El discurso electoral en Venezuela (V)

El discurso electoral en Venezuela (V)

 

Luis Delgado Arria

 

 

 
     
  1. La pulcritud en la organización del discurso y la profunda y sugestiva heterogeneidad discursiva, es decir la multitud de discursos que cita tanto explícita como implícitamente Capriles Radonski en su vocería señala que su discurso es un producto de laboratorio, no una mera improvisación o resultado de una factura doméstica. Tan solo en un discurso marginal pronunciado ante dirigentes del Partido Podemos, Capriles apeló explícita o implícitamente a cuando menos 19 autoridades discursivas diferentes, entre ellas discursos procedentes de la filosofía política (Keines), la política (Martin Luther King, Pizarro, Pinochet, Ismael García, Chávez), el marketing político (Alfonsín, Lusinchi, Carlos Andrés Pérez, Obama) la historia patria (Simón Bolívar), la literatura (Ernest Henley/ Nelson Mandela), los deportes (selección vinotinto), la religión (Eclesiastés, San Juan Apóstol, San Ambrosio de Millán, Santa Teresita del Niño Jesús, Madre Teresa de Calcuta), las ONGs contra el SIDA (ONG Somos la llave del futuro) y hasta a la religiosidad popular.
  2.  
 

 

 
     
  1. Tal despliegue de heterogeneidad es generalmente índice de un orden discursivo meticulosamente planificado, pulido, ensayado y actuado con antelación. Una Formación Discursiva sólo puede enunciar de forma válida cuando es capaz de inscribir su alocución en los vestigios de otra(s) deixis discursiva cuya(s) historia(s) instituye(n) y capta(n) a su favor. Y esta premisa fundante de los más recientes enfoques del análisis de discurso viene siendo magistralmente usada por Capriles.
  2.  
 

 

 
     
  1. El discurso opositor tiene su base de sustentación no sólo ni principalmente en el discurso del candidato Capriles Radonski, los voceros que personifican su campaña y los periodistas y medios de comunicación que la difunden. El anclaje discursivo de la campaña de Capriles Radonski lo constituye el discurso liberal-burgués cimentado en el falso discurso del progreso liberal, la libertad liberal y la libre empresa.
  2.  
 

 

 
     
  1. El Discurso de Capriles se apoya en el discurso que el sistema capitalista mundial promueve desde la imponente maquinaria diseminadora de falsa conciencia pequeño-burguesa que aceita primordialmente CNN y Hollywood. Es decir, una práctica discursiva coherentemente propugnada y legitimada desde toda la programación mal llamada informativa, de comunicación, educación y de entretenimiento que desde hace décadas propaga la industria masiva de comunicación/ información globalizada.
  2.  
 

 

 
     
  1. El mundo de relaciones que el discurso utópico burgués del “autobús del futuro” que defiende Capriles tiene un apoyo en un segmento importante de los electores pues se asienta en un discurso cuasi religioso que antepone los derechos del individuo por sobre los derechos de los colectivos. Al efecto se absolutiza  una supuesta plena libertad, por encima de todo bienestar social; lo cual incluye: la libertad de pseudo-pensamiento, de pseudo-expresión, de pseudo-asociación, de pseudo-prensa, pseudo-igualdad jurídica y un derecho a la propiedad privada individual y corporativa monopólica que es vendido como indispensable de ser salvaguardado y protegido por la ley (códigos civiles, constituciones, e instituciones) basadas en la división de poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) así como en la tolerancia religiosa al interno de un Estado laico.
  2.  
 

 

 
     
  1. Y mientras Capriles Radonski intensifica una campaña empecinada en sintonizar con un sueño colectivo y positivo de país contenido en su visión—universo idílico— el campo chavista opositor es representado como un universo caótico. Los rumores sobre intervención de entidades bancarias, supuestos alimentos podridos de PDVAL y Mercal, desabastecimiento e inestabilidad de PDVSA, nuevos conflictos carcelarios, invasiones de terrenos y edificios de manera simultánea y extendida, multiplicación de conflictos universitarios, hiper-conflictividad en las empresas de Guayana, derrames petroleros y la espectacularización de sucesos de violencia ya sufren una sobre explotación y sobre-dimensión mediática que sirven de dispositivos para justificar la tesis de Capriles que justifica y apremia hacer un cambio que él asegura emblematizar.
  2.  
 

