Chavismo versus capitalismo

A pocos meses de las votaciones el pueblo de Venezuela acudirá a los centros electorales para escoger el próximo presidente. No cabe duda, la alternativa no es entre el Chocobobo, alias Capriles y mi comandante Hugo. La disyuntiva plantea la escogencia entre un modelo que alucina como un agonizante pero que todavía arroja sobre los venezolanos las borrascas de su aciaga historia. Es decir el modelo cuartorepublicano, la encarnación más palmaria de aquellas lacras ideológicas, de las falsas y nauseabundas democracias al servicio de los monopolios extranjeros. Aquellos gobiernos caracterizados por la explotación económica a través de la dominación política, en connivencia con la oligarquía parásita criolla. Esto permitió incorporar en nuestro país la nefasta burguesía capitalista no nacional coaligada con los excesos del capitalismo monopólico. De esta manera se fueron estableciendo estructuras latifundistas con enormes extensiones de tierras productivas, sobre la base del monocultivo y la extracción de materias primas por parte de empresas extrajeras. La otra opción, la reelección de mi comandante Hugo, quien propone un modelo de país basado en el nacionalismo, en el control soberano de la materia prima sepultada en las entrañas de nuestra tierra, cuyos dividendos son y serán utilizados en el beneficio de los excluidos y de todos los venezolanos. Un modelo fundamentado en una economía socialista, en el humanismo, en la solidaridad, en el amor hacia el prójimo y no en el odio, ni en el único icono al cual los capitalistas le rinden pleitesía: el dinero.

El capitalismo, el modelo que pretende reinstaurar el candidato de la MUD, en el caso hipotético de ganar las elecciones, ha dejado una secuela tenebrosa en la faz de la Tierra durante todas las épocas y en toda la geografía donde existan bípedos pensantes. Los ejemplos palpables los tenemos en la vieja Europa, en Norte América (Canadá y Estados Unidos). Montones de estudiante salen a la calle a exigir una educación gratuita y de excelencia, grupos de de señores y señoras de la tercera edad reclamando pensión y servicios de salud dignos. Miles de familia en España, USA, Portugal, Irlanda, Grecia, entre tantos, en multitudinarias manifestaciones demandan a los gobiernos la posibilidad de rescatar sus viviendas dado que los bancos codiciosos los desalojaron de sus hogares por no poder pagar la hipoteca. Tal injusticia es el colorarlo de los despidos masivos y de las reducciones o “ajustes” de presupuestos por parte de los gobiernos sumisos al FMI. Son las secuelas del modelo neoliberal aplicado en Chile, Francia, el Reino Unido. Bélgica, Irlanda, entre otros. Cabe resaltar que el modelo capitalista es insensible, antihumano, depredador que está acabando con la vida del planeta, cuyo único interés son las ganancias de las grandes corporaciones.

En la actualidad 500 grandes monopolios transnacionales dominan la mayoría de la actividad económica terrícola. Tales corporaciones se reparten todos los beneficios derivados de las materias primas producidas por diversos países y cuyos ejecutivos, en componendas con políticos apátridas, han desnacionalizados las empresas de muchos estados que tanto costó emancipar. Aquellas empresas generan un volumen de ventas correspondiente, aproximadamente, a un 45 %, es decir casi la mitad del Producto Interno Bruto mundial. Entre estas firmas se pueden citar: General Motor, Ford Motor, Toyota motor, ING Group. IBM, INTEL, Siemens, Fujitsu, BASF, Dupont de Nemours, Bayer, Merk, Exxon Mobil, Royal Dutch-Shell, Chevron-Texaco…., con un rasgo muy particular: casi el 50 % de estas empresas pertenecen a EEUU . Con la certeza que los naturales de la nación dueña de los recursos, nunca disfrutarán de las mercedes de la explotación de los recursos naturales mal habidos por las compañías explotadoras.


