Como producto de las
candentes discusiones que se vienen gestando en el seno de los Batallones
de Aspirantes y Militantes Socialistas, sobre la esencia de la organización
política que crearemos para construir el Socialismo Bolivariano del
Siglo XXI, he tomado la iniciativa de elaborar y presentar humildemente
los siguientes elementos que pueden servir como principios de esa necesaria
organización.
Debe ser un movimiento
que se fundamente en la producción del bienestar colectivo del ser
humano.
No en la producción
y acumulación de capital u otro bien material. Es decir, su corazón,
pensamiento y actividad es cónsona con la producción del bienestar
colectivo de mujeres y hombres, niñas, niños y adolescentes agrupados
en comunidad. Para que este bienestar humano sea colectivo, sea bienestar
social, las oportunidades deben presentarse a todos y cada uno de los
individuos, sin discriminaciones económicas, sociales, religiosas,
políticas o ideológicas.
Creer en la solidaridad
y la cooperación en contraposición a la competencia.
La calidad, la eficacia
y la eficiencia no se obtienen con la lucha de unos contra otros, en
la victoria de uno y la derrota de muchos. Está en el uso inteligente
de los recursos para satisfacer con justicia e igualdad las necesidades
de todos y cada uno de los integrantes de la comunidad, es la victoria
de todos, es ganar ganar.
Impulsar el respeto,
la integración y el amor a la naturaleza.
Creer que el individuo
debe tratar a los animales, al aire, a las aguas, a las plantas, a la
tierra, al sol, la luna, las estrellas y a todo ser vivo con el amor
con que se debe tratar a un hermano. Esa es nuestra herencia indígena,
contrapuesta a la explotación y destrucción sin medida ni conciencia
del capitalismo salvaje. Es la conciencia de sabernos hijos de la pacha
mama, integrantes de la madre naturaleza y no dueño o sometedor de
ella.
Creer en la necesidad
de crear un modelo de estado incluyente, democrático, participativo
y protagónico.
Con el propósito
de democratizar el poder político, proporcionar a todos sus habitantes
garantías para la auto-construcción y el sostén de una nación próspera,
llena de vida, salud, consciencia, felicidad, fraternidad, igualdad,
justicia y amor.
Creer en los poderes
creadores del pueblo.
Impulsando la participación
popular y el autogobierno, en todas las instancias, porque más allá
del saber academicista, muchas veces teórico y especulativo, está
el saber real, el saber de la experiencia cotidiana, la tecnología
popular para la solución de sus problemas, de esa forma concebir la
democracia; participativa y protagónica.
Creer en las organizaciones
horizontales, democráticas y participativas, como su mejor estrategia.
Distante de las experiencias
del pasado inmediato de nuestras organizaciones de izquierda (los partidos
políticos), por ello se plantea la igualdad y equidad entre quienes
conforman las comunidades y quienes participan en las organizaciones
de coordinación, de autogobierno o cogobierno, con estructuras donde
se desplace el presidencialismo por la figura de coordinadores, introducir
el carácter revocable de estos cargos de coordinación, cuando
la asamblea lo considere oportuno y necesario. Concebir a los delegados
como voceros, portavoces de la asamblea y no delegados, basados en la
premisa de que el poder constituyente no se delega. No ceder poder alguno
para dirigir, ni tomar decisiones en su nombre y mucho menos en su desconocimiento.
Estar convencido en
dirigirse a crear y fortalecer una economía social centralizada en
su planificación y descentralizada en su ejecución.
Una economía donde
los trabajadores y sus familias sean los protagonistas y no el capital;
donde las asociaciones, el cooperativismo y la planificación productiva
centralizada se impongan al mercado y su modelo competitivo; donde la
propiedad social y colectiva subyugue a la privada.
Creer en el liderazgo
colectivo, no en el individualismo.
Debe respetar la
individualidad en un contexto colectivo, porque tampoco se puede pisar
al individuo en nombre del colectivo, por ello debe defender las asambleas
populares como espacios de discusión y decisión. Donde se incentive
la participación de todos de igual a igual (como lo reflejan nuestras
raíces Zamoranas), y se agoten los medios disponibles para tomar las
decisiones por consenso, sin imposiciones, con los aportes de todos
y cada uno de los integrantes.
Concebir al individuo
como un ser perfectible
Que ante las oportunidades
adecuadas, justicia, libertad y disciplina puede alcanzar desarrollos
orgánicos, mentales y espirituales, llegando a alcanzar estados de
felicidad plena. Bajo este marco se entiende que existan activistas
evolucionados en mayor grado y que por su elevado amor al prójimo se
conviertan en líderes de la comunidad sin menoscabo de los principios
aquí expuestos.
