Venezuelan Apocalipsis Now

Un conocido español, de buena fe literalmente me preguntaba, intrigado: ¿Si es cierto lo que dices, es decir que Venezuela en general va por buen camino, ¿por qué Chávez y ahora Maduro tienen tantos enemigos?

Traigo a refrigerio esta cuestión pues me parece que la ofensiva total que libra el sistema capitalista mundial —y en particular el imperilismo estadounidense y sus pajes domésticos contra el pueblo de Venezuela— busca redituar esa sensación de animadversión contra Maduro y antes contra Chávez, tanto en el plano interno como en el internacional. ¿Por qué lo hacen?

El leit motiv de esta locución es: "Si tantos venezolanos estaban contra Chávez y ahora lo están contra Maduro, algo debe andar mal. Tantos venezolanos y sobre todo, venezolanos prominentes no pueden estar equivocados"

La operación lógico-discursiva subyacente es que un gobierno por definición debe gobernar en favor no de parte sino de todos los ciudadanos de un país, incluyendo los que han trabajado y trabajan activamente en contra de las mayorías de su propio país y en favor de países o intereses extranjeros.

Naturalmente esta operación pasa por alto adrede la naturaleza misma de la lucha de clases. Una lucha en la que las clases han estado y están históricamente enfrentadas a muerte. Y no porque los trabajadores asalariados o los condenados de la tierra lo hayamos buscado o querido. La lucha proletaria es por sobrevivir. Y luego por vivir y hacer vivir a las nuevas generaciones. Lo cual es el derecho fundamental y mínimo humano.

La clase capitalista y pro imperialista se enfrenta a muerte contra las mayorías históricamente despojadas de medios elementales de vida y realización. Y las mayorías históricamente expropiadas de los medios de sobrevivencia y de realización humana luchamos de mil modos por nuestro legítimo derecho a sobrevivir y a vivir con alguna dignidad. Nuestra lucha es contra una sanguijuela capitalista/ terrorista, devenida ahora inmenso alien neoliberal.

Así como Chávez no era meramente Chávez sino la concreción histórica dominante de un proyecto colectivo, hoy Maduro no es Maduro así a secas. La legitimidad de Maduro entraña la legitimidad de un modelo de lucha histórica primero contra el colonialismo y hoy contra el capitalismo en su fase ultra neoliberal. Así como en una primera fase el objetivo estratégico a destruir por la derecha global fue Chávez, ahora lo es Maduro. Por eso los infundios y juicios amañados contra él, su familia, sus ministros y sus colaboradores.

La ofensiva deslegitimadora contra Nicolás Maduro inició incluso desde antes de su toma de posesión. Recordemos que apenas fue designado vicepresidente en el contexto de la enfermedad y ulteriores intervenciones quirúrgicas de Chávez, Maduro fue vapuleado por los medios de desinformación y de ideologización dominantes como prototipo de todos los defectos y vicios imaginables.

No vamos a caer en la trampa de repetir la caterva de calumnias y descalificaciones lanzadas contra el Presidente Maduro pues sería hacerles el juego. Pero es clara la operación de linchamiento mediático, y de demonización y criminalización en curso. Así como lo hicieron con Chávez, ahora la derecha global e intestina exige para Maduro el trato humillante y bestial que le dieron a Gadafi.

El discurso destituyente

Pero acaso la operación más eficaz —y más maquiavélica— contra Maduro fue y sigue siendo posicionar por todos los medios la tesis según la cual "Maduro no es Chávez". El subtexto de esta operación mediático/ discursiva es que Maduro iba a revertir las políticas de inclusión social de Chávez.

A sabiendas de la inminente y grave depresión económica mundial y sus efectos sobre los precios del crudo, a sabiendas de los efectos de la explotación inmisericorde de campos petrolíferos mediante métodos de fracking, así como los efectos deletéreos de la guerra económica ya en curso, el objetivo fue desde un principio hacer ver a Maduro ante la población venezolana como el sepulturero de facto del legado histórico de Chávez.

En vísperas de una inminente ofensiva criminal y en 365 grados contra nuestra economía, nuestras instituciones, nuestra vanguardia política e intelectual socialista, nuestra cultura venezolana inclusiva, generosa y festiva, la política imperial contra Venezuela se planteó borrar de la faz de la tierra de Bolívar todo resquicio de dignidad, voluntad de lucha y sueño con una utopía humanista/ socialista a la venezolana.

