“@chavezcandanga Hola. Buen día! Aquí estoy, expropiando parcelas, terrenos y apartamentos de Fogade, para transferirlos a familias necesitadas. Es Justicia!” Es parte del dinámico mensaje presidencial para solucionar el problema de la vivienda, que debiendo ser un asunto individual familiar, pero por no haber planificado durante la IV un desarrollo nacional integral y sostenido se convirtió en que la solución está en manos de los gobiernos. Imaginen cómo se hubiera atendido el problema habitacional si, como ocurre en las zonas con conciencia de supervivencia, como en los Andes, los campesinos, los habitantes de esos sectores no hubiesen construido sus buenas viviendas, inclusive contra las bajas temperaturas. O los campesinos del llano, o de la costa, y sus pescadores, que con menos incidencia climática construyeron sus propias viviendas. Que muchos son tipo ranchos, ah, ahí estuvo la falta de asesoramiento por años. Y de apoyo básico.
En las ciudades dejaron que todo mundo construyera donde les diera la gana, marginalizando las periferias. Recordemos que se menciona que el crecimiento de las ciudades se le fue de las manos, por años y constantemente, a todos los organismos planificadores de todos los gobiernos, inclusive a los concejos municipales, hoy alcaldías, parece que siempre con la justificación y por temor a perder ésos votos. Y como todos sabemos, por lo menos en nuestra área metropolitana de Caracas, hay tremendas construcciones, de buena calidad. Sólo que muchas están en zonas vulnerables por la calidad de los terrenos, que además se comprometen con los daños por descargas de aguas, especialmente las servidas. Soy de la opinión que se enfocó urbanísticamente en otros años que se deben consolidar todos los barrios, situación más cómoda o posible hoy día cuando la revolución ha creado un poco de conciencia comunitaria y hay muchas comunidades conformadas en Consejos Comunales.
Esto implicaría evaluar cada espacio dotándolo de sus áreas de servicios con una vialidad básica y adecuada para ello. Será muy difícil que en Caracas se eliminen los “ranchos” que no son ranchos sino viviendas a las que les hacen falta unos acondicionamientos y lo que más las afea a toda visual que es el arreglo de las fachadas.
Sin embargo coincido con la razón de la descentralización, de la desmarginalización de las ciudades, dando un gran impulso al desarrollo agrícola, pecuario y de piscicultura, dentro del marco de crear hábitats armónicos por todo el país, norte de la política habitacional de nuestro comandante. Necesitamos productores no vendedores o comerciantes menores de todo. Con el Arquitecto Farruco quisiera recordarle, con el respeto profesional que implica dirigirse a un arquitecto, a un buen arquitecto (porque hay mucho arquitecto chimbo), que nuestra Caracas, llena de carros y de cuanto vehículo se requiere para abastecerla, requiere de estacionamientos. Las calles pasan a ser estacionamientos. Y es una injusticia que de repente coloquen “No estacionar desde tal a cual hora” porque nos preguntaríamos ¿entonces, dónde nos estacionamos? Permite el gobierno que nos vendan carros, pagamos impuestos y no es que no podamos conducirlos sino que debemos estacionarlos. Es como cuando uno viaja a la zona metropolitana norte de Anzoátegui, asunto que hago con frecuencia, no hay estacionamientos y las calles están estranguladas con vehículos estacionados a todo lo largo. Allá también se requiere de una seria política de estacionamientos. Ojo con eso, Farruco, además es sumamente antipático lo que vimos con el caso del restaurante La Huerta, el estacionamiento es su medio de apoyo y pagan impuestos por ello y por las ventas en un sistema capitalista vivito. Hay que respetar a los que tienen los que han invertido para que les gasten, como para gastar ya sean escuálidos que viven súper bien en este comunismo cubano, como los chavistas a quienes les va bien, aún los que puedan ser corruptos funcionarios, que habrá que investigarlos.
Por otra parte, debemos echarle un parao definitivo a la destructiva acción mediática opositora, toda ella. En estos días escuchaba en el Circuito Éxitos, en el programa matutino de César Miguel Rondón uno de los tantos entrevistados que le dicen lo que él quiere escuchar, y los incita a, un abogado, Carlos Nieto, de una ONG con nombre de posición de perseguido en una dictadura “Una ventana para la Libertad” hablando mentiras a granel contra Chávez. Vimos a Marcel Granier con el matacuras diciendo barbaridades contra todos, contra el CNE, de su presidenta que nunca ha sido ni es de confiar. En Grado 33, el chileno nacionalizado se da el tupé de decir que la acción de cierre de las Casas de Bolsa fue ilegal y cualquier cantidad de mentirosas pajas más, que envenenan. ¡Y no les pasa nada!
Hasta cuándo vamos a permitir mentiras, que paguen por las que dicen. Hemos leído montones de propuestas en Aporrea para frenar a la canalla mediática, de las más recientes de Xavier Padilla el 27/05/11, quien propone un decreto de Debate Público Obligatorio, DPO, para que todo eventual opinador público que use los medios para acusar, injuriar, vejar o poner en duda la integridad moral y ética de cualquier funcionario de la República de elección popular con el propósito de producir, mediante la manipulación de la población a través de matrices de opinión, efectos de masa adversos y de coerción colectiva capaces de perturbar el funcionamiento de las gestiones administrativas del país, quedaría automáticamente comprometido a debatir en público (en directo, frente a los mismos usuarios en quienes depositara sus acusaciones) con la parte aludida o con un defensor designado por ésta. Diría yo, que a demostrarlo claramente, si no que vaya preso.
Y agrega Padilla: La ley o el decreto DPO llevaría tácitamente el siguiente mensaje: "Señores y Señoras mediáticos, portavoces políticos, entrevistados permanentes, iconos de falange, cabezas de sector y líderes penitentes: ustedes, quienes ponen todas sus energías en captar nuestra atención y se desviven por convencernos con sus discursos envalentonados y sus estratégicas apariciones, ¿quieren darnos realmente show? ¡Pues no faltaba más! Dennos show, pero del grande: show en el que cada uno responda, argumente y profiera sus sandeces frente al incriminado —con la condición, eso sí, que las falsas acusaciones y las mentiras hagan penalmente responsables a sus autores".
Recordemos lo del TERRORISMO MEDIÁTICO: "Vivimos en la mentira del silencio. Las peores mentiras son las que niegan la existencia de lo que no se quiere que se conozca. Eso lo hacen quienes tienen el monopolio de la palabra. Y el combatir ese
monopolio es central."
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