Dentro del frustrado escualidismo existe una verdadera gama de desilusión y frustración que no puede más que colocarle apodos al PRESIDENTE Chávez. Nos parece ver al difunto pederasta Rómulo Betancourt y al gris y ex candidato gurrumino, que así lo llamó Luis Herrera, Luis Piñerúa Ordaz buscando en las bibliotecas diccionarios para ir anotando “intelectualidades”. Rómulo usaba la multisápida y obnubilaba a una sarta de tontos que decían; “Oh que inteligente palabra” y Luis Piñerúa igualmente se valía de palabrejas para escribir una columna en el otrora buen diario El Nacional (q.e.p.d)
El odio de esos tarados, cobardes y tembleques fascistas no tiene cima. Con alegría les transmiten esa enaneces a sus mujeres, a sus barraganas, a sus “manos blancas” para que EN LAS REUNIONES DE COMDOMINIO, DE BACARAT, DE CANASTAS, en la escuela, en el liceo, en cualquier parte se suelten con una de ella en contra del amigo del pueblo venezolano HUGO CHÁVEZ FRÍAS. Pero deseos no preñan. Mientras más buscan minimizar al amigo del mundo pobre, Hugo Chávez Frías, más crece su sombra sobre la tarde de la esperanza.
Algunos fascistas, de esos que sólo tienen el escroto y las esféricas de adorno, lo llaman la bestia, como que en su ignorancia no se dieran cuenta que BESTIA no es ofensa. El caballo, el animal más útil y grande y revolucionario del mundo, es una bestia. El caballo es el verdadero amigo del hombre. Históricamente eso puede validarse, si es que usted no se deja fanatizar por el amor a esa otra pana el perro, que también es bestia.
Con bestia como Hugo Chávez podemos navegar seguros aun en el tsunami más inmenso, porque sabemos de su alma, de su patriotismo, de su sencillez, de su inmenso amor por esta patria que para algunos se ha convertido en un terremoto revolucionario sin parangón en el orbe, lo que brota es deseo de que Venezuela y sus habitantes alcancen el lugar que la historia les tiene reservado.
No les importa a los seres humanos que viven la verdad, que no se han dejado obnubilar por la fantasía de un mundo creado por el imperio para envenenar mentes, que los TEMBLEQUES, COBARDE Y MAMITAS FASCISTAS, se dediquen en sus perversas ociosidades a buscar que nuevo apodo han de colocarle al gigante Chávez. “Es visible o no”
Vengan todos los seudónimos, sobrenombres, apodos, chalecos, que eso lo que hace es hacerlo más visible, más grande, más imprescindible, porque eso demuestra que en la fascista oposición, todos son anónimos, no tienen alcance al pueblo, adolecen de creatividad, son enfermos terminales, adosados a una tabla llamada mediocridad. Para el pueblo, en su mayoría, el mejor apodo que tiene Hugo Chávez, es pueblo, porque de él emana en su conformación bolivariana, en sus deseos porque ese hombre llamado Simón Bolívar, tenga tranquilidad en su tumba y sus sueños se hagan realidad-
Ya hemos leído que a los grandes se les trata de vituperar siempre. No existe un mediocre fascista tembleque y cobarde que haya trascendido la historia como ejemplo. En Venezuela tenemos muchos de esos insípidos cobardes que ahora después del delito son diputados. No son medio hombres a seguir, ellos no sienten amor ni respeto por sus congéneres, no les importa el hambre de los que la sufren, no les importa el frío de los niños en su soledad, no han visto jamás el dolor entre el rancho que ellos mismos obligaron a construir a los necesitados, son pájaros de mal agüero, insensibles, sin sangre en las venas, ridículos que amenazan, y que a veces en sus infernales noches, planifican entuertos que después se les convierten en terribles pesadillas. “No hay espacio en la gloria para quien no ame a sus hermanos y no desee lo mejor para quien viste de aire y come de viento” El pueblo, mayoría, ama a su BESTIA
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