Debilidades de la democracia

El origen de la democracia remonta hacia el año 508 a.C y su creación se le atribuye a Clístenes , político ateniense de la familia de los Alcmeónidas quien debió enfrentar a la oligarquía de la época. Para eso creó las bases de un nuevo estado basado en la igualdad de los ciudadanos. En vedad, era un democracia muy singular, dado que para la época existían esclavos y la mujer no era considerada para los efectos del ejercicio del voto. De eso hace muchos siglos. No cabe duda, en aquellos tiempos no existían los grandes medios de comunicación alienante, ni las redes sociales, tampoco los especialistas en el comportamiento humano, mucho menos las siniestras corporaciones económicas que ejercen influencia en los gobiernos, ni las consabidas contribuciones de estos enormes consorcios en las campañas electorales.

Si escardamos en la basura de la historia y nos daremos cuenta que los diversos modelos de gobiernos no fueron impuestos por el pueblo, ni por los obreros y muchos menos por el llamado proletariado. La monarquía fue instaurada en Europa para proteger los bienes de la aristocracia y la nobleza, no para el beneficio de los siervos quienes trabajaban casi en calidad de esclavo. Cuando se produce el derrumbe de la monarquía en Francia, con la toma de Bastilla, por allá en el 1779, surge del Directorio, la forma adoptada por la Primera República francesa y luego, tras el golpe de estado que dio Napoleón (1804) y la caída de la república, emerge el Consulado. Ciertamente, en ninguna de estas dos formas de gobierno se hizo presente el poder popular. Nace así el gobierno de la burguesía, cuando los ricos artesanos y comerciantes se hacen de la presidencia. Durante muchos años se alternaron en el poder los aristócratas y los burgueses franceses, mediante zancadillas y golpes de estados, sólo para continuar en el gobierno. En ambos casos la participación popular fue nula. Eso continuó hasta el 1781 cuando una revolución popular, la Comuna de París, cambió los grandes acontecimientos revolucionarios de la Historia. Por primera vez el poder popular, el proletariado, fue capaz de derrocar el poder establecido, formar sus propios órganos de gobierno y reemplazar el estado aristocrático-burgués capitalista. Lamentablemente, tal aventura duró sólo 60 días, la represión de los dueños del dinero acabó con el sueño de muchos pobres y hambrientos.

Finalizada la segunda guerra mundial y con la pérdidas de las colonias europeas, durante muchos años el capitalismo mundial mantuvo en el gobierno a una gran cantidad de dictadores en América Central, Sur América, Asia y África, tales tiranos le aseguraban a los grandes consorcios europeos y norteamericanos materia prima barata, mano de obra casi esclava y mercados cautivos. Cuando tales ignominias (la permanencia de las dictaduras) avergonzaron a las mismos gobiernos occidentales, que no eran más que las democracias burguesas para mantener la hegemonía del poder en manos de los adinerados, impusieron la democracia para los países africanos, asiáticos centro y sur americanos. Evidentemente, tal como las europeas y norteamericana, estas democracias tenían carácter burgués. Es decir, el único interés de estas formas de gobierno era el de mantener y defender los lucros de las grandes corporaciones económicas y de paso, los de la burguesía apátrida y cómplice recién formadas en los llamados “países del tercer mundo”.

El resultado de lo anterior, en muchos países del globo, fue la represión y el hambre que continuó. En el caso de Venezuela, la secuela de esta mal llamada democracia fueron cuarenta años de represión, privatización, torturados, muertos, desaparecidos y miseria, la cual se evidencia en el cordón de ranchos que rodea la capital y las grandes ciudades del interior: hambre, desempleo, carencia de salud y educación, proliferación de ranchos sin ningún tipo de servicios higiénicos y lo peor de todo, la pérdida del sentido de la patria.

