Lo que se pudiera hacer

Dados los resultados económicos y sociales que enfrenta el actual gobierno en sus 10 años de ejecutoria, sugiero el siguiente Plan B.

1 Eliminar el control de cambio y dejar flotar el bolívar fuerte.

Como resultado, volverá la confianza de los inversionistas extranjeros y nacionales, y los dólares, en lugar de fugarse al exterior, como ocurre en la actualidad, regresarán al país. La competencia que se originará por la libre adquisición de los productos importados controlará la inflación galopante en estos rubros, producto del valor actual del dólar en el mercado paralelo y mejorará el abastecimiento de vehículos, repuestos, alimentos, textiles y otros rubros escasos. La burocracia y la tentación de la corrupción asociada con el control de cambios y el anclaje del bolívar fuerte, disminuirán drásticamente, pudiendo el gobierno dedicar esa inmensa cantidad de dinero a la inversión productiva y el gasto social. Sugiero, controlar la importación de bienes superfluos a través de impuestos aduanales que no estimulen esta actividad. Los vivos de siempre, que se han enriquecido producto de estas prácticas económicas, perderán la teta.

2 Privatizar todas las empresas industriales y de servicios en manos del Estado excepto PDVSA, Edelca y Ferrominera Orinoco.

En la medida que vuelva la confianza de los inversionistas, como resultado de la medida número 1, será posible encontrar inversores para Sidor y la industria del aluminio, CANTV. Electricidad de Caracas, empresa de alimentos, cementeras, etc. que actualmente producen gigantescas pérdidas al Estado y cada día están en peores condiciones. Como resultado, los trabajadores de esas empresas, que actualmente sufren por la falta de recursos económicos de sus empleadores, contratos colectivos congelados y pocas posibilidades de crecimiento, mejorarán drásticamente. La enorme cantidad de dinero que se ahorrará el Estado podrá ser usado en inversión productiva y gasto social. La corrupción galopante que todos denuncian en esas empresas se acabará y los servicios públicos asociados mejorarán inmediatamente. La recaudación de impuestos nacionales y municipales aumentará sustancialmente con la consecuente mejora en los servicios que prestan los entes públicos. La gran masa de trabajadores desempleados producto de la privatización será absorbida por la industria privada que crecerá rápidamente creando nuevos puestos de trabajo.

3 Paralizar la expropiación de tierras productivas por parte del INTI e incentivar la producción agropecuaria a través del sector privado, incluyendo a los campesinos emprendedores.

La agricultura y la ganadería son empresas que requieren un gran sacrificio personal, tanto de los dueños del negocio como de sus trabajadores, por lo tanto no será una actividad eficiente sin un estímulo adecuado, nadie se va a levantar a las 3 de la mañana a ordeñar ganado sin una remuneración adecuada o un retorno saludable de la inversión. El gobierno debe proteger al inversionista y motivarlo, pero también debe identificar al campesino emprendedor y ayudarlo a independizarse y crear su propio negocio agropecuario, esa es la función del Estado. No cualquier campesino puede ser un empresario, pero debe protegerse al que no pueda o no quiera a través de salarios dignos y condiciones de trabajo estimulantes. En la vida siempre habrá empresarios y trabajadores, sea cual sea el régimen político que rija un país. Ya sea el Estado o los particulares quienes posean los medios de producción. En los rubros de alimentación básicos el Estado en todas partes del mundo ejerce gran influencia a través de subsidios directos e indirectos, pero los controles de precios solo traen escasez y eso lo podemos ver en Venezuela en la actualidad y en el pasado. Como resultado el país se encaminará hacia el autoabastecimiento alimentario, se reducirá la burocracia y la potencial corrupción que involucran los controles estatales rígidos, se eliminarán importaciones y se podrá dirigir ese dinero a la inversión productiva y el gasto social.


