Que bien sonaría la Tierra con un canto colectivo

A los 66 años del nacimiento de Alí, el canto sigue

El canto es una manera de escribir la historia, una forma de revelar y rebelarse. La música también reza, solidariza, educa. El canto constituye una expresión privilegiada: une, sintoniza, dice, siente, es vehículo de ideas, mensajes, sentimientos y compromisos. Bambucos, boleros, bossanovas, corridos, guajiras, huapangos, pasajes, porros, sambas, tangos y valses componen el colorido frescor musical de la liberación expresando penas, desesperanzas, rabias y cantos de trabajo; faenas de canto hondo por revueltas que anuncian amaneceres, vivencias de héroes o el traspié de algún traidor. Historias de luchas de liberación anticolonial, contra el esclavismo, tiranías y caudillajes registradas desde hace siglos en la poesía y el canto popular.

Se calcula que a la llegada del europeo la población indígena Latinoamericana ascendía a cuarenta millones. A principio del siglo XVI no quedaban más de doce millones. La visión de los vencidos, la del esplendor azteca revela los sentimientos y la saña por los años 1519-1521: “Los que estaban cantando y danzando estaban totalmente desarmados... A éstos, primeramente les dieron empellones, los golpearon en las manos y les dieron bofetadas en la cara y luego fue la matanza general de todos estos. Moctezuma les dice: -Señores nuestros, ¡basta! ¿Qué es lo que estáis haciendo? ¡Pobres gentes del pueblo! ¿Acaso tienen escudos? ¿Acaso tienen macanas? Andan enteramente desarmados!...Cuando llegó acá el capitán no fue recibido con guerra; en paz y calma entró aquí”

Con 180 hombres en dos años (1531-1533), se llevó a cabo la conquista del imperio inca. Pizarro y su compañero Almagro se enfrentaron con mecanismos de organización colectiva. Pizarro, que no deseaba se repitiera “la noche triste”, con una sola acción desmorona el Imperio. Ante el despliegue de fuerzas del Inca, el conquistador manda al padre Valverde a “dialogar” con Atahualpa. El misionero le ofrece la Biblia; el emperador inca observa los signos –para él misteriosos-, se lleva el libro a los oídos para sentir si emitía algún sonido, y, creyéndose presa de una burla, lo echa al suelo. El pretexto para intervenir es evidente: el infiel ha insultado la fe cristiana. Atahualpa es capturado y se pide oro para su rescate. El oro llega con profusión, pero igual el gran jefe termina en la horca, Atahualpa se ha callado con su pueblo por un tiempo. Vendrán otros Atahualpas.

Se institucionaliza la encomienda. El encomendero, tutor de estos “menores de edad” se compromete a enseñar al indio la religión católica y a instruirlos. A veces el indio saca provecho de su idioma y, bajo la apariencia de una plegaria, insulta a ese dios crucificado –impuesto por una cruzada y por una “tradición” que él no comprende- a quien llama con redundancia: Padre Santa Veracruz: “Cualquier nacido de madre/ vive en su tierra, en su casa/ Sólo yo, pobre exilado/ ni en mi casa ni en mi tierra. Padre Santa Veracruz, / dices que soy tu hijo./ pero si no tienes falo,/ ¿con qué me ibas a engendrar?/ Padre Santa Veracruz,/me dices que soy perezoso./ Tú lo eres más que yo:/ ¡estás durmiendo de pie! Padre Santa Veracruz./ dices que soy tu hijo./ Aquí me tienes, tu hijo/ ¿Qué dote me vas a dar?/ Te saludé ¡Buenos días! Como no me respondiste,/ te mandé a revolcarte con los cerdos”

A partir del siglo XVI aparece un nuevo elemento humano. Diezmada la mano de obra indígena, traen las primeras “piezas de ébano”. Nuevas voces, otros ritmos manifiestan su perdida condición humana para asimilarse a Los minerales: “Con los minerales vine/ con los minerales voy./ Ajé! Ajé! Je! Je!/ Me voy con los minerales”

