Algunas ideas para la discusión en torno a la Crítica y Autocrítica Revolucionaria

“Tenemos que lograr traducir o convertir cada hombre, cada militante nuestro,
cada mujer, cada simpatizante no en un voto potencial, sino en un voto disciplinado,
aún cuando crítico, pero disciplinado, responsable, estratégico, voto permanente, voto seguro”.
Apliquemos las tres erres al cuadrado (3R2).
Comandante Supremo Hugo Chávez Frías, 2010.

Aunque no es un tema nuevo o ajeno a la Revolución Socialista, sino consustanciado con la esencia misma de ésta, la Crítica y Autocrítica Revolucionaria ha estado en los últimos tiempos resonando con fuerza en el escenario político venezolano y particularmente a lo interno de las filas revolucionarias en sus diversas expresiones, por lo que consideramos pertinente desde la Red Popular del Conocimiento Libre dedicar algunas líneas para aportar al debate sobre qué es la crítica revolucionaria, cuáles son sus principales características y sobre la necesidad de desarrollar un discurso argumentativo capaz de lograr los propósitos de la crítica y la autocrítica.

Hablar de crítica para mucha gente es sinónimo de denuncia, de queja, muchas veces de acusación muchas sin presentar pruebas y en el peor de los casos y quizás más generalizado, de señalamientos que pretenden desacreditar o destruir a una persona o grupo de ellas. A la crítica, en este sentido, se le ha tomado como algo negativo ... y se ha catalogado en el imaginario colectivo como crítica, pero destructiva.
Ya en 1961 el Comandante Fidel Castro en discurso pronunciado ante intelectuales de Cuba dijo:

Que ha habido críticas duras, ¿quién lo duda? y en cierto sentido aquí se planteó ese problema. Y esos problemas nosotros no podemos pretender dilucidarlos con dos palabras. Pero creo que de las cosas que se plantearon aquí, una de las más correctas es que el espíritu de la crítica debía ser constructivo, debía ser positivo, y no destructor. Eso, hasta los que no entendemos nada absolutamente de crítica, lo vemos claro. Por algo la palabra crítica ha venido a ser sinónimo de ataque, cuando realmente no quiere decir eso, no tiene que querer decir eso. Pero cuando a alguien le dicen: “Fulano te criticó”, enseguida se pone bravo antes de preguntar qué dijo (Risas). Es decir, que lo destruyó. Es decir, que debe haber un principio en la crítica: que sea constructiva.

Estamos de acuerdo con que la crítica revolucionaria, para ser tal debe ser constructiva, es decir, que no existe la crítica destructiva, ese es el primer cuidado que debemos tener, no caer en esas categorías que confunden, que engañan, la crítica revolucionaria es por definición constructiva, por eso colocarle el apellido constructiva es un pleonasmo, lo que no construya no puede llamarse crítica, por eso debemos preguntarnos de manera responsable y seria cada vez que hagamos una crítica: ¿qué estamos construyendo con este planteamiento? Y ¿cuál es el aporte concreto que desde la crítica hacemos para su construcción?

La Crítica Revolucionaria es comprometida con la profundización cada vez mayor del proceso de transformaciones, de ahí que debe partir de razones y su desarrollo debe contribuir con la interpretación de la realidad, la comprensión de los fenómenos, el abordaje de las contradicciones antagónicas y no antagónicas que subyacen en los procesos, por que en esencia la crítica revolucionaria debe contribuir con el desarrollo del pensamiento crítico.

Algo que debemos distinguir es la crítica revolucionaria de la denuncia y de la queja, siendo estas dos últimas muy necesarias como una vía para manifestar nuestra disconformidad, alertar sobre cosas que no están funcionando bien en la gestión pública y exigir el cumplimiento de los deberes del Estado para garantizar nuestros derechos sociales.

La Crítica trasciende a la denuncia o a la queja en la medida que interpreta los fenómenos (incluyendo aquellos objeto de denuncia o queja) desde la teoría revolucionaria, elevando así y cada vez más el grado de madurez política e ideológica de nuestro pueblo, dotándonos del saber necesario para, entre otras cosas, comprender desde una visión política, teórica, ética, histórica y estratégica el proceso al mismo tiempo que nos comprometemos con los cambios necesarios planteados desde la crítica.