3 Se debe llegar a un acuerdo con las universidades , las clínicas privadas, las compañías de seguros y los bancos para reformar el sistema de salud

Si se aplican las medidas 1 y 2 anteriores, habrá suficiente dinero para invertir en las mejoras del servicio de salud popular, pero si lo hace el Estado directamente puede resultar ineficiente, co o ha ocurrido con barrio adentro, una buena idea mal ejecutada. Por lo tanto la experiencia de las clínicas privadas y el capital de los bancos y las empresas de seguros pueden ser utilizados para mejorar sustancialmente los servicios médicos en general. La salud debe ser gratuita solo para los indigentes y desempleados crónicos, pero todo el que pueda pagar algo debe pagarlo, todo el que pueda pagar una póliza de seguro médico debe contratarla por ley. Las empresas grandes y medianas deben asegurar a sus empleados por ley. El monto que cada una pueda asegurar dependerá de su capacidad económica pero algo debe hacerse en ese sentido. El gobierno deberá subsidiar solo aquella porción que no pueda ser cancelada por los verdaderamente necesitados. Si se entrega la gerencia operativa y la administración financiera de los grandes hospitales públicos al sector privado de la salud, apoyados por las universidades, el gobierno municipal correspondiente, la empresas de seguros y las colegios de médicos, la salud gratuita de la cual gozan los vivos de siempre en detrimento de los mas pobres se acabará y esos recurso podrán ser utilizados en la mejora del servicio y en nuevos hospitales. La burocracia se reducirá y la potencial corrupción disminuirá drásticamente, porque el sector privado impedirá el robo de material médico en los hospitales y el tráfico de influencias que campea en esas organizaciones públicas. Pero lo más importante le cobrará lo adecuado a los que pueden pagar y se instalará un servicio de crédito para los menos favorecidos. ¿Porque si alguien puede comprar un carro a crédito después quiere servicio médico gratis en detrimento de los que verdaderamente no pueden pagar nada?

4 Se debe reformar el sistema de distribución de alimentos a las clases populares

Mercal y barrio adentro son excelentes ideas, pero en manos de la burocracia gubernamental no funcionan bien. La logística y los inmensos capitales que se requieren para cumplir las metas establecidas requieren de grandes incentivos, no basta con el sentimiento socialista, ningún negocio funciona bien sin ganancias apropiadas y Mercal es un negocio: compra y vende mercancías, tiene transportistas, vendedores, proveedores etc. Pero por que no entregarle este servicio al sector privado bajo estricta supervisión del Estado? Estoy seguro que las grandes cadenas de supermercados y las grandes cadenas de distribución de alimentos harían de Mercal un éxito, solo hay que fijarles las reglas del juego que son sencillas: Llegar a todos los rincones del País y precios más bajos que el de supermercados y abastos. El volumen del negocio será tan grande que el sector privado podrá hacerlo, cualquier diferencia pudiera ser subsidiada por el Gobierno, pero el ahorro en burocracia, corrupción y costos será tan grande que si el sector privado administra ese subsidio la comida de mucha gente verdaderamente pobre sería casi gratis y no como ahora que los Mercales están abarrotados de los vivos de siempre de Altamira y Lechería por nombrar solo dos espacios geográficos, y los precios de Mercal todos los días suben. Quien puede ser más eficiente que el sistema de distribución de Polar o la coca cola, de central maderense o el CADA? El Gobierno debería obligarlos a prestar ese servicio y ellos estaría encantados, los volúmenes de operación compensarían con creces sus costos más altos.


Si todo lo anterior se puede hacer y se debe hacer, no significa que el socialismo planteado por el Presidente Chávez haya fracasado del todo, por el contrario, si lo que se persigue es el bienestar de los mas humildes, de los obreros y de los empleados de menor jerarquía, entonces el socialismo habría triunfado a través de la unión del Estado, el pueblo y el sector privado. A eso debe propender el Gobierno no importa el sistema que se utilice, si uno fracasa total o parcialmente, es deber buscar la mejor opción alternativa, es decir el plan B. Imagínense si se le quita a PDVSA toda la carga que se la echado encima, con buenas intenciones por supuesto, pero con malos resultado. PDVSA debe volver a lo que mejor sabe hacer, producir, refinar y vender petróleo y pagar impuestos al Estado par producir mejores servicios públicos y bienestar de la población.

El problema más grave que dicen los venezolanos tener es la delincuencia, es cierto, seguramente las mejoras sociales, el mayor empleo, y recursos para el control policial, producto de las medidas señaladas anteriormente, bajarán el índice delictivo radicalmente y por supuesto las encuestas indicarán un repunte en la popularidad del Gobierno. ¿Pero queda tiempo para eso?, bueno hay que comenzar ya.


Puerto La Cruz 18 de noviembre 2009-11-18

cjcarpio44@hotmail.com


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Carlos Carpio


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