Practicar un socialismo
científico, original, autóctono y creativo.
Científico porque
sustenta y canaliza los sueños y las ideas de desarrollo armónico,
a las condiciones objetivas de la realidad, realidad que sabemos es
cambiante en la medida que es transformada y por lo tanto nuevo escenario
para nuevos sueños e ideas. Siguiendo la máxima de Simón Rodríguez,
“inventamos o erramos”, impulsar un socialismo original, propio
y creativo. Su lucha responderá a la praxis creadora, al libre ejercicio
de la voluntad y los anhelos de igualdad, hermandad y solidaridad del
pueblo venezolano. No será “copia ni calco”, para usar la expresión
de José Carlos Mariátegui, sino “creación heroica”.
Reconocer y celebrar
que en su esencia y en su forma, la organización sea
dinámica y no dogmática.
Esta organización
estará condicionada por el desarrollo de sus activistas, quienes enmarcados
en nuevas realidades buscarán cambiarlo, modificarlo, eliminarlo y
recrearlo para adaptarlo a los nuevos tiempos, a los nuevos sueños,
a las nuevas condiciones. Existimos y luego pensamos. Lo que significa
que el pensamiento es determinado por las condiciones materiales de
existencia. Basados en este principio la organización socialista renacerá
de sus cenizas. Así con esa misma reflexión se sostiene que la revolución
nunca se estanca, siempre se recrea, en la medida que el socialismo
evoluciona la revolución se revoluciona.
Reconocer al ser humano
como un ser interdependiente.
Por ello es que cada
militante tiene que desempeñar su papel con eficacia para lograr la
mayor eficiencia en la acción colectiva. Igualmente, creer que para
alcanzar los deberes, generados por circunstancias existenciales u ocupacionales,
y los derechos, generados por circunstancias contractuales, se requiere
de preparación cónsona, esfuerzo personal, disciplina ejemplar, una
perseverancia constante, una actitud proactiva y una dedicación plena.
Promover
la vocación al servicio.
El individuo es libre
para servir, más vale servir que ser servido (Keshava Bhat, Naturismo
Tropical). El servicio con amor a la humanidad, es una de las cualidades
humanas que más embellece a la personalidad. Al pensar en algún interés
ulterior ya el servicio volvería a ser un asunto utilitario o comercial.
Interpretar que los
medios de producción son bienes sociales de interés estratégicos
para la nación.
Hombres y Tierras
libres” (nuestras raíces Zamoranas), la tierra, los medios de producción
deben ser propiedad social. La existencia de la propiedad privada bajo
el socialismo, debe entenderse sobre los bienes de uso y consumo personales,
no estratégicos para la nación. El origen de la propiedad privada
está sustentado por un acto criminal de usurpación, asesinato y despojo
del coloniaje, de españoles contra los indígenas americanos.
Concebir la libertad
de empresa limitada por la inviolabilidad de los derechos civiles y
humanos consagrados en nuestra carta magna.
La libertad existe sólo
en cuanto los individuos “…quieran hacer lo que está en sus posibilidades
y hacen lo que mas conviene…” a la sociedad (Juan Jacobo Rousseau,
“Emilio”). La actividad empresarial no debe atentar a la seguridad
social del ciudadano, no deteriorar la calidad de vida, no destruir
el vital equilibrio con la naturaleza y no contraponerse a los planes
estratégicos de la nación.
Definirse en lo que
respecta a las relaciones internacionales:
Organización
Integracionista; más allá de relaciones bilaterales o multilaterales
de índole económicas, creer e impulsar la integración de los movimientos
socialistas, en todos sus aspectos. Es la eliminación de las fronteras,
de las divisiones mentales impuestas por los imperios, triunfadores
en el pasado remoto y hoy en plena decadencia. Igual suerte deben correr
sus anti-valores, sus imposiciones culturales.
Anti-imperialista;
respetuoso de la libre autodeterminación de las naciones, de la cultura
de los pueblos, de sus modos de vida, de sus derechos y recursos humanos,
materiales, económicos y sociales. Defensores de las relaciones enmarcadas
en acuerdos de integración y fraternidad.
Anti-neoliberal;
para hacer frente a los males de la doctrina capitalista, local y globalmente,
con su voracidad y atropello de las naciones, de la naturaleza, de los
hombres, de su cultura, sus ideologías, sus recursos, sus derechos,
sus sueños y sus vidas.