La historia de los negros también abunda en rebeliones. Desde episodios de resistencia pasiva –muchos viajeros cuentan haberlos visto obligados a usar máscaras especiales que les impedían suicidarse comiendo tierra- hasta sublevaciones en masa como la de Palmares, en 1630. En esta localidad del noreste brasileño los negros esclavos constituyen un reino propio que llegó a tener más de veinte mil habitantes, que enfrentaron durante 64 años a los holandeses y portugueses. Venezuela también tuvo su Rey: El Negro Miguel. En Haití, la ira negra conllevó a envenenamientos masivos de amos; el “miedo a la comida” se mantiene hasta hoy. Los franceses con el nuevo siglo, emprenden la cruzada blanca contra Haití, en el correr de la cual serán decapitados o ahogados 60.000 negros. Los 70.000 franceses ahorcados por los haitianos no son más que la respuesta a las enseñanzas ofrecidas por Europa: “Aunque mi amo me mate/ a la mina no voy:/ yo no quiero morirme/ en un socavón/Don Pedro es tu amo: él te compró./ Se compran las cosas/ a los hombres, no! (4).Los negros llegaron al continente marcados a fuego con el carimbo, como las reses, pero trajeron sus ritmos y sus ritos: “El blanco derramó la lágrima del negro enseñándole a sufrir; el negro derramó las lágrimas del blanco enseñándole a reír, a saltar, a bailar...Y el blanco todavía hoy, baila lo que le enseña el negro, cuya misteriosa influencia le recrea”.

Hace apenas siglo y medio que quedó abolida la esclavitud. En Perú el gran mariscal Castilla decreta la libertad de los negros y éstos celebran el hecho con un festejo: Mi compadre Nicolás: “Cuando de Lima llegó/ mi compadre Nicolás/ nos dijo en alta voz:/ ¡negro, todo’a descansá/ Si nos quieren engañar/ para hacernos trabajá/ ¡Yo no trabajo más! ¡yo ahora vo’ a descansá! (Festejo, del folklore peruano, 1854).

Los que habían tenido que jurar obediencia a un Rey distante e invisible empiezan a tener conciencia de su nacionalidad. Surge la Carmañola americana y su canto de libertad: Recitado: “Yo que soy un sin camisa/ un baile tengo que dar/ y en lugar de guitarras/ cañones sonarán. (Cantado) Bailen los sin camisa/ y viva el son del cañón. Si alguno quiere saber/ por qué estoy descamisado/porque con los tributos/ el Rey me ha desnudado/ Bailen...”.

La canción sigue su curso, es la manera para que un pueblo analfabeta comprenda las ideas que no puede leer. Se producen “independencias” que no son más que cambios de amo. De los españoles a los ingleses, de los ingleses a los gringos. Las grandes riquezas que explotar o la posición estratégica de las nuevas naciones despiertan la codicia de las potencias extranjeras. Los ingleses implantaron las redes de comunicaciones sólo en función del drenaje de los productos y según los lugares de embarque. Los norteamericanos imponen el monocultivo, materia prima barata mientras venden a elevados precios sus manufacturas: “’ta llegando gente al baile/ desde el norte y de la Uropa/ Recién se larga este siglo/ recién se cabrió el hispano/ y ya llegó gente al baile./ Me tinca que es el cobre/ el que los tira/ o el petróleo el que tienen/ puesto en la mira/ El que les tira, ay sí,/ y que le entregamos/ y es la sangre perdida/ la que olvidamos/ Nos tumbaron el pingo/ ¡Ya llegó el gringo!).

