Desde hace tiempo tuve la oportunidad de conocer de cerca lo que significa el daño que produce el conocimiento y actividad científica-práctica para la manipulación en el armado de bombas, explosivos y trampas caza bobos, me percaté a partir de ese momento del daño que para la humanidad representan las armas, los explosivos y sus diferentes variedades.
Desde el punto de vista académico pude conocer que el científico-químico Joseph Wells descubrió el trinitrotolueno (TNT) en 1863 al igual que otras variedades de explosivos como: el amatol, baratol, composición B, octol, pentolita, torpex, tritonal, y ditonal.
Pero uno de los acontecimientos más resaltante en el invento de explosivos fue en 1867 cuando Alfredo Nobel inventó la dinamita, el cual es un explosivo plástico que absorbe la volátil nitroglicerina reduciendo así el riesgo de accidente por detonación, esto lo perfecciona mediante un sistema de inicio del tren explosivo, con un detonador de mercurio.
Como consecuencia de estos descubrimientos aparecen la gelignita y la balistita. Nobel patentó todos sus inventos y fundo compañías para fabricarlos y comercializarlos. Estos por supuesto fueron muy importantes para la construcción, pero paralelamente al darle uso militar, fue empleado para destruir y matar.
Entiendo que un ser humano como Alfredo Novel, al percatarse al final de su vida, del daño que ocasionaron sus inventos, a su muerte lego toda su fortuna a las más grandes figuras cuya creatividad aporten beneficio para la comunidad mundial.
Sin embargo en pleno siglo XXI y año 2010, vemos con estupor y frustración como el otorgamiento de este premio ha sido manipulado.
¡Dios mío!, le dieron el premio Nobel de la Paz a quien en vez de hacer gala de su premio a nivel mundial ha decidido con el apoyo de otros países del mundo, enviar casi 30.000 combatientes con licencia para matar y torturar al pueblo de Afganistán e Irak.
Pero sin habernos recuperado de esta acción de guerra, ocurre una desgracia natural en Haití, y sin pensarlo 2 veces, amparado en su poder y bajo el engaño cínico de llevar ayuda humanitaria, envían casi 20.000 soldados equipados hasta los dientes con su indumentaria de guerra que infunde terror en lugar del amor humanitario que en realidad es lo que necesita el pueblo de Haití.
Si, ahora vemos convertido al premio Nobel de la Paz en el Gran Jefe Guerrero, del gran país guerrero de América y del mundo.
La verdad es que estos señores de la fundación Nobel deberían retractarse de este gran error cometido, tanto así que la humanidad no le dará crédito a los futuros premios Nobel, por constituir una manipulación política los seleccionados, y no por su verdadero significado.
Tanto así, que yo figurativamente me atrevo a decir que Alfredo Nobel debe estar desde su tumba pidiendo se le quite el nombre de Nobel, al Premio de la Paz.
Esta aberración política, diplomática, académica o como lo quieran llamar, que se ejecutó al darle el premio al presidente de los EE.UU, permitió que se cerrara el ciclo de premios humanitarios, pues surgió con la muerte del inventor de los explosivos para la muerte, ahora debe terminar con la designación del Premio Nobel de la Paz, en manos del empleador de los explosivos de Nobel para generar más muertes en el mundo.
En este siglo sería necesario que surgiera un personaje cuyo invento, proporcione vida y paz para la humanidad, para que sea el premio………… de la Paz.
El premio Nobel de la Paz, fue desprestigiado por el Presidente de los EE.UU.
edgarmillan998@gmail.com