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El Sahara, secretos de una arena rica en fosfatos y la intervención militar yanqui-francesa

Los vientos del desierto del Sahara, deben recorrer millares de kilómetros para arroparse en uno de los lugares más inhóspitos de América del Sur, me refiero al corazón amazónico. Sus áridas mesetas, picos rocosos y arena en constante movimiento, nos hace ver la diversidad inigualable de nuestro folklore y paisajismo.

La cuenca amazónica, situada en el noreste de América del Sur, luce exuberante ante el recibimiento de los fuertes vientos que, con su esencia de fosfato, hace germinar las semillas y, el fósforo que es esencial del organismo, reverdece las plantas y es tan fundamental para su crecimiento

Cada año, intensos vientos del Sahara envían enormes nubes de polvo en un viaje transatlántico hacia la cuenca del Amazonas. Este polvo, en gran parte originario del lecho de un antiguo lago en Chad, es rico en fósforo. Cuando llega al bosque lluvioso, los restos de los organismos del Sahara muertos hace mucho tiempo proporcionan nutrientes cruciales para la flora viva del bosque lluvioso. El fósforo, que es esencial para el crecimiento de las plantas, escasea en el Amazonas. El polvo del desierto que se deposita en el bosque cada año ayuda a reducir este déficit.

Investigadores de la NASA estudian este polvoriento vínculo entre el Amazonas y el Sahara con el propósito de entender cómo funciona y cómo puede verse afectado por el cambio climático.

“Sabemos que el polvo es muy importante en muchos aspectos complejos”, dice Hongbin Yu, un científico atmosférico de la Universidad de Maryland, quien trabaja en el Centro Goddard para Vuelos Espaciales (Goddard Space Flight Center, en idioma inglés), de la NASA, ubicado en Greenbelt, Maryland. “El polvo afecta al clima y, al mismo tiempo, el cambio climático afecta al polvo”.

“Como investigadores”, añade, “nos hacemos dos preguntas básicas: ‘¿Cuánto polvo se transporta? y ¿Cómo afecta el cambio climático a la cantidad de polvo que viaja a través del Atlántico?’”.

Se desconoce la razón exacta de esta correlación, pero Yu tiene algunas ideas. Es posible que el incremento de las lluvias produzca el crecimiento de más vegetación en el Sahel, dejando así menos arena expuesta a los fuertes vientos. Otra posibilidad se concentra en el viento. La cantidad de lluvia se correlaciona con los patrones de viento que pueden barrer polvo del Sahara y del Sahel hacia la atmósfera superior, lo cual constituye básicamente una supercarretera hacia el Amazonas.

Gracias a las observaciones sin precedentes, en tres dimensiones (3D), del polvo atmosférico, las cuales fueron proporcionadas por CALIPSO, los científicos pueden comenzar a crear modelos destinados a predecir cómo el polvo puede tener un impacto sobre el clima en el futuro; y cómo nutre los frondosos bosques de América del Sur en la actualidad.

Los datos obtenidos mediante el satélite CALIPSO, de la NASA, el cual fue lanzado en el año 2006, pueden proporcionarnos las respuestas. Por primera vez, CALIPSO ha cuantificado la cantidad de polvo que realiza el viaje transcontinental; y los números son impresionantes: de los 182 millones de toneladas de polvo (o una cantidad equivalente a casi 700.000 camiones) que abandonan el Sahara cada año, 27,7 millones de toneladas, o el 15% del total, se encuentran dispersas en la cuenca del Amazonas.

CALIPSO, que es la sigla en idioma inglés de “Observaciones de nubes y aerosoles mediante los satélites LIDAR y Pathfinder con sensor infrarrojo” (Cloud-Aerosol Lidar and Infrared Pathfinder satellite observación), utiliza un telémetro láser o LIDAR para analizar la atmósfera de la Tierra y conocer de este modo la distribución vertical del polvo y de otros aerosoles. Rastrea de manera regular el penacho de polvo que viaja desde el Sahara hasta el Amazonas.

Una de las cosas que CALIPSO ha revelado es la variabilidad de la conexión, que ha cambiado hasta alcanzar un 86 por ciento entre 2007 y 2011. ¿Por qué? La respuesta podría estar en el Sahel, que es la larga franja de tierras semiáridas ubicadas en la frontera sur del Sahara. Yu y sus colegas han encontrado una conexión posible entre las lluvias en el Sahel y la cantidad de polvo que se desplaza sobre el Atlántico. Cuanto mayor es la lluvia en el Sahel, menor es el volumen de polvo.