Empiezan nuevas luchas: México con su carabina treinta- treinta. En 1910 México da al mundo la primera revolución social del siglo, bajo las consignas de justicia social, libertades públicas y educación popular. Latinoamérica arde en canto y silbido de balas. Año 1956, Nicaragua, presente la tengo yo: por andar de muy tirano/ Tacho Somoza murió/(Corrido, letra de origen popular nicaragüense parodiando a la del corrido mexicano “Rosita Elvírez) .

Siguen las luchas y sus canciones, con salto a Venezuela en 1955; una revista neoyorkina hacía este comentario: “Con unos 3000 millones de dólares invertidos en Venezuela, no es nada extraordinario que el presidente Eisenhower llegó a acordarle la Legión del Mérito en el grado de Comandante en Jefe, la más alta condecoración que pueda concederle EUA a un extranjero. El pueblo de Venezuela que llama a Pérez Jiménez “el cochinito” glosará una canción de la guerra civil española para insultarlo sin adverbios de ninguna especie: “La mujer del cochinito/ pum purubum purubum bum bum/ no cocina con carbón /!ay Carmela, Ay Carmela!/ Pues cocina con petróleo/ que le da al yanqui cabrón/ ¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela!

Llega 1959, con la revolución cubana y Carlos Puebla resuena por valles y montañas. La lucha guerrillera se implanta en Latinoamérica. En Venezuela, a medianos de 1962, los focos guerrilleros de Falcón, Lara, Portuguesa, Sucre, Miranda, se van extendiendo por vastas zonas rurales. Entre los campesinos de Humocaro Alto circula la leyenda de que Argimiro, pintor, poeta y guerrillero, hijo del general Gabaldón –que se opusiera al tirano Gómez- está vivo: cuentan que le acaba de “ordeñar” su pistola a un traidor que venía a matarle, lo ven pasar, le han dado de comer, le creen el autor de la última emboscada. Sin embargo: Murió Argimiro: “Dio la noticia el gobierno/ -el pueblo no la creía/ que el comandante Carache/ en reunión que asistía/ un tiro que se escapó/ le había quitado la vida/. Cantos campesinos, corridos como el del “Gavilán”, José Díaz y el imaginario Juan Bolívar, que representa la designación simbólica del jefe de las guerrillas venezolanas: “Al pueblo de Venezuela / le está llegando la hora de alzarse con la bandera/ de Bolívar y Zamora/ Comandante Juan Bolívar/ el gallo anunció la aurora/ ta’ empezando la pelea/ ¡Oiga la ametralladora!/. Suenan nombre de cantores de cuatro y fusil: Joel Linares, Antonio Aguilar, Ramoncito París, Germán Rivero. En el occidente y el centro se le canta con el nombre de Fabricio Ojeda, capturado y asesinado en junio de 1966: “Fue un 21 de junio cuando se oyó la noticia/ que el bravo Fabricio Ojeda se había suicidado él mismo/ el pueblo sabe muy bien que lo mató el adequismo/ (“Guerrilla in questo momento” Disco de las FALN producido en Italia).

En 1963, durante las elecciones que llevan al poder a Raúl Leoni -mientras Betancourt maniobra al país desde el exterior- hay más de tres mil detenidos políticos. Los himnos son canciones para elevar la moral en los calabozos: “Cuando no haya injusticia en el mundo/ cuando triunfe la revolución/ los que hemos estado entre rejas/ construiremos un mundo mejor/!Vivan las FALN! ¡Vivan las FALN!. En octubre de 1965 desaparece Alberto Lovera, profesor y ex senador. La digepol, dirigida por Patiño, cuyo reparto de torturas está a cargo de Vega, no puede seguir simulando inocencia, cuando aparece en una playa de oriente, el cadáver de Lovera: “Apareció en Lechería/ el cadáver de Lovera/ un luchador de primera/ que por la patria moría/ Peleaba con valentía/ por su suelo soberano;/ por el bien de sus hermanos/ su vida la consagró/ y así la muerte encontró/ en manos de sus tiranos/.