 

 
     
  1. Capriles Radonski se asume como locutor discursivo de ocasión de un enunciador permanente que es el sistema capitalista mundial, y sus planes de recolonización de Venezuela, América Latina y los países del Sur. Capriles apela habilidosamente a una aclimatación del mito de La Gran Venezuela desvariado por el gobierno Carlos Andrés Pérez durante su primer mandato (1973-78).
  2.  
 

 

 
     
  1. La táctica de enmascarar una vuelta al neoliberalismo de mercado mediante un discurso progresista-populista similar al propugnado Carlos Andrés Pérez a inicios de su segundo mandato (89-93) se soporta discursivamente en la maniobra ideológica de explotar la utopía fantasiosa de una bonanza generalizada fácilmente alcanzable por vía del justo reparto de las oportunidades producto de la renta petrolífera del país (aclimatación de la Tarjeta Mi Negra). Renta virtualmente desvalijada al país según el discurso opositor a causa de la corrupción interna y por vía de los repetidos y dispendiosos regalos de Chávez a países vecinos.
  2.  
 

 

 
     
  1. La historia reciente de Venezuela y otras partes del mundo confirma que no es prudente subestimar o minimizar el aliento electoral de una utopía de derechas habilidosamente apuntalada en un contrato clientelar/ populista mercadeado desde la gran maquinaria publicitaria de los medios privados y apoyado por la programación noticiosa y de entretenimiento/ ficción. El hecho de que además Capriles aparezca patrocinando un discurso progresista de centro izquierda gestiona seducir y capitalizar el voto abstencionista y descontento, especialmente de los jóvenes.
  2.  
 

 

 
     
  1. Se apela muy habilidosa y populistamente a sectores que se sabe juran que la acomodada renta petrolera venezolana bien administrada bien alcanzaría para montar a todos los venezolanos en un prodigioso autobús del progreso y la prosperidad, conjurando así el sentimiento de frustración resultante de no haber podido ascender a dicho estado de bienestar. Discursivamente se busca consolidar la cultura dependiente que espera obtener prebendas del Estado a cambio de desafiliarse de la praxis de la lucha de clases. 
  2.  
 

 

 
     
  1. De cara a un discurso opositor que gestiona apropiar, capitalizar y volver en su favor banderas históricas del chavismno: (programas sociales, país tricolor, coexistencia pacífica, progresismo, poder popular, etc.) con el pretexto de que estos logros y banderas han sido parcial o totalmente desechados, parece clave continuar y robustecer aun más los programas sociales y otras iniciativas, enfatizar la diversidad y carácter no clientelar de la integración y anunciar la definitiva elección íntegramente por las bases en las próximas elecciones de poderes regionales y locales.
  2.  
 

 

 
     
  1. Las afirmaciones esgrimidas por los ex presidentes Cardoso (Brasil), Lagos (Chile) y Felipe González (España) durante el reciente Foro Palabras para Venezuela promovido por Banesco ofrece evidencia empírica de que sus enunciados emanan del mismo campo discursivo y responden a la misma estrategia que intenta posicionar Capriles. Un discurso con todos los visos de ser habilidosamente pre-cocinado y monitoreado desde los centros especialistas en guerra sucia al servicio del sistema capitalista mundial.
  2.  
 

