¡NuestraAmérica está entre la vida o la muerte!

Negar el carácter militarista que ha asumido la política del imperio, particularmente, el que se expresa en la política del Pentágono, la CIA, Washington y del Departamento de Estado de los Estados Unidos de América, cabeza visible del control hegemónico del mundo por la vía de la fuerza y de los hechos va más allá de toda lógica, e inclusive matemáticamente, sobre todo en un solo Gobierno que, además, pretenda controlar la especie humana en la que no están exceptuados los gobiernos aliados y en un planeta que coexisten unas 200 naciones y una población mundial con un una cifra superior a los 7 mil millones de habitantes.

Desde diferentes ópticas y visiones, la amenaza que representa EEUU para la humanidad está al desnudo, es visible literalmente el complejo político-militar-industrial de EEUU. De igual forma, también es visible como la primera potencia mundial ha perdido su patrón hegemónico de carácter consensual para resolver las diferencias en diversas materias de política internacional, deslizándolo hacia un creciente y pragmático uso de la coerción y la coacción accionando menú de agresiones inconfesables.

Esto constituye el telón de fondo de la estructura subyacente del imperio de hoy, tanto para el uso indiscriminado de la panoplia militar como, además, para ejercer posiciones de dominio político y geoestratégico sobre el planeta entero.

Esta panoplia se refuerza si se observa que el esquema de la disuasión mutua de los tiempos de la Guerra Fría cuya garantía era la destrucción de ambas partes, ha sido reemplazado por la Doctrina Militar del "Dominio del Pleno Espectro".

En varios documento, entre ellos el Libro Blanco del Comando Aéreo y el Proyecto para un Nuevo Siglo Americano y la Estrategia Militar Visión 2020, queda en evidencia las ambiciones de EEUU de dominar el planeta entero por tierra, mar y aire, e inclusive espacialmente, a través de su sistema armamentista irracionalmente complejo e interrelacionados con armas de tipo convencional y no convencional, es decir, con opciones biológicas, químicas, geofísicas, nucleares, etcétera.

Una de las características en la historia imperialista precedentes, cuando ocurre quiebres o deslizamiento de sus sistemas hegemónicos tradicionales y privativamente, al erosionarse las palancas esenciales de sus esfera de control político, es el de apelar al uso indiscriminado de la fuerza militar para intentar mantener, como en el caso de EEUU de estos días, su rango como superpotencia.

Lejos de afianzar su poderío, este rasgo hoy denota una creciente decadencia y debilidad, amén del cúmulo de contradicciones que han llevado a la humanidad a salir de esta macabra belicista pesadilla.

Voceros calificados que fungen como representante históricos de la construcción de las política imperiales, ha dejado saber sus apreciaciones sobre este particular. Han estado machacando en forma reiterada su advertencia sobre la imparable decadencia, particularmente, de EEUU, al colocar el ejemplo de la escalada militar en Afganistán.

Este es el sombrío panorama que ha heredado de su predecesor Barack Obama, el presidente estadounidense Donald Trump, del cual no se ha desmarcado, sino que tanto en su discurso como en su ejecutoria política, es un facsímil de Obama.

Lo que afirma Trump en su discurso no parece diferenciarse del de Obama: "Yo traeré de regreso el sueño americano: más grande, mejor y más fuerte que nunca. Volveremos hacer de EEUU una nación poderosa". En otra cita en referencia al Isis dijo: "¿Sabéis por qué son ricos? Porque tienen petróleo. Les arrebataré por completo su fuente de riqueza, que es el crudo. ¡Los bombardearé hasta erradicarlos!".

Acerca de la visión del mundo asumida por él, argumento: "El mundo es un caos. El mundo no puede estar más cabreado. ¿Crees que esto va a causar más cabreo? ¡No! El mundo ya es un lugar cabreado". E incluso, es escéptico sobre el calentamiento global: "El calentamiento global es un invento creado por China para que la economía estadounidense no sea competitiva".

Heredó de Obama el escenario de guerra ubicado justamente en NuestraAmérica, con la provocación que significa la instalación de siete bases militares en Colombia, en el epicentro de las más cuantiosas reservas energéticas y de biodiversidad de la Tierra.

Estas bases militares en territorio colombiano elevaron su total planetario a 872, lo que no tiene equivalente con ninguna potencia pasado o presente. EEUU literalmente ha invadido al mundo. Está colocando a la humanidad en la senda de una guerra global. De hecho la racionalidad del sistema capitalista opera en ese sentido, pues históricamente ha demostrado que es un sistema autodestructivo de toda forma de vida en el planeta Tierra.

Amenaza que cada vez es más explícita, estamos en presencia de un plan de liquidación de los métodos pacíficos para dirimir diferencias y controversias internacionales.

El núcleo duro del imperio está constituido por un oligopolio de capitales que adoptan la forma corporativa para desde allí tomar las grandes decisiones del "gobierno mundial" que han asumido a través del tejido de instituciones que le ofrecen "legitimidad democrática" contenida en la primacía de lo privado sobre lo público. Están entre estos organismo operadores las Naciones Unidas. Asimismo las instituciones surgidas de Bretton Woods, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial del Comercio. Igualmente, el Council on Foreing Relations y el Royal Institute for International Affairs, constituidos como expresion de los intereses angloamericanos de las finanzas y del petróleo

Su función es filtrar y adecuar las dantescas opciones de carácter estratégico que faciliten las orientaciones para su mal sanos propósitos: dominar la humanidad.

La invencible historia de NuestraAmérica

La historia de América Latina de los últimos 200 años es la historia de genocidios, intervenciones militares, invasiones abiertas, injerencias políticas, de violaciones permanentes a la soberanía de casi todas las naciones de NuestraAmérica llamada igualmente las Patrias de Bolívar, por parte de un imperio criminal naciente que se vio fortalecido después de la Primera Guerra Mundial que emergió como potencia luego de la Segunda Guerra Mundial.

