cabareteros, y pare usted de contar.
¡Ya basta! que permitamos estas aberraciones, identifiquemos a los mayorales de la burocracia sentada y arrellanada, calienta puestos, que no saben de la vida y se la pasan de chisme en chisme jodiendo al pueblo colectivo y trabajador, laborioso y amante de la revolución, y de paso los despiden porque no son de confianza!!!! Y por ultimo se llaman defensores de la revolución…
Al que le caiga que lo chupe.
Movimiento Pedagógico Revolucionario
mirnasojo2@gmail.com