Jesse, injusticia en Barcelona y un viaje angustioso a Margarita

Bueno comenzaré mi relato para que vayas descubriendo, identificando asuntos primero de tipo cuarta república y que se corresponde con que a los revolucionarios no nos gustan para nada las injusticias de ningún tipo. El caso es que un grupo de trabajadores de Corpoelec de Barcelona realizó una protesta pacífica y copio la noticia: protestaron pacíficamente, la mañana de ayer, para solicitar la destitución de dos directivos de la empresa.

Los empleados Henry Guevara y Carlos Herrera señalaron que debido a los presuntos malos manejos de los aportes monetarios y desvío de los equipos enviados por la empresa, se dejó de mandar recursos, mientras son culminadas las investigaciones. Por ese motivo, indicaron, para atender las contingencias que se presenten con el servicio eléctrico deben sacar dinero de sus bolsillos.

“Hacemos colectas para comprar los materiales”, manifestó Guevara, quien señaló que la culpa de esa situación la tienen Nelson González y José Carrero, quienes ocuparon por dos años la jefatura del distrito, y ahora fueron designados líder del centro metropolitano y jefe de mantenimiento, respectivamente. Dijeron que debido a la gestión de estos funcionarios, 11 de los 14 vehículos que tenían operativos dejaron de operar, y se encuentran estacionados en la sede del distrito. “Hace unos meses bajaron unos recursos para mejorar tres carros y lo que hicieron fue pintarlos, pero quedaron peor que antes”. Que dicen son escuálidos y del equipo de Márquez un gerente que fue antipático y…

Esta protesta a nuestros ojos válida hizo que al Gerente de Comercialización, ing. Mejías, buen y comprometido revolucionario se le exigió que despidiera a los trabajadores y que de no hacerlo debía dejar el cargo. Cargo que hemos percibido que desempeña con probidad y buena atención, así hemos escuchado de su participación en las reuniones semanales de gabinete con el gobernador Istúriz y alcaldes, etc. Como buen gerente, como revolucionario que acompaña a sus trabajadores buenos se negó a despedirlos y unos funcionarios, parece que militares, enviados de Caracas le exigieron que abandonara el cargo, un cargo que nos daba confianza y seguridad de ir mejorando, a pesar de tantas limitaciones absurdas, en un área tan conflictiva como el suministro eléctrico. ¿Qué dice el profesor Aristóbulo? Puede ser que el ministro Chacón desconozca el caso o sus intríngulis, que hay.

Y segundo, como que producto muy del cuarto mundo, y como lo haría cualquier mortal de la tercera edad preparé viaje aéreo más cómodo y barato a instancias de mi hija que vive en la Isla por lo cual no pago hospedaje ni gastos básicos, reservé vía telefónica ya que pagamos la mitad del pasaje o sea Bs. 500,00, baratón, más cuando cobramos la pensión con la mitad de bono incluido, buchón a nuestros niveles. Llegué al aeropuerto con dos horas de anticipación, según exigencia, dejé mi carrito en el estacionamiento a la inclemente intemperie, y como el terminal está en remodelaciones hay algunas incomodidades, y persiste que así como las líneas aéreas no colocan información y ante las largas colas hay que preguntarle a los últimos pasajeros que uno se consigue primero, muy poco se informa de los trabajos.