 

 
     
  1. Amparados por el prestigio de un supuesto éxito de las políticas adoptadas en sus respectivos gobiernos los presidentes pontificaron a modo de adivinadores. Cuando Cardoso afirma en un foro celebrado en Venezuela ―y en plena pre-campaña electoral― que no es posible conjugar socialismo y militarismo está apelando al mismo recurso de la presuposición que sistemáticamente está explotando Capriles. Cardoso adrede oculta así dos preposiciones: 1) No hay socialismo en Venezuela. 2) Para que haya socialismo debe cambiarse antes a Chávez de la primera magistratura pues él es un militarista. Cardoso, Lagos y en menor medida González sibilinamente enuncian que el futuro democrático en el mundo pasa una vuelta al moderno sistema neoliberal y que Chávez y su pretendido socialismo no tienen nada decir en este “nuevo mundo globalizado de las libertades y las oportunidades”. Hacer pasar lo viejo por nuevo y lo retrógrado por progresista es un truco que encuentra asidero real en la hegemonía económico-política y mediática global.
  2.  
 

 

 
     
  1. De cara a un discurso utópico opositor que pudiera resumirse en el slogan: nueva política progresista, nuevo presidente pareciera conveniente y provechoso edificar una nueva praxis y un eslogan alternativo. El discurso opositor resumido en la tesis nueva política progresista, nuevo y dinámico presidente portador de ideas nuevas busca que el discurso chavista encalle en una oferta electoral reactiva, del tipo: misma fracasada política socialista, mismo cansado presidente sin propuestas nuevas. Frente a esta operación se propone que el candidato Chávez sea presentado como portador de una contra-oferta utópica, diferenciadora, y sobre todo de corte indiscutiblemente socialista y resueltamente participativa que exteriorice palmariamente qué y cómo la sociedad socialista sobrepasa de lejos los alcances de inclusión en el mero ingreso que propugna una de cuño meramente progresista-burguesa como la prometida por Capriles. Una sociedad progresista-burguesa que Kofi Annan resume bien en la frase: "Una verdadera asociación entre los gobiernos, el sector privado y la comunidad internacional alberga una gran promesa." Naturalmente aquí la independencia de clase del proletariado y de otros sectores históricamente oprimidos y la centralidad de estos sectores para hacer su propia historia queda casi del todo suprimida.
  2.  
 

 

 
     
  1. En definitiva el discurso opositor busca hacer ver al candidato/ presidente Hugo Chávez como la encarnación de un pasado ya superado. O que en todo caso, se encuentra ya sin nuevas fuerzas ni propuestas creíbles y seductoras. Tramitan construir la identidad inseparable entre modelo socialista históricamente fracasado y candidato enfermo crónico, en estado terminal. Para lograr este efecto de verdad resulta particularmente importante hacer ver a Chávez como el Caldera de 1998 y a Capriles como el Chávez de ese mismo año. Ello explica la agresiva campaña de visitas casa por casa que viene desplegando Capriles por todo el país.
  2.  
 

 

 
     
  1. Y explica por qué es clave que Capriles aparezca en medios insistentemente interactuando, compartiendo, escuchando, tocando a la gente y corriendo acompañado de jóvenes afro-descendientes para evidenciar, además de su perfil multi-clasista, su portentoso estado de salud. El objetivo discursivo apunta no solo a tomarle la delantera mediático-simbólica al candidato del chavismo como a sugerir que lo coloca a la defensiva frente a una práctica político-discursiva de nuevo paradigma que promete desplegar la identidad necesaria contenida en la ecuación: nueva política progresista no populista/ nuevo presidente.
  2.  
 

 

 

A modo de marco teórico

 

 

 

Explorar con acierto la dinámica dialéctica ―a la par como causa y efecto― de una interpelación discursiva y extra discursiva ―como la que por definición atraviesa toda contienda político-electoral y muy en particular la aquí analizada― presume además solicitar la noción de imaginario social acuñada en 1964 por Cornelius Castoriadis. Los imaginarios sociales según Castoriadis son elementos constituyentes de la heterogeneidad de discursos y prácticas sociales que conforman los dispositivos socio-históricos de subjetivación.

