Bono de corresponsabilidad y formación: Una desgracia

Que desgracia tener que depender de un puto bono del gobierno. El salario de un trabajador venezolano depende en su configuración y su efectividad de la discrecionalidad de un gobierno que ni pendiente de sus necesidades más imperativas como lo son la comida y el transporte, la movilidad y la alimentación pues. Mientras Nicolás Maduro anda por el mundo ofreciendo un mercado laboral esclavo, que por cierto, es lo único que puede ofrecer, los trabajadores están pasando todo tipo de penurias. Alta inflación con salarios verdaderamente miserables. El paquetazo de Maduro hay que detenerlo como antaño se detuvo el de Carlos Andrés Pérez que a la comparación aparece como un niño de pecho. Maduro no aumento los salarios en mayo y ya vamos para dos años sin ajuste salarial. Pero lo más grave es que bonifico los salarios y los puso a depender de la discreción de un gobierno insensible a las calamidades de la gente. Mientras ellos seguramente, comen, duermen en habitaciones de hoteles cinco estrellas con una comitiva numerosa que no más que chulos indecentes e insensibles a las necesidades ajenas, la gente debe conformarse con una bolsa de comida de mala calidad y de baja cantidad. Vergüenza ajena dan los ofrecimientos de Maduro ante el mundo. Ni siquiera hablo de petroquímica, gas o petróleo, amén de la minería metálica o no metálica. Lo que se le ocurrió, fue ofrecer aguacates, que desgracia.

Hoy es 16 de septiembre y ni señales del bono de guerra económica como eufemísticamente lo llama esta desgracia de gobierno obrero. Ese fulano bono es parte esencial y representa aproximadamente el 70% del salario mensual de un trabajador promedio. A la fecha ni señales de su cancelación y una quincena escuálida que ni para pagar la factura de CANTV que crece y avanza a pasos de vencedores, alcanza.

Nicolás Maduro quiere paz, pero paz con hambre no dura. Ellos están abusando de la paciencia de la gente y la están llevando al límite de sus capacidades. Después no vengan con el fulano cuento añejo de la desestabilización. No queda de otra. No veo en el corto plazo otra opción. Al final, nos tendrá que llevar a la calle, más temprano que tarde, la pelazón de bolas y el hambre. El asunto será entonces darle forma a la protesta y encausarla cívicamente. Hacer como los transportistas, que sí tienen la sartén cogida por el mango. En EE.UU. los sindicatos del sector automotriz van a una paralización general por 40% de aumento salarial en dos años, el patrón les ofrece 20%. Nosotros acá, casi que en la miseria, en la esclavitud y somos incapaces de movilizarnos masivamente por un interés superior. Algo habrá que hacer y rápido porque el tiempo se agota.

Para los que creen que las cosas van a mejorar con un cambio de gobierno, les digo que se bajen de esa nube porque el gobierno obrero de Nicolás Maduro les sirvió la mesa al sector empresarial que es el que gobierna. Con este gobierno no hay vida y habrá que pelear, con otro, también. Es un asunto de clases sociales y de supervivencia. El estado de bienestar desapareció en las fauces del neoliberalismo Madurista y las prestaciones sociales están en la picota del gobierno. Es cuestión de tiempo nada más. ¿Si los aumento salariales son inflacionarios, porque no se detiene la inflación, sino ha habido aumento salarial en dos años? El sector empresarial en su demanda de mayores ganancias es insaciable y más si tiene un gobierno complaciente y servir. El único objetivo del gobierno es mantenerse en el poder, inclusive a pesar del bienestar de la clase trabajadora. Nosotros tenemos la última palabra.

Para los que no saben cómo es el asunto del sector público, se los explico rápidamente. El gobierno explota las miserias humanas con bonos que denomina de "CORRESPONSABILIDAD Y FORMACIÓN" son bonos absolutamente discrecionales que oscilan entre 50$, 100$, 200$ y hasta 300$ y más. Se los cancelan a los trabajadores y también se los quitan. Es un premio y a la vez un castigo para trabajadores serviles y jala bolas, para jefes, Directores y Viceministros de la administración pública. Funciona el fulano bono como el experimento de Pavlov. Es un condicionamiento clásico, así como lo escucha. Los que lo reciben deben latigar (darle látigo) al resto de los trabajadores que son condicionados, ya no con un bono, sino con una bolsa de comida. Así funciona la Administración Publica Nacional, Estadal y Municipal. El bono se lo pueden dar a un trabajador por algún favor, por jala bolas o por amiguismo. Así, dividen a los trabajadores en los que reciben el bono de la discordia, como yo lo llamo, y los que no, que son la mayoría. Inclusive existen diferencias entre las desgracias, de un ministerio a otro, en los montos y el contenido de las bolsas. Lo anterior es lo que no permite que haya unidad de la clase trabajadora del sector público. Estos bonos en dólares y pagados en bolívares lo hacen a través de la Plataforma Patria. A la final, los que hacen el trabajo, no reciben ningún bono, sino una quincena escuálida que no alcanza, ni para pagar el transporte público para trasladarse a su sitio de trabajo.

Es un mecanismo perverso de exclusión y de explotación de los trabajadores que los pone a pelear entre ellos mismos, creando profundos resentimientos. Es imperativo denunciar esta práctica maquiavélica que lesiona lo más sagrado que hay en un hombre: SU DIGNIDAD.

Ingeniero Alonso. J. Padrón. L.

Profesor- Gremialista

alonsopadroningenieriaucv@gmail.com



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