El Comandante Supremo nos ilustra al respecto cuando en discurso pronunciado desde el oriente del país durante la campaña electoral presidencial de 2012 nos dijo:

... digo esto porque, de repente pudiera alguien estar descontento porque las calles no sirven, ¿verdad?, y tienen razón de quejarse ustedes, también pudiera yo quejarme por los apagones eléctricos, también me quejaría, me quejaría, bueno de las cosas que no funcionan bien, yo quiero decirles, yo creo que uno de los que más se queja aquí de este gobierno soy yo mismo, de las fallas, los descuidos, la falta de atención esmerada, con amor y dedicación plena, a las necesidades, carajo!!! del pueblo!!!. Los gobernadores!, los alcaldes!, las alcaldesas!, los ministros!, las ministras!, el presidente!, tenemos que ponerle mucho más corazón!, alma!, atender las necesidades del pueblo!, así que yo me sumo a la queja, pero lo que yo les estaba diciendo es más profundo, más profundo, lo que quiero decirles camaradas ustedes lo saben, uno revolucionario pudiera estar inconforme, descontento o descontenta por esto por aquello, o porque todavía no me han dado mi casa, porque la Misión Vivienda no ha llegado todavía a mi pueblo, está bien, uno puede estar descontento con razones, y uno tiene que criticar con razones, carajo!!!, pero eso no significa que van apoyar a la burguesía!!! porque eso es traición a la revolución!!, uno puede criticar a la revolución pero este es el camino de la salvación de la patria!!!, que nadie se equivoque, que nadie se deje confundir. El pueblo venezolano ha venido adquiriendo lo sé, me consta, un grado muy grande de madurez al respecto de este tema y lo hemos demostrado a lo largo de estos años en distintos escenarios, en distinta coyuntura.

La Crítica Revolucionaria es dialéctica, pues devela las contradicciones presentes en los procesos para su abordaje y resolución, lo cual pasa por la confrontación dialéctica entre la teoría revolucionaria con la práctica expresada en el desarrollo de los procesos políticos, económicos, sociales y culturales que acontecen en el marco de la construcción de la sociedad socialista. En tal sentido el desarrollo de la Crítica Revolucionaria está unido al estudio y aplicación de la Teoría Revolucionaria para la intepretación de la realidad, una no puede existir sin la otra.

Uno de los más grandes intérpretes de la teoría revolucionaria marxista, Vladimir Lenin dijo:

Con la victoria de la revolución socialista, la crítica y la autocrítica se convierten en una de las principales fuerzas motrices del desarrollo de la sociedad. Aparecen como forma especial en que se manifiestan y se resuelven las contradicciones –no antagónicas– del socialismo. El papel creador de la crítica y de la autocrítica se revela con toda claridad en la emulación socialista, forma de la participación activa de los trabajadores en la edificación del comunismo. Cuando se ha entrado en la amplia fase de la construcción del comunismo, la crítica y la autocrítica desarrollan la iniciativa y la fuerza del pueblo con vistas al establecimiento de la base material y técnica del comunismo, incorporan a las masas a la dirección de la sociedad, sirven para educar al hombre de la sociedad comunista.

Esta organización (se refiere al Partido Comunista) ha de ser crítica y autocrítica, muy preparada teóricamente, capaz de enseñar con paciencia pedagógica esa teoría a las masas.

La Crítica Revolucionaria es esencialmente educativa pues debe favorecer procesos de formación integral político-ideológico, científico-técnico y ético moral desde una visión emancipadora, absolutamente comprometida con las transformaciones revolucionarias, de aquí que la base fundamental de la educación popular o liberadora desde el enfoque Robinsoniano y Freireano sea la crítica, en tanto promueve procesos de reflexión que contribuyan con el desarrollo de procesos de estudios, investigación, discusión que cada vez más estimulen el pensamiento crítico en nosotras y nosotros como vía para la liberación de una conciencia ingenua a una conciencia crítica, tal como lo refería el Comandante Supremo de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, en el Aló Presidente nro. 363:

“... por eso sólo el pensar, el estudiar, el conocer y el tener conciencia nos hará libres del capitalismo porque la gente no se da cuenta, es la formación de una mentalidad sumisa y la gente no se da cuenta y el que no sabe es como el que no ve, de los horrores del sistema capitalista...”

La Crítica Revolucionaria es palabra que con su fuerza analítica, interpretativa y argumentativa es capaz de formar y transformar, primero a quien o quienes con humildad y compromiso la formulan o elaboran y segundo, a quien o quienes con igual humildad, compromiso y atención la saben escuchar. Pues la Crítica Revolucionaria está dirigida a los seres humanos, a su intelecto, a tocar y activar en éstos procesos mentales de reflexión, estudio, investigación, análisis, interpretación y contrucción de propuestas; pues las transformaciones de la sociedad serán tales en la medida que cada una y uno de nosotros nos transformenos individualmente y en colectivo, recordando que somos corresponsables del desarrollo histórico de nuestras sociedades, tal como lo refiere la primera línea del Primer Plan Socialista de la Nación, la Nueva Ética Socialista.