Las célebres locuciones imperiales "haremos chillar la economía de Chile", o "pondremos a la OPEP de rodillas" fueron aliñadas con las mejores lecciones asimiladas de las decenas de guerras de baja intensidad ensayadas por el imperialismo estadounidense contra los pueblos más dignos del mundo. Toda la doctrina del Smart Power está siendo lanzada contra Venezuela.

Cuánta razón tiene el Presidente Nicolás Maduro cuando reconoce públicamente la épica hecha voluntad de lucha cotidiana por una gran mayoría de venezolanos y venezolanas, en su mayoría humildes o muy humildes. El pueblo sigue siendo el gran ejemplo e inspiración de la vanguardia.

El golpe perfecto…

Venezuela es hoy el conejillo de indias del sistema capitalista mundial y del imperialismo más ingenioso y perverso jamás visto. Es necesario decir esto pues de otro modo no se entiende por qué Venezuela sufre un proceso de profunda inestabilidad simultáneamente geopolítica, económica, social y cultural.

Tras ver fracasar, uno a uno, todos los esquemas de desestabilización antes aplicados contra países con gobiernos nacionalistas o pro socialistas en todo el mundo, ahora esgrimen un nuevo patrón de injerencismo que trabaja en todos los planos simultáneamente.

Caotización de la economía, de las relaciones sociales, incluyendo las relaciones familiares, caos de la producción, de la distribución y del comercio de bienes esenciales, caos de las instituciones políticas, ejecutivas legislativas, judiciales y finalmente, agitación y cooptación del mundillo militar.

Como demostró Marx, la división de poderes no es una ley natural ni un mandamiento sacrosanto. La división de poderes no es sino una forma histórica (y por ende alterable) de repartirse el poder la oligarquía, la burguesía ascendente y la iglesia.

En todo caso, toda forma o segmentación de poder nace siempre e inalienablemente del pueblo, de cuyo seno nace toda nueva forma de gobierno y de organización del Estado.

El mundo al revés en Venezuela:

Los medios de comunicación e información son transformados en medios de incomunicación y desinformación.

Los medios de producción son transformados en medios programados para el sabotaje de la fabricación, la distribución y la comercialización.

Los medios de construcción las relaciones jurídicas para el desarrollo y la convivencia del país (Asamblea Nacional) son transformados en medios para la profundización del subdesarrollo y para la instigación a desobediencia y la guerra civil permanente.

Finalmente, medios regionales para garantizar la democracia y el respeto interno e internacional de las leyes, como la OEA, son usadas para asesinar la democracia e irrespetar la constitución y las leyes fundamentales de los países. La OEA aspira hoy acuchillar incluso el objeto mismo de su propia carta fundacional.

Así estarán de desesperados por desvalijar todas las riquezas humanas, naturales, petrolíferas, gasíferas, auríferas, de materiales estratégicos y de biodiversidad de Venezuela.

Naturalmente, su plan es tomar el botín que es para ellos Venezuela. Pero antes tienen órdenes explicitas de perseguir, vejar, torturar y hasta asesinar a buena parte de los venezolanos que hemos militado, votado o respaldado alguna vez o de algún modo cualquier opción nacionalista, progresista o socialista.

Tabula rasa, caída y mesa limpia; y vuelta al protectorado o a la semi esclavitud de todo cuanto no sea Occidente, es la orden.

Caso de dudarlo, favor darse un paseíto por Irak, Afganistán, Yemen, Siria, Camboya, Laos, Vietnam, Colombia, México o Haití, entre otros.

La luz al fin del túnel

Caso de resistir exitosamente, Venezuela está destinada a ser un país inmensamente rico en bienes materiales y con un futuro de gran prosperidad no solo para los venezolanos sino para millones en el hemisferio.

En ningún momento el desarrollo y la prosperidad de América Latina y del mundo Sur en su conjunto dependió tanto de un país como ahora lo es de Venezuela.

Por eso NO nos han invadido.

Porque una guerra abierta para tomar Venezuela sería la declaratoria de una guerra mundial.

Necesitan primero confundirnos, desmoralizarnos, degradarnos… y desarmarnos de ética, de épica y de estética bolivariana y chavista.

"Socialismo es cambiar todo lo que haya que cambiar" decía Fidel.

También decía que las revoluciones solo pueden ser concluyentemente derrotadas no por acción externa sino por nuestros propios errores y contradicciones.

Decía Martí: "Haga cada cual su parte de deber y nadie podrá vencernos".



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Luis Delgado Arria


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