Con sueldos pulverizados no se puede pedir lealtad en las bases

Los trabajadores de la educación, así como de otros sectores, estamos atravesando por una crisis que nos ha llevado a formar parte de lo que el gobierno llama "sectores vulnerables", solo que no gozamos de dicho programa de asistencia social en su totalidad. Lo anterior se debe a que una quincena promedio de un profesor es el equivalente a 1US$ al cambio actual, mientras un paquete de harina, por recrear un ejemplo en base a un artículo de primera necesidad, equivale aproximadamente de 0.80 US$. Asimismo, en los Estados que no forman parte de la Región Central del país o mientras más lejos están de la Capital, los programas sociales de distribución de alimentos como los combo CLAP implementados por el gobierno no son totalmente efectivos. Además pega a la vista, la brecha abismal del nivel de vida ostentoso de la clase dirigente logrado con mucho sigilo, en cambio la clase trabajadora, dependiente de la administración pública se encuentra como dice el refrán, "hombre pobre con poco se alegra y socorre (¡me llegó el bono!). En "Guerra Económica" y "Bloqueo" solo el "pueblo" es llamado al sacrificio y resistencia. Leonardo Boff condena desde la Teología de la Liberación estos calificativos para los pueblos. A juicio de Luis Brito García, "si no hay sacrificio en la dirigencia no se puede pedir lealtad en las bases".

Después de haber logrado el triunfo en las últimas elecciones presidenciales del 2018, en agosto del mismo año, el primer mandatario lanza su difuso Plan de Recuperación y Prosperidad Económica. El cual anunciaba que el salario de los venezolanos estaría anclado al criptoactivo Petro. Ya para octubre del 2020, el Petro adquiere un cierre de un poco más de 28 millones de bolívares, es decir el sueldo mínimo de los coterráneos debería estar por los de 14 millones de bolívares, el equivalente a medio Petro. Promesa de gobierno que es incierta en una nación donde la mayor parte del PIB depende del ingreso petrolero, lo que sí es cierto es que PDVSA atraviesa la mayor crisis de su historia. Anterior a la promesa descrita, se suma la del 2013 cuando logró su primer triunfo, expresó constituir una comisión presidencial que investigara cómo se vulneró el sistema de control cambiario establecido en Venezuela desde 2003 y relacionado al esquema de fraude de los dólares de Cadivi. Es posible que estos triunfos electorales del Proyecto Bolivariano se deban a que desde su llegada en 1998, han planteado en su programa de gobierno la esperanza de salir de los debacles sociales que históricamente ha estado sometida la población venezolana. Al mismo tiempo a la idea de que nuestro país rompa con la condición impuesta de pertenecer a un Continente subyugado, es lo que Ruy Mauro Marini llamó "Dialéctica de la Dependencia" (1973). Dicha condición tiene la impronta de una Nación mono-productiva y dependiente del petróleo, de ahí que sufre el carácter sui generis del capitalismo.

Para el año 2005 Hugo Chávez proclamó el Socialismo del siglo XXI, regido según algunos análisis bajo las dimensiones: ético-moral, dimensión política, dimensión de los saberes latinoamericanos, dimensión territorial, de la integración latinoamericana, vía pacífica institucional y dimensión de la economía social. No obstante la teoría marxista esclarece que: la observación científica del desarrollo universal de las fuerzas productivas es lo que reproduce un tipo de sistema, bien sea capitalismo o socialismo. Teniendo en cuenta a Ludovico Silva: "creer que la idea de socialismo producirá sociedades comunistas es un error ideológico". Hasta ahora en nuestro país la única "Economía Socialista" es la presentada en el canal del Estado y parece más un marketing político, en consecuencia hay fallas en el gas, la gasolina, los alimentos, los productos de higiene, etc. Al mismo tiempo como resultado de la hiperinflación se ha visto pulverizado el salario de los trabajadores, motivado probablemente a que están al margen de los preceptos marxistas, que indican que los salarios deberían de estar contextualizados y matizados desde una visión coherente con los principios básicos de un modelo socialista.

Contrario al socialismo, en los últimos años, así lo denuncia Luis Brito García: "dejaron escapar aberraciones inexplicables del TSJ y de la Constituyente, relacionadas con exoneraciones tributarias a empresas extranjeras y asignaciones de capitales no extensivos a las empresas nacionales". En este sentido pareciera que esta política económica favorece la acumulación de capital de las empresas extranjeras e incorporándonos de lleno al mercado mundial. Parafraseando a Marx, la vida social quedaría regida como un proceso mundial por su contenido y nacional por su forma. ¿Estaría entonces la empresa nacional en condiciones desfavorables de competencia? Visto desde esta perspectiva, es posible que se reconozca al capital como forma concreta en que queda regida la vida social de los venezolanos y por tanto, queda comprometida la función reguladora del estado lo cual disminuye los derechos laborales incluyendo al salario y condiciones de trabajo. En consecuencia, estamos viendo curiosamente protestas a través de redes sociales y concentraciones frente a los distintos ministerios, pero que en muchos de los casos están siendo censuradas desde el poder. ¿Es que acaso no se puede debatir sobre salarios con el statu quo?

 

hanajose41@gmail.com



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