 

 

 

Todo discurso navega o surfea, por así decirlo, sobre imaginarios sociales prexistentes pero en constante dinámica de re-figuración. Encuadrar teóricamente un discurso político y el campo discursivo e institucional en que se inscribe presume además auscultar las condiciones de posibilidad que permitan genealogizar los diversos dispositivos de su respectivo saber-poder junto con los valiosos aportes de la historia de las mentalidades y ―en el caso que nos ocupa― de la vocería política presidencial. Todo a partir de un activo ejercicio de escucha que posibilite ―en cada caso y recursivamente― re-pensar lo que se hace y re-hacer lo que se piensa.

 

 

 

Valorar la esgrima de discursos y contra discursos político-electorales en el horizonte de la dinámica de producción y reconfiguración incesante de imaginarios sociales también supone analizar dichos discursos e imaginarios al interno de la red intrincada de instituciones y estrategias bio-políticas de disciplinamiento y resistencia constitutivas del todo social. Pensar problemática y productivamente este momento de la historia presume trabajarlo como coyuntura de y para la reconfiguración (profundización o retraimiento) de la lucha de clases.

 

 

 

La maniobra de análisis de discurso no opera única ni principalmente sobre en la dinámica polémica de campos discursivos discretos puestos en contexto. Se inscriben, por el contrario, en universos discursivos mayores que demandan apelar a los nuevos desarrollos de la teoría social, la filosofía del lenguaje, el nuevo análisis de discurso y la localización/ afectación de imaginarios sociales en acción. Distinguir e interpretar las recurrencias discursivas y extra-discursivas, indagar en el sentido de las prácticas sociales ―incluyendo las prácticas teóricas― y diseñar dispositivos con capacidad para instalar e dilucidar lo inesperado se presentan como los desafíos interpretativos claves para examinar de forma adecuada discursos e imaginarios sociales e interactuar en tiempo real con las lógicas colectivas.

 

 

 

Plantearse realizar tales operaciones supone apelar a una caja de herramientas teórico-críticas en bucle recursivo, esto es en permanente proceso de construcción, creando la posibilidad de trabajar sobre un pensar/ hacer colectivo y problemático, esto es en situación. Justo lo contrario a trabajar con un enfoque dogmático y mecanicista, predefinido a priori.

 

 

 

El discurso electoral en Venezuela (V)

 

Luis Delgado Arria

 

 

 
     