No cabe duda, mi comandante Chávez, mediante la nueva Constitución, quiso revertir el proceso de aburguesamiento del país utilizando los mismos métodos del capitalismo, es decir convocando a elecciones burguesas. No estamos en el tiempo de Clístenes, ahora existen medios privados de comunicación de masas que actúan directamente sobre la psiquis de las personas, tenemos un pueblo pobre y de clase media enferma con los antivalores del capitalismo que no es fácil revertir en tres lustros. Para muestra un botón: tenemos un país donde millones de personas consumen pepsicola y cocacola, a pesar de que todos saben del daño que estos bebedizos venenosos causan a la salud. Un voto es un arma, pero lo es para una persona con conciencia revolucionaria que sabe que al depositarlo se está jugando el futuro político, social y económico de Venezuela. ¿Cuántos venezolanos están conscientes de esto? ¿Cómo es posible que una persona que se ponga a tocar cacerola porque un inepto se la mande, pueda votar? Conocí de varias jóvenes que sufragaron por el candidato de la derecha porque es más buenmozo que Chávez. Otros afirmaban que votarían por el candidato burgués porque iba aumentar el cuarenta por ciento de sueldo. ¿Qué de común tiene un habitante de Carapita con uno que resida en La Lagunita, para que ambos voten por el candidato de la oligarquía? La democracia es para genios o para dioses. No toda persona que vive en un país debería tener derecho al voto. No puede ser que individuos de las calañas anteriores puedan decidir sobre el futuro del país.

No se trata de eslóganes publicitarios: “el pueblo no se equivoca”, no es verdad, durante cuarenta años el pueblo se equivocó y votó reiteradamente por AD y por Copey; “las voz del pueblo es la voz de Dios”, no creo en ningún dios, pero si existe un ser omnipotente y que nunca mete la pata, no pienso que tal deidad hiciera campaña presidencial a favor de Bush o de Carlos Andrés. La democracia, tal como lo concibieron los norteamericanos y los europeos es un mecanismo para preservar los intereses de los grandes consorcios económicos. Democracia tiene que ver con capitalismo y revolución tiene que ver con el gobierno del pueblo, son dos modelos sin nada en común.

Los capitalistas están conscientes que las mentes que no estén sólidamente formadas intelectual y doctrinariamente son presas fáciles de las mentiras y por lo tanto, un potencial votante para la causa oligarca. De allí que todavía los europeos sufraguen por el candidato de la derecha, a pesar de la crisis.

Ciertamente, ganamos las elecciones por casi trescientos mil votos, pero nadie puede dejar de pensar que el triunfo nos dejó un sabor amargo y que nuestra revolución está peligrosamente amenazada. Y eso tiene una razón, la revolución de Chávez no ha logrado formar conciencia revolucionaria entre el pueblo. No cabe duda, la propaganda burguesa caló en millones de votantes, entre esos que toman cocacola, entre los que están preocupados por la ropa de marca, entre los que su mayor logro es ser dueño de una camioneta, en aquellos individuos que su ideal es ir a llevar sus hijos a Disney…aquellos que se preocupan más por tener que por ser.

Tenía razón mi comandante, era y es imperiosa la reforma constitucional, debemos tener una Constitución a la medida de la Revolución Bolivariana y no a la de la democracia burguesa. No es posible que la revolución de Chávez la pongan en peligro unas personas que salgan a tocar cacerola porque un político infeliz gritó fraude sin prueba alguna.

No somos cubanos ni tampoco del Vietnam, cuyos habitantes tienen a sus héroes y sus mártires: El Che, Camilo Cienfuegos, Fidel, Ho Chi Min…entre tantos. Los héroes son modelos seguir, es decir, son conductas que los revolucionarios verdaderos deben imitar. La Revolución Bolivariana, tiene los suyos, Escarrá, Lara, Lanz, entre tantos y el más insigne, mi comandante Chávez. Ser chavista no es sólo cantar canciones al Gigante Revolucionario, se es chavista porque se es leal, trabajador, responsable, estudioso, patriota, sensible al dolor ajeno, solidario, desprendido de los vicios burgueses, ente tantas de sus virtudes a remedar.

Hay que revisar la democracia, debemos crear nuestra propia democracia desligada de las raíces burguesa. La oligarquía está al asecho y todavía somos muy débiles. Debemos crear un ejército de voluntarios que lleve el mensaje a los pobres y les explique que los responsables de su pobreza son los oligarcas, los explotadores, los que les están envenenando a sus hijos con comida chatarra, los que les está pudriendo su mente con los medios de comunicación privada, debemos convertir el Perro y la Rana en un instrumento divulgador de la revolución revolucionaria. Se debe verificar que el mensaje llegó. La tarea no es fácil, es verdaderamente apolínea, es importante purificar la mente de muchos infectos de capitalismo. Honor, gloria e inmortalidad a mi comandante Chávez..


enocsa_@hotmail.com











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Enoc Sánchez


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