Es conveniente que se sepa que el hemisferio latinoamericano para el momento de la llegada de los colonizadores en 1492, desde hacía 15 mil años estaba poblado y esos primeros aborígenes vivieron a sus anchas durante largos años con una desbordante cultura milenaria que más tarde destruyó el bárbaro eurocentrista. Y en lo que respecta a este trabajo periodístico, se marca como antecedente el siglo XIX.

En 1823, James Monroe, presidente de EEUU, mediante su secretario de Estado, John Quincy Adams, elaboró una doctrina de un conjunto de principios que proclamaba el "sacrosanto principio" de "América para los americanos". Y en consecuencia rechaza cualquier intervención europea, dado que NuestraAmérica la convertían en su patio trasero y en un espacio geoestratégico de su política en EEUU.

Así, EEUU en el siglo XIX inició una voraz y criminal guerra de colonización que le permitió agrandar sus 13 colonias inglesas iníciales, en base a guerras de saqueo, convenios trucados o por simples anexiones. Tal fue el caso de anexión de la mitad del territorio mexicano.

Asimismo, le quedó como botín Puerto Rico y Filipinas, la compra de Alaska a Rusia o la de Luisiana a Francia, las truculentas anexiones de Florida y de Hawai, y cuatro hojas más de etcétera.

EEUU es el ejemplo más palpable de un país que se edificó con invasiones, saqueos, genocidio de poblaciones indígenas enteras y la anexión mediante la fuerza más brutal.

También es el clásico país como ejemplo que no significa nada. EEUU al igual que su gentilicio "los americanos" no es de por sí un nombre propio sino una generalidad continental de la que igualmente se apropiaron, al igual que los nombre libertad, independencia y democracia, porque no la practican.

El linaje "americanos" es válido para los indígenas del Amazonas, los Afrodescendientes del Caribe, y así sucesivamente.

Regresando a las injerencias de EEUU en NuestraAmérica, sus intervenciones se cuentan por decenas dejando a su paso una huella de sangre y fuego.

Así que no es casual ante el panorama histórico de agresiones de EEUU y crímenes contra gobiernos como el de la República Bolivariana de Venezuela, estén en pleno desarrollo. País que en el ámbito internacional no está solo, tiene aliados que seguramente le quitan el sueño a los jerarcas imperialistas, gobiernos mundiales que son contraposición al mundo unipolar estadounidense.

El pueblo venezolano ha tenido que soportar todo un proceso histórico de agresión, desprecio, humillación, violación y pisoteo de los más elementales derechos humanos, llevado a cabo durante más de dos siglos de opresión e intervenciones armadas larvadas de las sucesivas administraciones estadounidense contra el país Bolivariano.

En ese ínterin histórico Hugo Chávez representa la dignidad, la valentía y la firmeza de los Revolucionarios de NuestraAmérica frente la arrogancia del imperio del norte.

Las guerras en la secular historia de la especie humana han tenido diversas motivaciones, sin embargo, tal como está planteada la amenaza imperialista y, además, por la larga cadena de antecedentes injerencista de EEUU en el mundo, las que vivimos y las que vendrán en las próximos años, son y serán conflictos por el apoderamiento de los recursos energéticos, la biodiversidad y el agua.

Hoy día este es el fondo de la beligerancia imperialista. Paradójicamente, los poseedores de estos recursos mayoritariamente son Estados soberanos que han hecho importantes avances en el ejercicio de su autodeterminación para defenderlos.

Venezuela está en el ojo del huracán. Además, ha sido puntera en asumir posiciones soberanas en la defensa y el desarrollo de sus fuentes energéticas; asimismo porque la decisión del gobierno de Colombia y de EEUU de asentar bases militares en el territorio neogranadino concuerda con la visión de que estamos en un escenario de guerra multifuncional.

El alineamiento de la política exterior de la oligarquía colombiana (santanderista), incluido su presidente Iván Duque, se ajusta al plan expansionista de EEUU configurado desde 1823 con la denominada doctrina Monroe, actualizada continuamente y sucesiva por tres siglos consecutivos.

Estamos en batalla. Pero, como pocas veces en la historia NuestraAmérica está en el umbral de una nueva era, en el camino de transición hacia una etapa de superación de rémoras del pasado y, está mirando hacia el futuro inmediato con enormes opciones inmensas para resarcirse de los daños sufridos por el imperialismo.

Ha ido construyendo espacios para la integración y encuentros de pueblos y Estados, decididos por la concreción de autonomías regionales y de independencia política que van más allá del tutelaje imperial.

Aunque el objetivo de EEUU en el marco de la frase maquiavélica, es dividir los intereses comunes de NuestraAmérica y generar condiciones para detener el incontenible proceso Revolucionario Bolivariano como punto de partida y palanca de los cambios en las nuevas epistemologías del Sur, como Doctrina en contraposición al hegemón estadounidense y al eurocentrismo.

Lo dicho por Chávez en su apreciación sobre el escenario internacional internacional que nos toca, sirve de marco de referencia para calibrar el nuevo mundo en construcción, y al mismo tiempo, para introducirnos en la compleja madeja del surgimiento de múltiples expresiones contrahegemónicas que recorren al planeta Tierra.

La lucha por la paz, la soberanía y la independencia total, al igual que la unidad de nuestros pueblos, hoy se convierten en esta ofensiva en un imperativo infranqueable de vida o muerte.



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Alberto Vargas

Abogado y periodista, egresado de la UCV, con posgrado en Derecho Tributario y Derecho Penal. Profesor universitario en la cátedra de Derechos Humanos

 albertovargas30@hotmail.com

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