  1. La pulcritud en la organización del discurso y la profunda y sugestiva heterogeneidad discursiva, es decir la multitud de discursos que cita tanto explícita como implícitamente Capriles Radonski en su vocería señala que su discurso es un producto de laboratorio, no una mera improvisación o resultado de una factura doméstica. Tan solo en un discurso marginal pronunciado ante dirigentes del Partido Podemos, Capriles apeló explícita o implícitamente a cuando menos 19 autoridades discursivas diferentes, entre ellas discursos procedentes de la filosofía política (Keines), la política (Martin Luther King, Pizarro, Pinochet, Ismael García, Chávez), el marketing político (Alfonsín, Lusinchi, Carlos Andrés Pérez, Obama) la historia patria (Simón Bolívar), la literatura (Ernest Henley/ Nelson Mandela), los deportes (selección vinotinto), la religión (Eclesiastés, San Juan Apóstol, San Ambrosio de Millán, Santa Teresita del Niño Jesús, Madre Teresa de Calcuta), las ONGs contra el SIDA (ONG Somos la llave del futuro) y hasta a la religiosidad popular.
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  1. Tal despliegue de heterogeneidad es generalmente índice de un orden discursivo meticulosamente planificado, pulido, ensayado y actuado con antelación. Una Formación Discursiva sólo puede enunciar de forma válida cuando es capaz de inscribir su alocución en los vestigios de otra(s) deixis discursiva cuya(s) historia(s) instituye(n) y capta(n) a su favor. Y esta premisa fundante de los más recientes enfoques del análisis de discurso viene siendo magistralmente usada por Capriles.
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  1. El discurso opositor tiene su base de sustentación no sólo ni principalmente en el discurso del candidato Capriles Radonski, los voceros que personifican su campaña y los periodistas y medios de comunicación que la difunden. El anclaje discursivo de la campaña de Capriles Radonski lo constituye el discurso liberal-burgués cimentado en el falso discurso del progreso liberal, la libertad liberal y la libre empresa.
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  1. El Discurso de Capriles se apoya en el discurso que el sistema capitalista mundial promueve desde la imponente maquinaria diseminadora de falsa conciencia pequeño-burguesa que aceita primordialmente CNN y Hollywood. Es decir, una práctica discursiva coherentemente propugnada y legitimada desde toda la programación mal llamada informativa, de comunicación, educación y de entretenimiento que desde hace décadas propaga la industria masiva de comunicación/ información globalizada.
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  1. El mundo de relaciones que el discurso utópico burgués del “autobús del futuro” que defiende Capriles tiene un apoyo en un segmento importante de los electores pues se asienta en un discurso cuasi religioso que antepone los derechos del individuo por sobre los derechos de los colectivos. Al efecto se absolutiza  una supuesta plena libertad, por encima de todo bienestar social; lo cual incluye: la libertad de pseudo-pensamiento, de pseudo-expresión, de pseudo-asociación, de pseudo-prensa, pseudo-igualdad jurídica y un derecho a la propiedad privada individual y corporativa monopólica que es vendido como indispensable de ser salvaguardado y protegido por la ley (códigos civiles, constituciones, e instituciones) basadas en la división de poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) así como en la tolerancia religiosa al interno de un Estado laico.
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  1. Y mientras Capriles Radonski intensifica una campaña empecinada en sintonizar con un sueño colectivo y positivo de país contenido en su visión—universo idílico— el campo chavista opositor es representado como un universo caótico. Los rumores sobre intervención de entidades bancarias, supuestos alimentos podridos de PDVAL y Mercal, desabastecimiento e inestabilidad de PDVSA, nuevos conflictos carcelarios, invasiones de terrenos y edificios de manera simultánea y extendida, multiplicación de conflictos universitarios, hiper-conflictividad en las empresas de Guayana, derrames petroleros y la espectacularización de sucesos de violencia ya sufren una sobre explotación y sobre-dimensión mediática que sirven de dispositivos para justificar la tesis de Capriles que justifica y apremia hacer un cambio que él asegura emblematizar.
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  1. Capriles Radonski se asume como locutor discursivo de ocasión de un enunciador permanente que es el sistema capitalista mundial, y sus planes de recolonización de Venezuela, América Latina y los países del Sur. Capriles apela habilidosamente a una aclimatación del mito de La Gran Venezuela desvariado por el gobierno Carlos Andrés Pérez durante su primer mandato (1973-78).
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  1. La táctica de enmascarar una vuelta al neoliberalismo de mercado mediante un discurso progresista-populista similar al propugnado Carlos Andrés Pérez a inicios de su segundo mandato (89-93) se soporta discursivamente en la maniobra ideológica de explotar la utopía fantasiosa de una bonanza generalizada fácilmente alcanzable por vía del justo reparto de las oportunidades producto de la renta petrolífera del país (aclimatación de la Tarjeta Mi Negra). Renta virtualmente desvalijada al país según el discurso opositor a causa de la corrupción interna y por vía de los repetidos y dispendiosos regalos de Chávez a países vecinos.
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  1. La historia reciente de Venezuela y otras partes del mundo confirma que no es prudente subestimar o minimizar el aliento electoral de una utopía de derechas habilidosamente apuntalada en un contrato clientelar/ populista mercadeado desde la gran maquinaria publicitaria de los medios privados y apoyado por la programación noticiosa y de entretenimiento/ ficción. El hecho de que además Capriles aparezca patrocinando un discurso progresista de centro izquierda gestiona seducir y capitalizar el voto abstencionista y descontento, especialmente de los jóvenes.
