¿Qué nos trajo el Niño Jesús a los venezolanos durante el 80 y 90?

a Tomàs, Grecia, Isabel, Carol y Pablo

En lo macro-social y macro-económico nos trajo un cuadro que eufemísticamente nos presentó la CEPAL (y buena parte del resto de los “institutos internacionales para el progreso”), como un pelado y superable par (temporario) de “décadas perdidas para el desarrollo”.

En lo personal me dejó la muerte de un hermano, (por acorralamiento económico), el asesinato, un 27 de febrero del 89, de una compañera del centro de estudios de Letras, (Yulimar Reyes) y el lánguido corrimiento ideológico en la praxis individualista de derechas de gran parte mis compañeros de primaria, bachillerato y universidad.

En lo macro-histórico nos dejó a tantos el sabor en los labios del más amargo y agudo resabio a descalabro, a sangre, a acogotamiento, a cacería, a paliza.

La peor y más inolvidable experiencia de tunda de los últimos 500 años.

¿Será que ganaremos un día recuperarnos?

En el plano micro-histórico-personal me legó el recuerdo de casi que todos mis hermanos teniendo que salir a trabajar antes de terminar bachillerato o los semestres introductorios de universidad.

Trabajar en lo que fuere: armando motores de vehículos o interruptores eléctricos en terrazas, canturreando bodas, mercadeando enciclopedias, inmuebles, persianas, cursos o vasijas; o facilitando clases en patronatos de tercera por grotescos treinta bolívares la hora.

En el plano ideológico-nacional nos dejó marcados a fuego a casi todos con un relato de cuartos cerrados con candados, cerraduras y rejas en cada puerta, y broqueles para resguardar las pertenencias del resto de vecinos habitantes de la casa-patria.

En mi plano personal/ familiar fue lo mismo, sólo que aderezado de recuerdos de héroes de adolescencia, adictos a toda la imaginería de Fidel, el Che, la nueva trova y Rubén Blades, pero que a la primera instigación de su historia se abalanzaron sobre coches, piscinas y rapideces.

Un Renegado CJ7 es para mí la mejor metáfora de esos agitados, vertiginosos, urgentes pero lentísimos (y ojalá borrables) años de felpa.

Producto de un apuro (diríase que capitalista) por llegar a donde era imposible hacerlo en ese tiempo, un día de diciembre este Renegado CJ7 recién lustrado se volcó en la carretera Caracas/ Maracay con su único pasajero.

El piloto-país se salvó.

La casualidad, la providencia divina o cierta omnisciencia hospitalaria lo rescató a casi que última hora.

Pero por allí cuentan cuán maltrecho y aturdido…

Él quedó.

Muchos --si no todos-- quedamos.

No aplica aquí la enseñanza de Gardel:

Veinte años de culto globalizador, cultura de rapiña, individualismo, vivianismo, darwinismo social, cacería y paliza… cómo pesan.


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Luis Delgado Arria


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