Una república inconclusa

Las formas de gobiernos de los países europeos prosperaron como un proceso de evolución endógena surgida de las propuestas o las prácticas, derivadas de las luchas o convenios que por muchos siglos fueron apareciendo para que los aristócratas llegaran o conservaran el poder. Así fue que uno de los primeros regímenes del viejo continente fue la monarquía, la cual fue tomando diversos carices según lo intereses de los adinerados. La historia no tiene la fecha precisa de las primeras monarquías. Hay referencia de algunos reyes que existieron en Mesopotamia (2900 a.C-2300 a.C) y en Europa, concretamente en Roma, en el año 410 d.C. En el espectro político de la monarquía se conocen diversas formas, que va desde la monarquía absoluta, pasando por la monarquía constitucional hasta la monarquía parlamentaria. Este sistema presidió y preside todavía en algunas regiones de Europa tal como España, Dinamarca Luxemburgo, Noruega, Países Bajos, Suecia. Reino Unido y Mónaco.

Además de la monarquía en Europa la historia registra otra forma de organización: el imperio, en este la autoridad recae en la figura del emperador quien ostenta el poder. Así mismo, se conoció en Europa el Consulado donde el poder lo ejerce el cónsul, tal como ocurrió en Roma y en Francia.

De acuerdo con lo anterior la Europa antigua, la medieval y la renacentista evolucionó sobre diversas formas de gobiernos hasta llegar a lo que se conoce modernamente como Republicas, surgidas de la Revolución Francesa (1789) y regida por la llamada democracia representativa protectora de los intereses de la alta burguesía y del capitalismo.

Lamentablemente la historia de Venezuela se conoce a partir de la conquista y de la colonización española, lo poco o lo mucho que se sabe de nuestra cultura ancestral la reseñaron los escritores españoles no sin la fantasía, los mitos y los intereses de los peninsulares. Ciertamente, la única crónica, referida de nuestra organización social, política y económica, se vincula a la figura del cacique, término hispano para denominar a quien ejercía el poder en nuestros pueblos originarios. Pareciera que la historia de aquellos seres no existió dado que la imposición de un régimen ajeno a la idiosincrasia aborigen hizo desaparecer todo vestigio de nuestra cultura ancestral. Borraron el idioma, la forma de organización social, la economía, la religión, la estructura familiar entre muchos de los rasgos de la Venezuela originaria. Así mismo, se cercenó de manera violenta e inquisitorial la posibilidad de la evolución social-política-económica, de nuestras poblaciones, tal como si ocurrió en la vieja Europa.

Durante 329 años los venezolanos vivieron los desmanes de un régimen autoritario monárquico, un sistema de castas que impuso la hegemonía de un grupo étnico sobre una mayoría de pardos, indios y negros esclavizados. A principio del siglo XIX surgen nuevos hombres liderados por los criollos mantuanos quienes anhelaban a tener acceso a los cargos y a los privilegios que solo ostentaban los peninsulares herederos de los conquistadores. Entre aquellos seres se destacó Simón Bolívar, quien al igual que otros blancos criollos estaban preparados académicamente e impregnados por el espíritu de la ilustración francesa del siglo XVIII y XIX. Por lo tanto la nueva forma de gobierno que aspiraban los nuevos próceres para Venezuela recibió la influencia de la democracia burguesa Francesa y de la constitución de EEUU.

Luego de 11 años de sanguinarias guerras, de devastación, de muertos y tierras arrasadas Venezuela logra romper el yugo que la unía con España y conforma lo que se conoció con el nombre de la República de Colombia, sustentada por la constitución de Cúcuta (1821) en cuyo articulado se protegía, en parte, los intereses de los mantuanos, a pesar que en dicho documento se promulgó la libertad progresiva de los esclavos. Esta Carta Magna fue derogada en el 1830 cuando por intereses personales y económicos desaparece la república de Colombia y de este rompimiento surgen tres nuevas naciones, entre estas el Estado de Venezuela.

Ciertamente Venezuela había logrado romper con el yugo que la mantenía atada a la monarquía española, pero la independencia se había conseguido a media. Lamentablemente no teníamos los hombres preparados, ni la tecnología, ni las riquezas necesarias para lograr una soberanía económica. Nos habían convertido en un país monoproductor y conservábamos los resabios de la vieja cultural colonial.

Evidentemente las sociedades no se detienen y avanza sobre sus errores, así lo hicieron y lo hacen las viejas naciones europeas. Esto mismo sucedió en Venezuela. Los hombres y los grupos económicos que la gobernaron fueron elaborando constituciones a su medida, de manera que se ajustaran a los intereses económicos de los latifundistas y, posteriormente, a los de los burgueses rentistas que gobernaron el siglo XX. Fue así que, de la Constitución Federal de los Estados Unidos de Venezuela de 1811 pasamos a una constitución del Estado de Venezuela en 1830. En el proceso de remozar la república se fueron elaborando nuevas constituciones, que en verdad protegían a la gente adinerada, muy lejos de la defensa y la protección de la calidad de vida de los excluidos. Fue así que durante casi medo siglo XX Venezuela se rigió bajo la égida de la Constitución de 1961 derogada en el 1999, cuando, resultado de una querella jurídica, mi comandante Chávez, después, de convocar a una Asamblea Constituyente se promulga en el año 2000 la Constitución de la naciente República Bolivariana de Venezuela.

Como se nota, ninguna nación concluye sus procesos políticos, son repúblicas inconclusas, inacabadas que avanzan de acuerdo con nuevas necesidades y por lo tanto hay que introducir reformas a sus cartas magnas. Bien lo entendió mi comandante Chávez cuando en el 2007, en el prólogo del libro "Ahora la batalla por el si", donde se transcribe su discurso de presentación del Proyecto de Reforma Constitucional ante la AN expresa: "Esta propuesta viene impulsada por una profunda convicción. Es el pueblo el que reclama mayor velocidad en los cambios, es el pueblo el que reclama que sigamos derribando barreras.

"Llamo a todo el pueblo al debate; desde hoy debe tomar las calles el gran debate de la Reforma Bolivariana que marcará el inicio de una nueva era".

Palabras de Hugo para llevar a cabo la reforma Constitucional en el año 2007 que lamentablemente no se llevó a cabo debido a las mentiras de la oposición y de un pueblo que se dejó manipular.

Así como EEUU y Europa evolucionaron para crear su modelo político y económico, los países suramericanos, incluyendo Venezuela, están en su derecho de buscar el modelo político-económico-social necesario para conquistar nuestra verdadera independencia económica y soberanía. Por esta razón la convocatoria a la constituyente es otro paso para que la quinta república avance en consonancia a un modelo socialista, a pesar de la guerra de los agentes externos e internos. Quizás por esto Simón Bolívar, conocedor de la naturaleza humana y un excelente visionario, le escribió a Santander: "Todos los demás, (refiriéndose a los hombres que lo acompañaron en la lucha) con más o menos patriotismo e intenciones, más o menos malos, se limitan a vegetar. Su único derecho es el de permanecer como ciudadanos pasivos… ¿No le parece, mi querido Santander, que estos legisladores, más ignorantes que malos, y más presuntuosos que ambiciosos, nos llevarán a la anarquía y a la tiranía, y finalmente a la destrucción?" Lee que algo queda.



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Enoc Sánchez


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