La manipulación desde la colonia, ha permitido la aceptación y reconocimiento del término: “patio trasero” que se refiere a la esfera de influencia de los Estados Unidos, especialmente en América Latina, y se relaciona con la Doctrina Monroe, que buscaba prevenir el colonialismo Europeo y asegurar la influencia estadounidense, en los países recién independizados. Este concepto ha evolucionado en el contexto de la política exterior de EE.UU., donde se utiliza para describir áreas donde el país tiene derechos de propiedad. La expansión del capitalismo y el imperialismo estadounidense, comenzó a principios del siglo XIX con el objetivo de suplantar al colonialismo Europeo por un sistema neocolonial con formas diversas de dominación. El término de “patio Tarsero”, hoy constituye una expresión para reconocer el pasado colonial en pleno siglo XXI.
Mediante sus doctrinas y creencias, la arrogancia de Estados Unidos enarboló como derecho natural establecer sus posiciones hegemónicas sobre lo que ofensivamente considera su “patio trasero” Aliado con las parasitarias y rastreras oligarquías locales, Washington, logró a través de embajadas, agencias gubernamentales y militares expoliar y saquear a los países de América Latina y el Caribe. Pero esta política del garrote no fue acatada sumisamente por los pueblos, que se organizaron en la defensa de la soberanía contra el asentamiento del enclave colonial, así comienza el libro de Mariano Vázquez, Rebelión en el “patio trasero”, resistencia obrera a la Doctrina Monroe (CTA Ediciones). A 200 años de la Doctrina, proclamada por el presidente de Estados Unidos James Monroe en 1823,
El presidente de la República, Nicolás Maduro, precisó este martes que Venezuela, jamás será “patio trasero, colonia, ni esclavos de ningún imperio supremacista”, durante un acto en la Universidad Militar Bolivariana de Venezuela. Durante su alocución en el Teatro de la Academia Militar del Ejército Bolivariano, donde le fue entregado el título de Doctorado Honoris Causa en Defensa Integral de la Nación, el mandatario insistió que la disyuntiva actual para la nación no es entre “patria o muerte”, sino entre “independencia y colonia” o entre esclavitud y pueblos libres. “Si tocan a Venezuela, nos tocan a nosotros y tocará nuevamente unirse en un solo ejército unido Libertador de Sudamérica, para enfrentar cualquier agresión imperialista. Es un mundo que se va mudando, se va transformando. Y no es de ayer, ni de hoy. Que Venezuela, pertenece a ese mundo. Nosotros pertenecemos al mundo del equilibrio del universo que soñaba Bolívar desde tiempos ancestrales. Siempre buscamos ese “mundo. A capa y espada”, dijo el jefe de Estado en medio del contexto de agresión de EE.UU, contra la nación latinoamericana.
“La Revolución Bolivariana del siglo XXI activó una poderosa revolución militar y rompió completamente la dependencia y las amarras con las viejas doctrinas de Seguridad Nacional de ejércitos de ocupación impuestas desde las Escuelas de las Américas y de West Point”, convertían, como sucede aún en otros países hermanos, a las fuerzas militares de nuestros países latinoamericanos en fuerzas de ocupación. Eso en Venezuela, se acabó, al tiempo de señalar que “hay una revolución militar de Bolívar, de Sucre y de Zamora y una doctrina que cuenta además con una fuerza militar bien organizada, bien preparada, capaz y poderosa”.
La narrativa del Gobierno de los Estados Unidos sobre su lucha contra el narcotráfico en el mar Caribe, con el despliegue de tropas militares en la región, luego de señalar que el verdadero mercado de estupefacientes, se encuentra dentro del territorio norteamericano, donde se poseen uno de los mayores cultivos de psicotrópicos, además de lo que entra por el océano Pacífico.