En 1964 el PC venezolano se adapta a la política de “paz democrática” y se presenta en las elecciones del 68 con las siglas de UPA, Unión Para Avanzar; desde la isla del Caribe le responde Fidel: “¡Urgencia Para Acomodarse!”... “Algún día tal vez el pueblo venezolano les exija cuentas de los millones que recogieron por el mundo en nombre de un movimiento guerrillero al que dejaron abandonado, al que mantenían privado de ropas, zapatos, comida, de las cosas más elementales y al que por último han acusado y atacado sin escrúpulos”.

Con la política de pacificación y el llamado proceso de cuestionamiento del MIR, se legalizan los dos partidos de izquierda. En esa época Alí Primera saca su primer LP semi-clandestino (PCV) con las canciones “Yo vi llorar un viejo”,” Viva la estrella roja”, Ho Chi Minh, etc., luego aparecen algunos 45 con las canciones de Carlos Bello y José Uribe, primeros estudiantes muertos en Mérida en el gobierno de Caldera. Posteriormente los grupos del llamado Movimiento Revolucionario (OR-PRV) intentan salir del aislamiento bajo el lema: “Dos patriotas son ya un núcleo revolucionario”, y con algunos intelectuales logran realizar el Congreso Cultural de Cabimas. Se refuerza la producción sobre la teoría de la dependencia y las ideas en torno al Partido Proletario. Se inaugura una época de “volver a las masas”, diferentes grupos culturales se forman en los barrios, los grupos de teatro y las tomas de autobuses corean las canciones de Alí, el “O Bella Ciao”, y “Que la tortilla se vuelva”. Florece la “Canción protesta” de Alí Primera y Soledad Bravo, cuando era brava. Era también la época de esplendor del Rajatablas y su cantor Xulio Formoso quien musicalizó poemas de A. Miranda, Farruco y C.E. Ferreiro en su LP-13-83.

La década de los 70 también se caracterizó por la llegada de una gran cantidad de exiliados provenientes del cono sur, huyendo de las dictaduras militares y su política de desapariciones; Venezuela otorga asilo a estos perseguidos; con ellos se empieza a escuchar y a valorar el canto de Alfredo Zitarrosa, Mercedes Sosa, Daniel Viglietti, los Quilapallú, Ángel e Isabel Parra, Víctor Jara, los Guaraníes, de los cuales se nos incorporan estilos y ritmos.

El naciente fenómeno cultural que se da en algunas regiones del país, es un movimiento con ciertas características autónomas que se va fracturando en la medida en que las llamadas direcciones revolucionarias toman para sus necesidades a sus cuadros más destacados. Se funda el Movimiento Aquiles Nazoa con diferentes artistas populares y donde sobresale Gloria Martín de tendencia douglista. Alí Primera rompe con el PC y empieza a dar conciertos con el naciente Movimiento Al Socialismo para posteriormente radicalizar su posición hacia el apoyo de la Liga Socialista y por la libertad de David Nieves. De su “canción panfletaria” va pasando a una poesía más depurada y sugestiva. Inicia un movimiento en torno a la nueva canción en unidad con el pueblo: los CUP, organización en embriones que lo vio morir; en este tiempo actuaba con sus compañeros y grupos como la Chiche Manaure, Grupo Ahora, Los Guaraguao... Con su muerte viene un receso y un nuevo relevo se incorpora. Se producen algunos festivales de la Canción Bolivariana: sobresalen: el Gordo Páez, Goyito Yépez, Carlos Ruiz y el hermano de Alí: José Montecano. Surgen nuevas influencias con la Trova cubana y la música brasileña, y con ellas la capacidad de musicalizar la prosa poética. Cada tiempo tiene un sonido.