Por otra parte se ha vuelto tradicional que las maletas por equipaje sean “envueltas en plástico” tipo envoplast grueso (Bs, 100, p/maleta) para “asegurar que no te las abran y te roben cosas” ya que las líneas “no colocan vigilancia” en sus sitios de carga para garantizar que no ocurra, de la IV. Pasados los controles mecánicos subimos las escaleras (no vi escaleras mecánicas ni ascensores) con el maletín de mano como de 10 kg., que para los viejos, más para las viejas, nos pesan un pelo. Sorpresa, al entrar el gran salón de espera estaba full y como media ala está cerrada, supongo que por las mejoras, todos los bordes llenas de personas en el piso. Holgaban los comentarios negativos porque nadie anuncia, o no vi letreros, o lo suficiente: “disculpen las molestias por las remodelaciones”, de la IV. Como exigen estar dos horas antes el tiempo transcurre lentamente y comprando, los que más pueden. Por cierto, por cuestiones que consideramos perversas, o hasta que no se lo expliquen a los pasajeros, los atrasos dicen son porque meten vuelos charters entre vuelos para un dinerillo extra, y ocurre como el caso de mi esposa que su vuelo que debía salir a la 9 pm, salió a las 11.30, estuvo de 7 a 11.30 y a esa hora pega frío parejo y casi nadie piensa en llevar ropa de abrigo menos para Margarita. Vuelo cortico, rápido, cómodo. Nos recogen la mujer y mi hijo y la primera pregunta por un encargo es: “trajiste el papel tualé?”, sí, 10 rollitos ajustados en el bolso. Que fue el primer asombro cuando me lo pidieron por teléfono ya que no se consigue en la isla, así como con asombro y molestias cuando pasamos por el Farmatodo de la Avenida Bolívar hacia Pampatar y me explicaron que el gentío que estaba afuera en el estacionamiento hacía permanente vigilia para la cíclica compra de pañales ya que a otros establecimientos llegan de a poquito. Los cuentos son que se forman unos grandes peos al extremo que “no permiten que alguien pueda entrar a comprar medicinas” porque lo consideran un coleado para los pañales. A veces se caen a golpes. Por varios locales comerciales, de chinos, etc. largas colas para comprar café, aceite, jabón, harina p.., la misma vaina que en Barcelona y Puerto la Cruz. Así como que con dificultad se consigue aceite para motor, cauchos y sí baterías pero pagando muy caro.

Claros estamos que la distribución de los elementos básicos es muy deficiente, sin supervisión, que no tiene nada que ver con los precios. Mientrs venga la solución, quisiéramos ver autoridades en cada apertura de ventas de productos para que perciban las fallas. Incluso los trajines de los expendedores con familiares y amigos, como pareciese lógico. En Barcelona le comenté a un chino conocido dueño de un establecimiento que debía vender menos por persona, cuando llega el papel tualé venden un paquete grande y le quitan cuatro rollos que parece es lo máximo por vender. Que lo importante es que cada persona, o familia corta, se lleve un paquete de cuatro rollos, alcanzaría para todos y siempre habría en los estantes. Igual con el pollo, la harina, que además las revenden aun la prohibición porque es en las casitas del barrio. De esa manera, por poquito, no tendrían que estar cazando que aparecieran para hacer las largas colas al sol y caerle como cochino al nepe.

“Mucha gente se ha venido acostumbrando a la escasez y a las colas que hacen casi en silencio” grave, ¿no? hasta que alguno critica a viva voz y otros dicen “pero tenemos patria”. Si no resolvemos ese grave problema de las colas y se eliminen las molestias de todos, escuálidos y chavistas e independientes, aunque aparezcan los productos semanalmente, que no se encuentren siempre en los anaqueles, aunque se hagan hermosos y emotivos actos para la formación de comisiones presidenciales, no ganaremos ninguna elección, y esto hay que verlo hacia las elecciones de la Asamblea a las que los escuálidos ven como seguras en sus manos por el descontento colectivo debido la escasez.

Para concluir este relato triste, traté de sacar algo del cajero en el aeropuerto de la Isla y ninguno tenía, era el lunes en el primer vuelo de la mañana, un poco de tardanza con las maletas, yo tenía una extra con par de quesos que compró mi mujer y unos adornos, para variar. Directo a mi carrito y cuando me dicen lo que debo pagar: Bs. 822, guau, ¡coño y con qué pago eso! Deja que me estacione y vaya al cajero, guarde 500 para pagar estacionamiento y comerme una empanada y juguito. De tres o cuatro funcionaba solo el del Banco de Venezuela y dele con la cola. Me acerqué a “atención al ciudadano” y me dijeron que el estacionamiento era un negocio privado. Cuando fui a pagar hablé con el joven de la taquilla y me mostró la gaceta reciente con las tarifas. En verdad Bs. 312 diarios. Comenté que debería haber tarifas según los vehículos, por ejemplo el mío es de 1992, un cacharrito bueno, y debía haber una consideración, en mi caso porque pagaba Bs 500 por el pasaje en avión y 822 por estacionarme y solo con un trabajador a la entrada, aunque los tikets son automáticos, y el trabajador de la salida.

Es más eso no debería estar en manos privadas y al estar en manos del gobierno bajar esos precios, pero los negocios de estacionamiento, todos, son de millonaria producción billetérica y muy poca inversión en vigilancia, personal, etc. Hay que meter lupa pareja. Disculpen esta individualidad pero varios pasajes nos afectan a todos y al proceso.



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Simón Lacise


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