Paulo Freire ilustra cómo la Crítica Revolucionaria, como palabra, forma parte de la Praxis Revolucionaria, entendida esta última como la unión dialéctica e indisoluble entre la teoría y la práctica; de lo que también se concluye que la Crítica está hecha desde el compromiso y no desde la comodidad que hace del ejercicio de la Crítica una forma de vivir de la Revolución.

No hay palabra verdadera que no sea unión inquebrantable entre acción y reflexión y, por ende, que no sea praxis. De ahí que decir la palabra verdadera sea transformar el mundo.

La palabra inauténtica, por otro lado, con la que no se puede transformar la realidad, resulta de la dicotomía que se establece entre sus elementos constitutivos. En tal forma que, privada la palabra de su dimensión activa, se sacrifica también, automáticamente, la reflexión, transformándose en palabrería, en mero verbalismo. Por ello alienada y alienante. Es una palabra hueca de la cual no se puede esperar la denuncia del mundo, dado que no hay denuncia verdadera sin compromiso de transformación, ni compromiso sin acción.

Si, por lo contrario, se subraya o hace exclusiva la acción con el sacrificio de la reflexión, la palabra se convierte en activismo. Éste, que es acción por la acción, al minimizar la reflexión, niega también la praxis verdadera e imposibilita el diálogo.

Las palabras de Freire nos recuerdan muchas otras palabras, entre ellas las del Che en aquella hermosa frase: "La revolución no se lleva en la boca para vivir de ella, se lleva en el corazón para morir por ella."

Mao Tse Tung al referirse al carácter educativo de la Crítica entre varios escritos y discursos dice:

hemos empleado el método de crítica y autocrítica. Este es un excelente método que nos impulsa a perseverar en la verdad y a corregir los errores, el único método correcto para la autoeducación y autotransformación de todo el pueblo revolucionario de un Estado popular ... Este trabajo de educación es el trabajo de autoeducación en el seno del pueblo, y su método fundamental lo constituyen la crítica y la autocrítica.

Marx señala que:

Las revoluciones proletarias se critican constantemente a sí mismas, se interrumpen continuamente en su propia marcha, vuelven sobre lo que parecía terminado para comenzarlo de nuevo desde el principio, se burlan concienzuda y cruelmente de las indecisiones, de los lados flojos y de la mezquindad de sus primeros intentos.

Las palabras de Marx y Mao Tse Tung nos recuerdan a las 3R Revolucionarias con las que magistralmente, desde el año 2008, nuestro Comandante Supremo sintetizó la necesidad de impulsar procesos de transformación de la gestión pública y del Estado a través de la Crítica Revolucionaria y su método.

En síntesis y en nuestra opinión, la Crítica Revolucionaria reune una serie de características fundamentales, entre ellas:

• Es dialéctica.
• Es constructiva.
• Es educativa liberadora.
• Es propositiva
• Es transformadora, de nosotras y nosotros como seres humanos y por ende de nuestras realidades.
• Es sustentada en la teoría y se desarrolla a través de un discurso argumentativo que problematiza, que promueve el pensamiento crítico, que persuade y que forma conciencia revolucionaria.
• Es vía de creación y recreación de la teoría revolucionaria.
• Es palabra comprometida.

“Hay que leer y leer, no sólo en los libros, sino en la realidad circundante.
Es innegable la poderosa incidencia de la lectura en la formación de una nueva
subjetividad: la que necesitamos para construir de verdad verdad nuestro socialismo”.

Comandante Supremo Hugo Chávez en Las Líneas de Chávez, 2010.

“cómo Carlos Marx fue creando categorías para lo económico, fue deconstruyendo
unas categorías y construyendo otras, en un esfuerzo grande de pensamiento,
grande, un pensador, filósofo, partiendo de lo que llaman lo ontológico, la
razón del ser, los fundamentos de lo que es y retándolo, retándolo a través de
la crítica, del pensamiento crítico, entonces él dice, así como Marx hizo aquel
gigantesco esfuerzo en lo económico, aún cuando inconcluso, eh, en lo político
hay que hacer también un gran esfuerzo de construir códigos, eh, y reconstruir o construir otros.

Comandante Supremo Hugo Chávez en Aló Presidente nro. 363 al referirse al libro
Política de la Liberación. Volumen II. La arquitectónica de Enrique Dussel.

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