La cara del intervencionismo gringo en el mundo. El 5 de febrero de 2003, el entonces secretario de Estado de Estados Unidos, Colín Powell, expuso las razones de su país, para el emprendimiento de la guerra de Irak ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. En ese tiempo, la gran mayoría de periodistas estadounidenses no respondía a la pregunta de si Saddam Hussein apoyaba a Al Qaeda o si poseía armas de destrucción masiva. Veintidós años después, suenan de nuevo los tambores de guerra. Esta vez, la presidencia de Estados Unidos tiene a Venezuela en la mira, conspirando para derrocar al gobierno de Nicolás Maduro en Caracas. Lo que es más grave y patético, la Casa Blanca, ha utilizado de nuevo el "repertorio de la democracia",
Con la misma retórica encontramos entre los temas favoritos de Trump. Aun así, el asesor de seguridad nacional del país gringo y uno de los tenores de la administración de Trump, también ha promovido abiertamente las acciones en contra de Venezuela, como una campaña para asumir el control del petróleo venezolano, para beneficio de las corporaciones estadounidenses. La administración de Trump dio forma a tal discurso dual para anotar dos puntos. Por un lado, la narrativa a favor de la democracia está dirigida a la base electoral de los demócratas y obliga a los líderes del partido a apoyar a la Casa Blanca en el tema de Venezuela. Sin embargo, sabiendo que varios líderes emergentes entre el ala progresista de los demócratas, generalmente se oponen a librar guerras costosas en el extranjero, este tema causará graves fricciones dentro del Partido Demócrata.
El imperialismo es, en su esencia, la expresión política y militar de la necesidad del capital de expandirse, subordinando naciones enteras para mantener su dominio mundial. No es sólo una política exterior agresiva; es una fase fundamental del capitalismo en la cual busca nuevas áreas para explotar y nuevos mercados que conquistar cuando las fronteras nacionales ya no bastan. América Latina ha sido históricamente víctima de este poder imperialista, que ha impuesto su dominio mediante el terrorismo de Estado. Desde las primeras invasiones estadounidenses en el Caribe y América Central hasta la Guerra Fría, el imperialismo ha promovido dictaduras militares y golpes de Estado, impidiendo que los movimientos populares avancen hacia el socialismo. En lugar de respetar la soberanía de las naciones, ha utilizado la violencia y la manipulación política para controlar recursos y bloquear cualquier avance popular.
Cara del intervencionismo en Venezuela. Estados Unidos profundiza su ofensiva contra Venezuela: no le bastan las sanciones económicas que desde hace años golpean al pueblo trabajador, ahora ofrece millones de dólares a quien proporcione "información" sobre Maduro. En realidad, se trata de incentivar abiertamente intervencionismos o golpes de Estado, al servicio de sus intereses. Rechacemos con firmeza esta prepotencia imperialista. El 7 de junio el gobierno estadounidense anunció que duplicará a 50 millones de dólares la recompensa que ofrece por información que conduzca a la detención de Nicolás Maduro. El anuncio fue realizado por la fiscal general, Pamela Bondi, del Departamento de Justicia y ratificado por Marco Rubio del Departamento de Estado.
En 2020, Donald Trump había fijado la cifra de 15 millones de dólares, en enero de este año, Joe Biden la incrementó a 25 millones. Esta medida forma parte de una política sostenida de sanciones económicas, presiones diplomáticas y políticas desestabilizadoras para favorecer su dominio político. Bajo el argumento de control del narcotráfico, en lo que menos ha mostrado interés, el gobierno de Estados Unidos. Utiliza este discurso como cobertura para su injerencia política en Venezuela.