Los alimentos polar no alimentan

Con la llegada de Revolución Industrial los pobladores del planeta cambiaron por completo sus patrones de consumo. La producción masiva de enseres y productos indujo a la humanidad al consumismo. Las industrias comenzaron a fabricar en serie con la única intención de enriquecerse cada vez más y no para mejorar la calidad de vida de los seres humanos. Uno de los renglones más vulnerados fue la producción en serie de alimentos. Los industriales descubrieron que los comestibles se podían empaquetar, embotellar y envasar en latas de aluminio, entre las diversas modalidades, con la finalidad vender en grandes cantidades de lo que lo que los fabricantes llamaron falsamente alimentos. Esto sin importar que tales productos pudieran causarles graves daños a la salud de los consumidores.

Por fortuna la ciencia nos entrega a los indoctos como yo las herramientas imprescindibles para vencer la ignorancia. Buscando en diversas fuentes descubrí la existencia de la ciencia de la nutrición la cual me permitió responder a mis interrogantes sobre un tema tan importante, referente a lo que nos introducimos por la boca.

En el libro "La gran fórmula" de la investigadora nutricional Alejandra Coll se establece que: "Alimentos son todos aquellos elementos provenientes del reino animal, vegetal y mineral necesarios para atender las necesidades energéticas (calóricas) y de construcción de nuevas estructuras (músculos, huesos, tejidos, nervios...)". Así mismo me aclaró lo referente a la alimentación y explica: "Alimentación es el proceso mediante el cual se le suministra al cuerpo alimentos para que realice, sin problemas, funciones vitales como el metabolismo basal, las actividades físicas e intelectuales". Aprendí que lo trascendental de la alimentación es el suministro al organismo de nutrientes (vitaminas, minerales, aminoácidos, ácidos grasos, fibras dietéticas…), productos de ingestión obligada para conformar la estructura del cuerpo e imposible de sintetizar.

Así mismo, a través de la lectura descubrí que los alimentos en la medida en que son sometidos a altas temperaturas, a contactos con aditivos químicos y colorantes artificiales, preparados con preservativos, fabricados con alto contenidos de azúcar o edulcorantes, elaborados en un complejo proceso de industrialización, entre tantos procedimientos utilizados por la mal llamada "industria de alimentos", estos (los alimentos) pierden sus valores nutricionales. Es decir, no sirven para cumplir la función para lo cual deben ser consumidos.

Pensando en lo anterior no me quedó más remedio que acudir al supermercado que frecuento (en este los productos tienen precio de joyería) e intenté hacer un análisis de los víveres colocados en los anaqueles. Advertí que la mayoría de los artículos están exhibidos en paquetes, latas, frascos; envasados en cartones, latas y botellas; envueltos en papel de aluminio muy vistosos. Es decir, de acuerdo con la ciencia de la nutrición la mayoría de esta mercancía no son alimentos. Debo entender, que son mercadería que sólo sirven para enriquecer a los industriales, no para alimentar a la población pero si para intoxicar a los consumidores y propiciar el desarrollo de niños, jóvenes y adultos con problemas de obesidad.

Pasado el tiempo mi archivo de pensamientos se fue desalojando y mis reflexiones se fueron convirtiendo en palabras escritas para exponer que el señor Lorenzo Mendoza no tiene una industria de alimentos, sino una fábrica de productos nocivos para la salud, muy alejados de lo que actualmente la ciencia de la nutrición reconcome como alimentos. En verdad, no estoy utilizando criterios políticos para mi examen, dado que desconozco los principios complejos de la política, más bien voy a basar mi análisis a criterios técnicos, para esto voy a escoger al azar algunos de los "alimentos" que distribuye y vende la empresa polar. Por ejemplo:

Harina precocida: este polvillo, del que tanto alarde hace la empresa polar, dista mucho de contener nutrientes, dado que el maíz para ser pulverizado debe ser sometido a un tratamiento químico sumamente complejo que hace que el grano pierda sus valores nutricionales. Agregado a lo anterior, una vez que el la harina es amasada y colocado a altas temperatura, lo poco que le quedaba de nutrientes lo pierde en el budare o en el horno. Señor Mendoza, la harina pan no es un alimento.

Margarina: para las personas que tanto anhelan vivir en el norte y piensen que por esos lares se vive mejor, debo aclarar que la margarina, por su alto contenido de grasas trans, fue prohibida en EEUU. Lamentablemente el señor Mendoza continúa intoxicando a los venezolanos con su "industria de alimentos".