Es escalofriante lo que pasa en el mundo, ante la impasibilidad de los electores que acuden de manera estoica para depositar su voto, sin pensar que el candidato que podría ser elegido está apoyado por esas funestas empresas multinacionales. Estas corporaciones están comprometidas entre otras cosas con: el financiamiento de numerosas guerras para conseguir materia prima barata y mano de obra casi esclava. Ahora bien, cuando un joven sale a combatir fuera de sus fronteras, lo hace en la defensa de los intereses de tales monopolios. Es importante resaltar que sólo cinco firmas, dos de Estados Unidos (Exxon Mobil y la Chevron-Texaco), dos de Inglaterra - Países Bajos (Royal-Dutch-Shell y BP) y una de Francia (Total Fina Elf) controlan el 50,8 % del mercado petrolero mundial . Como se ve, los brazos largos del Capitalismo Mundial menoscaban gran parte del territorio del planeta. Es inevitable que los habitantes del planeta enfrenten de forma organizada a estos monstruos devoradores de materia prima. Por ejemplo, empresas multinacionales como la Toyota explotan los obreros en países como Asia y América Latina, con sueldos muy inferiores a los de Alemania y Suiza. Por tal razón, para enfrentar aquella empresa, todos los obreros deberán agruparse en un solo sindicato socialistas de carácter supranacional, con la finalidad de buscar un mismo estándar de vida para todos los empleados regados por diversos países.

No sólo las guerras recientes son una invención del capitalismo, la cual le permite crecer sus economías sobre la base de malévolas fábricas de armas, también la contaminación ambiental es el corolario de la avidez por las ganancias de los grandes monopolios. La cantidad de monóxido de carbono vertidos por las chimeneas de las empresas está afectando la composición atmosférica (efecto invernadero) y algunos de estos cambios perjudican los humanos y los ecosistemas, consecuencia de los indetenibles avances tecnológico. Esto trae como resultado la multiplicidad en la magnitud y diversidad de sustancias tóxicas y no tóxicas (agentes químicos, físicos y biológicos) inventadas por los hombres y destinadas a la alteración del medio ambiente y la atmosfera terrestre. Estas deletéreas concentraciones se convirtieron en agentes nocivos para la salud y perjudiciales para la vida vegetal o animal, impidiendo el uso normal de parques, lugares de recreación y el goce de los mismos

Qué decir de la desforestación, cuya responsabilidad es de los de los depredadores monopolios madereros, cuyo afán por el dinero proveniente de la tala de enormes bosques están convirtiendo hermosas junglas en desiertos inhabitables. Imposible dejar de lado la contaminación de ríos y océanos. Son tales los males del capitalismo que faltaría espacio para continuar con este artículo.

Para desgracia del mundo, el capitalismo controla las grandes corporaciones mediáticas, las cuales mediante un continuo bombardeo de imágenes, a través de la publicidad, mantienen engañado a los lectores de prensa y a los televidentes. Los medios de comunicación proporcionan una maquinaria colosal de tecnología para la manipulación, aquella que envía palabras e imágenes que se le introducen dentro del cerebro de los usuarios. A través de estos mensajes de prensa, radio y televisivos, directos o subliminales, las mentiras de los grandes monopolios y de los políticos parecerán seductoras verdades.

Estos protervos capitalistas son los socios del candidato de la derecha, el Chocobobo, alias Capriles, quien en el caso negado de ganar las elecciones le entregará los recursos naturales del país a la grandes corporaciones multinacionales para aplicar el nefasto modelo neoliberal que atenta contra los obreros, profesionales, personas de la tercera edad, jubilados (as), estudiantes, es decir, atenta contra la vida y la existencia del planeta. Por fortuna existe la alternativa al capitalismo, el chavismo, encarnado en mi comandante Hugo, quien, con su reelección le asegurará al pueblo venezolano que aquellos protervos oligarcas más nunca volverán a gobernar este país.


enocsa_@hotmail.com



Esta nota ha sido leída aproximadamente 2662 veces.



Enoc Sánchez


Visite el perfil de Enoc Sánchez para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Enoc Sánchez

Enoc Sánchez

Más artículos de este autor