Nadie popular está con la cultura elitesca, qué pena con Messi, tenemos un desleche en el transporte, Sinferry y cuidado con los micrófonos

Aun con la regaladera de libros en todos los espacios populares -excelente política gubernamental para facilitar el acceso a los libros- y de la venta en las Librerías del Sur y en las ferias del Libro, especialmente bien montada, surtida y promocionada solamente la de Caracas, no hemos logrado entusiasmar a nuestra gente popular –con sus excepciones, como es lógico. No rompemos el muro cerebral que nos separa del tercermundismo. Recientemente, escapando de la capital, estuve en la bella isla de Margarita. Coincidía con una especie de festival de la literatura: Bienal Gustavo Pereira, que se realizó como homenaje a la obra de ese escritor venezolano. En Juangriego conversaba con unos camaradas margariteños y a manera de una especie de investigación les pregunté si conocían a Gustavo Pereira. De inmediato les expliqué que es un valioso escritor margariteño de Punta de Piedras que vive en Lechería, Anzoátegui. Ganador del III Premio Internacional de Poesía Víctor Valera Mora, de reciente data. Ante las miradas de asombro, y para aterrizarlos en algo más alcanzable, les dije que, además de sus muchas obras, también había escrito el Preámbulo de la Constitución. No noté asentimiento sobre este punto.

Recordé  que de Juangriego es el escritor, gran narrador, mejor cuentista, Chevige Guayke y al mencionarlo, uno me dijo que fue su compañero en la primaria y, con orgullo, me señaló el callejón donde, de una manera muy humilde, vivió el niño que luego ganara un premio de cuentos del Nacional, cuando no era Nazional y valía. Muy pocos venezolanos lo conocen, salvo los buenos escritores de la izquierda, y algunos viejos escuálidos.

Como también muchos venezolanos desconocen a Pereira y a ese sinfín de venezolanos que han aportado lo mejor de sus creaciones al mundo literario nacional y latinoamericano, más alguno escapado a los escenarios europeos, eso sí, elitescos. No se atreva a preguntarle a alguien por los nombres de nuestros poetas, narradores, de esta y anteriores épocas, se sorprenderá, lastimosamente, de la ignorancia global. Inclusive, pregúnteles a los profesionales que trabajan en la industria petrolera, con la escuela eminentemente meritocrática técnica. Y de cualquier otra especialidad, preferentemente técnica. Nada. Cómo será que para la semana pasada murió en un accidente automovilístico el artista plástico Valentín Malaver. Un margariteño, joven escultor ganador de bienales en Pto. La Cruz y otros concursos, y de su lamentable pérdida no salió nada en los medios. Ignorancia pura. La cultura de otros tiempos fue elitesca. Había la de revolucionarios, amigos del alma en tiempos de infortunio. Pocos recuerdan al gran maestro Aquiles Nazca. Recientemente han resaltado la labor de su también brillante hermano, escritor y columnista, Aníbal Nazoa. Pero seguro estamos de que, casi todos, lastimosamente, conocen al cómico Claudio Nazoa -accidente que ocurre en las mejores familias. Así es la vida de la inversión de valores. La vida del consumismo de imágenes fatuas. Los vemos en cualquiera de los que hacen vida en televisión que, por sus actuaciones en novelas, espectáculos, etc. llevan una vida holgada. Pregunte usted por la vida de los poetas, o de los artistas plásticos que no han salido del país, y no han tenido éxitos. Pelando. Debes ser muy bueno para que te conozcan. Además, la crítica en revolución, en nuestros libros de primaria y bachillerato, creo, que no se mencionan. Sólo los grandes. ¿Qué tal si se leyeran textos de los poetas de cada localidad en las escuelas, en los barrios de sus ciudades? Vamos a darlos a conocer. Salgamos del submundo de la incultura… de todos.

 De regreso de Margarita, vía a Caracas, como siempre pasee por Pto La Cruz y Barcelona, las ciudades hueco de Oriente. Feas por demás, sin ornato, sin gusto por el paisajismo. Abandonadas. Y me dije: ¿qué irán a pensar Messi y los futbolistas argentinos que vienen para el juego del 11 de esta zona metropolitana de un estado petrolero, y en manos revolucionarias?  ¡Qué pena con esos jugadores! Y la gente protestando, cerrando calles -como en la IV- para que los atiendan y resuelvan el estado de las vías.

La semana pasada en el artículo que alertaba sobre las cosas que molestan a los venezolanos era el problema del tránsito. Las enormes colas. Y alertaba sobre el guarimbeo de las gandolas que viven chocando o accidentadas en las mañanas. El desleche por el transporte tiene que ver con las lamentables circunstancias, “casualidades”, de los aviones. A uno se le cayeron dos turbinas (¿), a otro se le espicharon dos cauchos (¿), a otro no sé que vainas; el gobernador de Mérida aterrizó de emergencia en Lara. Una avioneta aterrizó en la vía a Higuerote. Otro desleche por el choque de tres trenes. ¡Coño! ¿No hay señalización a la entrada del túnel donde chocaron? Las comunicaciones por radio, por teléfono ¿funcionan? ¿Habrá una consola de controles que indique por dónde van los trenes? Estas cagadas de accidentes ocurren en países que tienen un alto tráfico de trenes y arrecha ver tantos accidentes que estimamos pudiesen evitarse.

El trolebús de Mérida tuvo contratiempos con un descarrilamiento porque el conductor no frenó en una curva ¿Y entonces? Ah…, es que en la Venezuela de Chávez no existen controles, todo es un peligro.

Los Tovar de Margarita tienen empresa nueva: Sinferry. Se acabó el martirio para los turistas a Margarita, en especial para sus habitantes. Mientras se organizan, traen nuevas unidades, deberían habilitar un transporte de la Armada para el renglón de alimentos e insumos básicos.

En la guerra mediática que libramos con la oposición nacional e internacional, solicito que se exija que en todas las entrevistas que realiza Globoterror deban tener identificación de ese canal. Vean algunas entrevistas en barriadas, en instituciones populares de los programas agresivos que no los tienen. Quién sabe cuántas mentiras dicen para las entrevistas y para que los entrevistados se manifiesten con franqueza de sus problemas -que estamos solucionando poco a poco- Tal vez les dirán que es un trabajo que pidió Chávez, etc. Mosca con esa operación engaño de Ficarella, radar de los barrios, hasta de la Nitu cuando se atreve a visitarlos.

simnelacir@gmail.com



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Simón E. Lacise R.


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