El yogurt: este producto que aparece en casi todo los anaqueles de los supermercados es de larga duración. Para lograr tal resultado (larga duración) el yogurt debe ser sometido a un proceso de radiación vinculado con efectos cancerígenos. Señor Mendoza véndale el migurt a sus amigotes del FMI.

Bebidas achocolatadas: la mayoría de los productos en polvo que deben ser mezclados con agua o leche contienen sabores artificiales, colorantes y un alto contenido de azúcar (calorías vacías) que solo sirven para aumentar de peso y crear depósitos de grasas en el organismo. Señor Mendoza tome mucho Toddy para que engorde.

Salsa de tomate: todos los productos líquidos o viscosos colocados dentro de un frasco o en una botella necesita preservativos químicos como el benzoato de sodio por su gran solubilidad en el agua. Estos "venenos químicos" son altamente tóxicos que a larga generan distorsiones en el funcionamiento del organismo. Señor Mendoza cómase unos perros calientes (hot dog) con bastante salsa de tomate y mayonesa de las que usted vende.

El queso fundido: este producto no sería tan tóxico (en verdad, todos los quesos lo son) si no fuera porque al prepararlo de forma industrial deben ser elaborados, además de incluir queso de segunda, con emulgentes (sales fulgentes), con colorantes y además elaborados con una leche no preparada debidamente. Como se ve el queso fundido dista mucho del sabor del queso natural y es el que vende la "empresa polar". ¿Este será el queso que reparte el señor Mendoza en sus recepciones a sus amigos mantuanos?

La malta: cien gramos de malta contiene 48 calorías, agregados a esto los colorantes químicos, los saborizantes artificiales tóxicos y perjudiciales para la salud. Debido a su alto contenido de azúcar contribuye a formación de niños obesos. Sin dejar de lado que la malta de esta empresa tiene el mismo logotipo, la misma marca y la misma botella de cerveza que en el futuro iniciará al niño al consumo de alcohol. ¿Cuántas maltas diarias le da usted a sus nietos señor Mendoza?

La empresa polar se siente ufana por distribuir los comistrajos de la pepsico inc., una empresa gringa empeñada en envenenar los niños, jóvenes y adultos de mundo entero. Entre sus productos se destacan:

La pesiscola: con alto contenido de azúcar, ácido fosfórico, gas carbónico o bióxido de carbono (cancerígeno), cafeína (adictiva), alcaloides de hoja de coca concentrado en forma artificial, entre algunos de los ingredientes nocivos para la salud.

Gatorade: la empresa que fabrica esta bebida reconoció ante la comisión de salud de los EEUU que este producto contenía un químico causante de problemas en el desarrollo neurológico, dificultades de la fertilidad y alteración de las hormonas tiroideas. Otro producto de los "alimentos polar". Señor Mendoza tome bastante Gatorade, quizás se convertirá en un macho estéril.

Veamos otros comistrajos de la pepsico inc.: nunca imaginé que una empresa como la polar, en alianza con la pesico inc., le pueda hacer tanto daño a una población con la venta de numerosos comistrajos como son: jacks, fritolay, agua saborizada, doritos, ruffles, te lipton que no es te, cheestris, pepito, cheetos, twistos, seven up, entre tantas porquerías que contribuyen a la generación de niños, jóvenes y adultos con problemas de obesidad, diabetes, la tensión, entre tantas enfermedades vinculadas al consumo de tales comistrajos.

Señor Mendoza lo que usted tiene no es un empresa de alimentos, sino una empresa de comistrajos muy lejos a los que la ciencia de la nutrición considera como alimentos. Alimento, por si no lo sabía es la yuca, la batata, el plátano, el ocumo, la zanahoria, la lechuga, la espinaca, el brócoli, la acelga, la carne de vacuno, la carne de cerdo, el pollo, el pescado, las frutas…entre tantos de los productos que nos ofrece la pacha mama.

Me sorprende cuando asisto al abasto Bicentenario y observo en los anaqueles una cantidad de comistrajos distribuidos por la empresa polar, una empresa enemiga del pueblo y de la revolución bolivariana, cuyo único interés es enriquecerse, muy lejos de la preocupación de mantener una población sana y bien alimentada. Definitivamente, señor Merndoza los alimentos polar, no son alimentos, son unas verdaderas bazofias.



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Enoc Sánchez


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