Carta de Dios para el presidente Uribe

Señor presidente Uribe, recién acaba usted de declarar a la mediática que deja en mis manos la decisión de ir a reelección para un tercer período en el gobierno de su país.

Ahora yo me pregunto: ¿Hasta cuando los felones hipócritas como usted van a seguir invocando mi nombre para dizque dejar en mis manos la toma de las decisiones de hechos que han provocado las grandes calamidades que ha sufrido y aún hoy azotan a la humanidad?

Tantas maldades, atrocidades, desmanes y desafueros han cometido y cometen los poderosos de la Tierra en mi nombre. Grandes matanzas, como las de las cruzadas se hicieron en el nombre de Dios Todopoderoso, es decir en mi nombre. Así lo hicieron Hitler y sus seguidores, y aún hoy lo hacen los sionistas en contra de los palestinos, y lo peor, cometen semejantes atrocidades dizque porque son mi pueblo elegido, ¡qué barbaridad! Y lo mismo hacen los militares de EEUU en Irak, Afganistan, Pakistán y adonde quiera que se les ocurra ir a matar niños, mujeres, ancianos en nombre de la libertad y la justicia de Dios.

¿Y acaso usted no ha hecho lo mismo en su país: Aliarse con la peor canalla para, en mi nombre, masacrar al pueblo colombiano?

Por favor, déjese de hipocresías, y no hable más en mi nombre. Déjese de engañar a la gente inocente y trabajadora de su país. Déjese de tantas traiciones como la de permitir que los militares norteamericanos se aposenten en el territorio de Colombia para desde allí agredir a otros pueblos.

Ya basta de decir que en el nombre de Dios Todopoderoso hacen lo que hacen. Yo no soy todopoderoso, si lo fuera, si tuviera tanto poder como ustedes dicen que tengo, ya los hubiera barrido de la faz de la Tierra. El único poder que tengo es el del amor, ese y no otro. Y por amor a la humanidad envié a mi hijo bienamado a redimir a los pobres, y qué hizo gente como usted, señor Uribe, lo humillaron, lo torturaron y lo mataron. Y seguro estoy que si lo volviera a enviar, ustedes, los asesinos, los hipócritas de siempre, lo matarían nuevamente sin piedad. Y lo harían, seguramente, en mi nombre. ¡Canallas, mil veces canallas! Eso es lo que son ustedes.

No les perdono sus vilezas, y es más, llamo al pueblo a unirse, a organizarse y a luchar contra ustedes y vencerlos antes de que sea demasiado tarde, pues es necesario refundar la sociedad humana para evitar la catástrofe que se avecina, la que ustedes están provocando con la destrucción del planeta.

Finalmente, señor Uribe, yo no soy todopoderoso, pero una cosa si sé, no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista. Y ya ustedes han durado mucho. Cuídese.


ramiromen@gmail.com


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