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  1. Se apela muy habilidosa y populistamente a sectores que se sabe juran que la acomodada renta petrolera venezolana bien administrada bien alcanzaría para montar a todos los venezolanos en un prodigioso autobús del progreso y la prosperidad, conjurando así el sentimiento de frustración resultante de no haber podido ascender a dicho estado de bienestar. Discursivamente se busca consolidar la cultura dependiente que espera obtener prebendas del Estado a cambio de desafiliarse de la praxis de la lucha de clases. 
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  1. De cara a un discurso opositor que gestiona apropiar, capitalizar y volver en su favor banderas históricas del chavismno: (programas sociales, país tricolor, coexistencia pacífica, progresismo, poder popular, etc.) con el pretexto de que estos logros y banderas han sido parcial o totalmente desechados, parece clave continuar y robustecer aun más los programas sociales y otras iniciativas, enfatizar la diversidad y carácter no clientelar de la integración y anunciar la definitiva elección íntegramente por las bases en las próximas elecciones de poderes regionales y locales.
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  1. Las afirmaciones esgrimidas por los ex presidentes Cardoso (Brasil), Lagos (Chile) y Felipe González (España) durante el reciente Foro Palabras para Venezuela promovido por Banesco ofrece evidencia empírica de que sus enunciados emanan del mismo campo discursivo y responden a la misma estrategia que intenta posicionar Capriles. Un discurso con todos los visos de ser habilidosamente pre-cocinado y monitoreado desde los centros especialistas en guerra sucia al servicio del sistema capitalista mundial.
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  1. Amparados por el prestigio de un supuesto éxito de las políticas adoptadas en sus respectivos gobiernos los presidentes pontificaron a modo de adivinadores. Cuando Cardoso afirma en un foro celebrado en Venezuela ―y en plena pre-campaña electoral― que no es posible conjugar socialismo y militarismo está apelando al mismo recurso de la presuposición que sistemáticamente está explotando Capriles. Cardoso adrede oculta así dos preposiciones: 1) No hay socialismo en Venezuela. 2) Para que haya socialismo debe cambiarse antes a Chávez de la primera magistratura pues él es un militarista. Cardoso, Lagos y en menor medida González sibilinamente enuncian que el futuro democrático en el mundo pasa una vuelta al moderno sistema neoliberal y que Chávez y su pretendido socialismo no tienen nada decir en este “nuevo mundo globalizado de las libertades y las oportunidades”. Hacer pasar lo viejo por nuevo y lo retrógrado por progresista es un truco que encuentra asidero real en la hegemonía económico-política y mediática global.
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  1. De cara a un discurso utópico opositor que pudiera resumirse en el slogan: nueva política progresista, nuevo presidente pareciera conveniente y provechoso edificar una nueva praxis y un eslogan alternativo. El discurso opositor resumido en la tesis nueva política progresista, nuevo y dinámico presidente portador de ideas nuevas busca que el discurso chavista encalle en una oferta electoral reactiva, del tipo: misma fracasada política socialista, mismo cansado presidente sin propuestas nuevas. Frente a esta operación se propone que el candidato Chávez sea presentado como portador de una contra-oferta utópica, diferenciadora, y sobre todo de corte indiscutiblemente socialista y resueltamente participativa que exteriorice palmariamente qué y cómo la sociedad socialista sobrepasa de lejos los alcances de inclusión en el mero ingreso que propugna una de cuño meramente progresista-burguesa como la prometida por Capriles. Una sociedad progresista-burguesa que Kofi Annan resume bien en la frase: "Una verdadera asociación entre los gobiernos, el sector privado y la comunidad internacional alberga una gran promesa." Naturalmente aquí la independencia de clase del proletariado y de otros sectores históricamente oprimidos y la centralidad de estos sectores para hacer su propia historia queda casi del todo suprimida.
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  1. En definitiva el discurso opositor busca hacer ver al candidato/ presidente Hugo Chávez como la encarnación de un pasado ya superado. O que en todo caso, se encuentra ya sin nuevas fuerzas ni propuestas creíbles y seductoras. Tramitan construir la identidad inseparable entre modelo socialista históricamente fracasado y candidato enfermo crónico, en estado terminal. Para lograr este efecto de verdad resulta particularmente importante hacer ver a Chávez como el Caldera de 1998 y a Capriles como el Chávez de ese mismo año. Ello explica la agresiva campaña de visitas casa por casa que viene desplegando Capriles por todo el país.
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  1. Y explica por qué es clave que Capriles aparezca en medios insistentemente interactuando, compartiendo, escuchando, tocando a la gente y corriendo acompañado de jóvenes afro-descendientes para evidenciar, además de su perfil multi-clasista, su portentoso estado de salud. El objetivo discursivo apunta no solo a tomarle la delantera mediático-simbólica al candidato del chavismo como a sugerir que lo coloca a la defensiva frente a una práctica político-discursiva de nuevo paradigma que promete desplegar la identidad necesaria contenida en la ecuación: nueva política progresista no populista/ nuevo presidente.
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A modo de marco teórico