En esta nueva era se conforman otras características, es la época de la globalización, del poder financiero, de la exclusión y las grandes migraciones del sur al norte en busca del paraíso que han vendido y que junto a la revolución tecnológica, la destrucción de los Estados Nacionales crea despoblamientos, reconstrucciones y reordenamientos, es el fin de la “Guerra Fría” y el comienzo de la IV Guerra Mundial. Una pesadilla errante, una rueda de terror gira por todo el mundo con millones de emigrantes: son los “sin papeles”. Los nuevos estilos de denuncia son a través del rock, convirtiéndose en Francia en un fenómeno de masas, se llaman Mano Negra, el nombre emblemático de una organización anarquista en el sur de España el siglo pasado. Una de estas composiciones es una balada romántica sobre la rebelión desde una perspectiva global, se llama: Clandestino: “Solo voy con mi pena/ sola va mi condena/ correr es mi destino para burlar la ley/ perdido en el corazón de la gran Babylon/ me dicen el clandestino por no llevar papel/ pa´ una ciudad del norte me fui a trabajar/ mi vida la dejé entre Ceuta y Gibraltar/ soy una raya en el mar fantasma en la ciudad/ mi vida va prohibida dice la autoridad/ solo voy con mi pena sola va mi condena/ correr es mi destino por no llevar papel/ perdido en el corazón de la grande Babylon/ me dicen el clandestino yo soy el quebra ley/ mano negra clandestina/ peruano clandestino/ africano clandestino/". En esta época también se produce cierto desdibujamiento en las canciones de Alí, por obra de la industria cultural y el mercado.

Luego de la llamada “década perdida” surgen pausas. El “fin de la historia”, la “muerte de las ideologías”, la caída del muro, la perspectiva tecnocrática, el brillo del mercado opaca la esperanza utópica. Sin embargo, frente a la deserción y el pesimismo: había que seguir cantando. En el interior del país numerosos cantores de apellidos silvestres enarbolan los sueños y las utopías. Durante toda la década de los noventa se realiza cada año el Día Internacional de los Sueños, agrupando numerosos cantores y poetas de diferentes regiones del país y que se dan cita, el primer sábado de agosto, en un estado distinto de la geografía enarbolando nuevas canciones que van desde las respetables canciones de Alí, pasando por la Nueva Trova, poemas musicalizados, música urbana y experimental. En esta etapa sería muy sectario no mencionar otros esfuerzos, con los que se estableció coordinaciones culturales fraternales: El Ateneo Itinerante de Antimano, la gente de San Diego, “Los amigos de la Música” de San Mateo, gente de Ocumare del Tuy, Caricuao, el 23 de enero, La Vega, fueron siempre referencias. Entre estos grupos musicales y cantores de Sueños, se destacan por su constancia y profesionalismo: el grupo IVEN, el grupo Tranvía, la Banda de Valerio, la música experimental de Wilmer Coello, los cantores: Pedro Luis Ruiz, Anuski Montilla, Rafael Gómez, Simón Cañizález, Yurimia Boscán, y otros que escapan, quienes junto a poetas, actores y artistas plásticos acompañaron a este colectivo. El Proyecto Sueños, reivindicó la utopía por 10 años cuando muy pocos se atrevían al canto social, conformando nuevos estilos y agrupaciones. Desde el 2000 aparecen nuevos relevos cantoríleros: Aguasalá, Andrés Ivanchesco, Pinky, Centauro, José Alejandro. Hoy se hacen esfuerzos por nuclear en torno a los nuevos procesos a los cantores y a otras disciplinas artísticas por un movimiento cultural autónomo y autogestionario. Se crean redes por lo posible, para que el canto no se pierda, ni sea cooptado por la burocracia cultural.

pompiliosanteliz@hotmail.com


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Rafael Pompilio Santeliz

Doctor en Historia. Profesor de la UBV. Trovador, compositor y conferencista. Militante de la izquierda insurreccional desde el año 1963. Presidente de Proyecto Sueños Venezuela en el estado Miranda y Vicepresidente de la Fundación Gulima, Radio comunitaria en San Antonio de los Altos.

 pompiliosanteliz@hotmail.com

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