¿Existe algo así como ¿un modelo económico chavista?

  Pasado el episodio Giordani, es momento para detenerse a pensar en cosas menos banales. Para todos los venezolanos (no sólo los chavistas), la economía es un tema fundamental. Ese es EL problema. Circula la palabra ?crisis? para caracterizar la situación actual. A algunos les produce cierto miedo usar la palabra. Otros, la usan con fuerza. Todo de acuerdo a los intereses políticos, claro. Pero como los seres humanos razonamos y coordinamos nuestra acción mediante el lenguaje, es fundamental ponernos de acuerdo con la significación y el uso adecuado de las palabras. No tenerles miedo, sino utilizarlas para eso: pensar y comunicarnos.

 Inflación, devaluación de la moneda nacional, desabastecimiento y parálisis productiva, son rasgos descriptivos indudables de una crisis. El concepto designa, en el marco de la economía, algo muy específico: recesión, falta de inversión, desempleo. Si el estancamiento va acompañado de inflación, los economistas inventaron y le aplican a esa situación el vocablo estanflación. Si eso no es lo que ocurre ahora, se le parece demasiado. Ahora bien, si todo esto describe la situación, asumamos la palabra crisis, con todas sus connotaciones conceptuales: lo viejo está muriendo y lo nuevo no termina de aparecer. Crisis no es desastre, colapso, derrumbe. Esos son sólo posibles desenlaces. La crisis también puede ser una oportunidad. Es una situación que plantea dilemas.

  Si acordamos designar la situación actual como una crisis, demos otro paso y especifiquemos: ¿qué es lo que está en crisis? ¿Qué es lo que está muriendo y qué debe surgir como desenlace? La oposición opina que lo que está en crisis es un supuesto ?modelo económico chavista?. Esto supone que existe o existió ese modelo. Eso es lo que pongo en duda.

 Un sector de la derecha identifica las políticas económicas del gobierno de Chávez y Maduro, con las acciones económicas que se ejecutaron en la URSS, China o Cuba. Un examen objetivo y sicnereo, mostraría que eso no es así, ni de lejos. Por ejemplo, en la URSS se pasó por un ?comunismo de guerra? que significó la estatización total en función de organizar militarmente la producción y los suministros para enfrentar la guerra civil en 1918 y 1921. En una etapa posterior, para reactivar la producción de alimentos y abastecer a las ciudades, el Poder soviético llegó a un acuerdo con los propietarios medianos y pequeños del campo, en lo que se llamó la ?Nueva Política Económica? (NEP), cuyo lema, dirigido a ese sector burgués, fue ?¡Enriquézcanse!?. Después de la muerte de Lenin, Stalin decidió la ?socialización forzada?. Efectivamente se eliminó la propiedad privada sobre los medios de producción, a costa de millones de vidas. Esa estatización de toda la economía, llevó a la planificación total de la economía, mediante planes quinquenales, aunque sin eliminar por completo el mecanismo del mercado. Este camino le permitió a la URSS industrializarse rápidamente y ponerse casi a la par de EEUU, sobre todo en armamento, pero ese proceso, costoso en vidas, ecología y eficiencia, ya en la década de los 60, mostró un grave estancamiento que, a la larga, tajo el retraso y finalmente el derrumbe.

 Esta nacionalización completa se ejecutó también en Cuba y otros países del llamado ?socialismo real?, en circunstancias diferentes, cuyo único rasgo común fue su característica defensiva: se trataba de enfrentar y responder agresiones directas o indirectas de los EEUU (caso Cuba, 1960) y sus aliados nacionales.

    En Venezuela,  no hubo esa estatización de la economía. En todo caso, el estado completó el control sobre la principal industria del país (a saber, el petróleo), eliminando el espacio para una casta tecnocrática con intereses propios (la plana mayor de la PDVSA cuartorrepublicana). Por otra parte, el Ejecutivo asumió el control también del BCV. Todo para agenciar la redistribución de la renta petrolera en función del pago de la deuda social. Lo que se resumió, a partir del 2002, en las primeras misiones sociales. Mientras tanto, se ensayaron distintas formas de ?economía social? (cooperativas, NUDES, desarrollo endógeno, Empresas de Producción Sociales, etc.) y se nacionalizaron algunas empresas, a veces ya quebradas por sus anteriores dueños, o tierras que se hicieron objeto de aplicación de la Ley de Tierras.

  Si vamos a aspectos de gestión macroeconómica, es cierto q    ue aumentó sobre manera el gasto público, y a ello contribuyó el control estructural que logró el Ejecutivo sobre PDVSA y el BCV. Esto también potenció ciertos vicios del ?estado mágico? petrolero (Coronil), que resuelve todo a realazos, dispendiosamente, con ineficiencia y la puerta abierta a la corrupción. ¿Esto se parece a Cuba, la URSS, o algo así? Por supuesto que no. Giordani llamó a esto ?socialismo petrolero?, una expresión un tanto irónica. Pero, también en sus libros, siempre lo vio como tan solo una etapa. Un tránsito hacia un ?socialismo productivo?. Ese paso,d e una a la otra etapa, es el que no se ha dado, es lo que dalta y donde el camino se bifurca.

  ¿Eso era el ?modelo económico chavista?? Por lo que llevo expuesto, se puede contestar que NO. Ni es un ?modelo comunista? como se le acusa desde la derecha opositora; ni es el proyecto final que Chávez y su principal asesor y planificador económico (Giordani) tenían en mente. ¿Cómo retomar el camino hacia un ?socialismo productivo?? He allí el que debiera ser el principal tema de la discusión.  



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Jesús Puerta


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