Defender el patrimonio
económico, natural y cultural de las naciones y por ello estar
ganado a enfrentar la opresión y el expolio.
Promover el reestablecimiento
del tejido social global y la reversión de la injusticia, la devastación
del modelo neoliberal y sus ramificaciones militaristas y totalitarias.
Para lo cual debe
ser capaz de formular, presentar y aplicar propuestas lúcidas y responsables.
En este sentido, serán sus prioridades la lucha contra la ignorancia,
el desempleo, la insuficiencia sanitaria y alimentaria, contra las crisis
del campo y de las fuentes energéticas, contra la destrucción de los
recursos naturales.
Plantear un desarrollo
teórico-práctico, político y organizativo
socialista de la voluntad revolucionaria de los pueblos.
Ante la aceleración
de la crisis del capitalismo, sustentado en el enfrentamiento de los
explotados y explotadores en un marco mundial, de los pueblos nacionales
contra los capitales nacionales y transnacionales, desarrollo solo posible
con la integración de esos pueblos nacionales explotados por el gran
capital.
Concebir a la propaganda
como un instrumento para la formación de una conciencia de clase revolucionaria
de las masas.
Como estrategia revolucionaria
y su ineludible fusión con la organización en una instancia revolucionaria
capaz y dispuesta a liderar el combate contra las oligarquías nacionales
e internacionales. Bajo el entendido que los pueblos explotados no pueden
luchar por su liberación sin una clara y bien definida, consciencia
de clase.
Compartir el pensamiento
Martiano, Bolivariano y Robinsoniano.
“Ser culto para
ser libres”, “moral y luces son nuestras primeras necesidades”,
“derecho de todos de recibir una educación gratuita, pública, autóctona
y de calidad”. Defender el derecho del pueblo a definir, desarrollar
y controlar la educación socialista que quiere, es decir, una educación
en correspondencia con los principios de libertad, igualdad y fraternidad,
su identidad nacional y acorde a los planes de desarrollo que se dote.
Comprender de nuestras
raíces Zamoranas que el desarrollo de los pueblos pasa por la revolución
del campo.
Por ello la distribución
de las tierras aptas para el cultivo a los campesinos y campesinas,
en condiciones de libertad, igualdad y hermandad, para hacerlas productivas
sin dañar el equilibrio natural y garantizar el autoabastecimiento
alimenticio, bajo una planificación centralizada de siembra, cosecha,
almacenamiento y distribución.
Enmarcar el desarrollo
energético dentro de los límites de la naturaleza.
Por ello apoyar la
búsqueda de fuentes autóctonas y alternativas a los combustibles contaminantes
(carbón, hidrocarburos líquidos, sólidos o gaseosos, atómica, etc.),
como lo son: la energía solar, la eólica, la hidroeléctrica e inclusive
el retorno al uso de fuentes de energía de seres vivos (hombres y animales),
bajo una planificada y equilibrada conformación de centros de hábitat
y producción comunal.
Concebir a las Fuerzas
Armadas, como el pueblo organizado y preparado con las ciencias y armas
militares para la defensa de su nación, de su revolución socialista.
Único camino para
exterminar la pobreza, la miseria intelectual, orgánica y espiritual,
para detener la destrucción del ambiente, de la vida, del planeta.
Bajo el principio de que somos una nación amante de la paz, que respetamos
la libre autodeterminación de los pueblos, pero que como herederos
de libertadores defenderemos nuestra soberanía y nuestra libertad con
la vida de ser necesario, concientes que sin el socialismo solo alcanzaremos
la muerte.
Creer en el desarrollo
de las naciones.
Pero no bajo el concepto
neoliberal del mismo, donde se mide el desarrollo por el índice percápita
o el índice de desempleo o el índice del costo de la vida o de las
variaciones de la bolsa de valores o de la profesionalización de sus
habitantes, o el elevado número de centros hospitalarios, ninguna de
ellas mide lo esencial, el bienestar humano. Se concibe a una nación
desarrollada cuando este muestra altos niveles de salud de la población,
de autoabastecimiento alimentario nacional y familiar (producción y
consumo de alimentos), de familias con vivienda digna, del bajo nivel
de contaminación del aire, agua, tierra, del bajo consumo energético,
del alto nivel de satisfacción de las necesidades reales de la población,
en conclusión por el alto nivel de producción de bienestar humano
y de felicidad de la población.
*Vocero Suplente Batallón Socialista "Paraiso Unido" Circunscripción 1 - El Paraiso