Europa y la Argentina vienen padeciendo de una ola de frio, donde los termómetros bajan bruscamente de temperatura hasta -30#C y, los temporales de nieves son más recurrentes. Los geógrafos de la península Ibérica, desde 1963, vienen estudiando este fenómeno conjuntamente con las fuerzas de la OTAN y científico 2que están al servicio de los norteamericanos y franceses, porque el problema no sería tanto las estaciones, sino la agricultura y como proporcionarle al ganado bovino, los alimentos básicos necesarios.

Por ello, los inmigrantes sufren distorsiones atmosféricas en su paso por el mediterráneo, simplemente por los desplomes térmicos, aunado a la actuación bélica de fuerzas de contingencia en el Medio Oriente, todo estos vientos, revientan en Los Pirineos, pero, lis vientos del Sahara revoletean Venezuela, pasan por el Corazón Amazónico o, el Estado de Roraima,, Brasil, hasta llegar a la Argentina y Chile.

Sobre si se puede considerar una ola de frío lo veremos al final del año en curso, aunque todo apunta a que sí, ya que esta se ha previsto con la suficiente antelación, dada la poca dispersión de los modelos climatológicos y es generalizada. Como bien establece César Rodríguez Ballesteros (AEMET), para que se considere como tal tienen que darse al menos tres días consecutivos en que, como mínimo, el 10% de las estaciones consideradas registren valores mínimos por debajo del percentil del 5% de su serie de temperaturas mínimas diarias de los meses de enero y febrero del periodo 1970-2000. Que es su base o plataforma de estudio por periodización.

Pero, las olas de frio se harán más frecuentes, por los valores que registran las estadísticas en el desierto del Sahara y presiona a los inmigrantes para que desalojen toda la zona de Libia, Siria, Kuwait e Irak. Los norteamericanos, franceses e israelíes, como ingleses necesitan crear campamentos para abrir un nuevo episodio histórico en el antiguo conglomerado Otomano y Medo-persa, es decir La Babilonia la Grande. Fuente de recursos inescrutables.

Estos países desarrollados, crean las condiciones climatológicas necesarias para el control geopolítico de las zonas en conflicto y obtener de ellas, sus riquezas. De allí que, desde el Cantábrico, percibiremos una ola de frio y lluvias pertinaces que se harán ácidas, porque son producidas por el hombre, desde los laboratorios, como también los virus patológicos que, ya en el pasado se hicieron presentes en América Central, más específicamente en Honduras, San Salvador y Nicaragua, en tiempos de la contra sandinista.

Estos episodios, han sido experimentales de una manera reiterada desde 2012 a 2015 y que el conocido farmaceuta venezolano viene denunciando en un tiempo aproximado de quince años atrás, cuando los norteamericanos edecidiern intervenir en Venezuela

Por lo tanto, estas entradas tan frías no pueden ser consideradas como normales puesto que, aunque pertenecen a la misma variabilidad natural que puede presentar la atmósfera en invierno, no suelen hacer acto de presencia todos los años en nuestra geografía. Ahora toca abrigarse y eso sí, nadie puede asegurar que vaya a ser la última entrada fría de este invierno, acompañado de diarreas, tos, alergias y hambre. Aporque los alimentos no están procesados como debe ser, según normas establecidas por las transnacionales a nivel internacional.

Estos fenómenos son analizados por los científicos civiles dependientes de las grandes Corporaciones y transnacionales, pero, esta el ala militar de los nuevos imperios que en Alianza quieren controlar el Medio Oriente, el Mediterráneo y Venezuela junto a la Argentina.

Las miradas políticas están hacia estos lugares e incluso Donald Trump estaría interesado en construir rascacielos en plena Patagonia, desplazando a los Mapuches del Sur Chile y La Patagonia.

La cantidad de lluvia se correlaciona con los patrones de viento que pueden barrer polvo del Sahara y del Sahel hacia la atmósfera superior, lo cual, constituye una supercarretera hacia el Amazonas y, llegaría más rápido sí los mismos son bombardeados para crear nubarrones y originar aguaceros ácidos, totalmente contaminados

Aunque, esta arena, expuesta a los grandes vientos y el incremento de lluvias daría una gran posibilidad para que se produzca vegetación en el Sahel, dejando así menos arenas expuesta a los fuertes vientos.

Por esto, los Estados Unidos de Norteamérica y los franceses procedieron acabar con Saddam Hussein en Irak y Muammar Gadafi en Libia bajo una guerra mediática pertinaz el petróleo, gas, fosfato y el agua que sería traída desde el corazón del África, a su lado, de este Continente, otro más rico que comprende el escudo guayanés expansible hasta Argentina. Continente, hoy destabilizado económicamente y espiritualmente.

 



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Emiro Vera Suárez

Profesor en Ciencias Políticas. Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajó en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño

 emvesua@gmail.com

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