 

 

 

Explorar con acierto la dinámica dialéctica ―a la par como causa y efecto― de una interpelación discursiva y extra discursiva ―como la que por definición atraviesa toda contienda político-electoral y muy en particular la aquí analizada― presume además solicitar la noción de imaginario social acuñada en 1964 por Cornelius Castoriadis. Los imaginarios sociales según Castoriadis son elementos constituyentes de la heterogeneidad de discursos y prácticas sociales que conforman los dispositivos socio-históricos de subjetivación.

 

 

 

Todo discurso navega o surfea, por así decirlo, sobre imaginarios sociales prexistentes pero en constante dinámica de re-figuración. Encuadrar teóricamente un discurso político y el campo discursivo e institucional en que se inscribe presume además auscultar las condiciones de posibilidad que permitan genealogizar los diversos dispositivos de su respectivo saber-poder junto con los valiosos aportes de la historia de las mentalidades y ―en el caso que nos ocupa― de la vocería política presidencial. Todo a partir de un activo ejercicio de escucha que posibilite ―en cada caso y recursivamente― re-pensar lo que se hace y re-hacer lo que se piensa.

 

 

 

Valorar la esgrima de discursos y contra discursos político-electorales en el horizonte de la dinámica de producción y reconfiguración incesante de imaginarios sociales también supone analizar dichos discursos e imaginarios al interno de la red intrincada de instituciones y estrategias bio-políticas de disciplinamiento y resistencia constitutivas del todo social. Pensar problemática y productivamente este momento de la historia presume trabajarlo como coyuntura de y para la reconfiguración (profundización o retraimiento) de la lucha de clases.

 

 

 

La maniobra de análisis de discurso no opera única ni principalmente sobre en la dinámica polémica de campos discursivos discretos puestos en contexto. Se inscriben, por el contrario, en universos discursivos mayores que demandan apelar a los nuevos desarrollos de la teoría social, la filosofía del lenguaje, el nuevo análisis de discurso y la localización/ afectación de imaginarios sociales en acción. Distinguir e interpretar las recurrencias discursivas y extra-discursivas, indagar en el sentido de las prácticas sociales ―incluyendo las prácticas teóricas― y diseñar dispositivos con capacidad para instalar e dilucidar lo inesperado se presentan como los desafíos interpretativos claves para examinar de forma adecuada discursos e imaginarios sociales e interactuar en tiempo real con las lógicas colectivas.

 

 

 

Plantearse realizar tales operaciones supone apelar a una caja de herramientas teórico-críticas en bucle recursivo, esto es en permanente proceso de construcción, creando la posibilidad de trabajar sobre un pensar/ hacer colectivo y problemático, esto es en situación. Justo lo contrario a trabajar con un enfoque dogmático y mecanicista, predefinido a priori.

 

 

 

delgadoluiss@gmail.com



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Luis Delgado Arria


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