Venezuela, el Consejo de Seguridad de la ONU y la intromisión imperialista

El planteamiento de Venezuela de integrar el Consejo de Seguridad de
las Naciones Unidas, organismo que en la práctica tiene más poder de
decisión, relativamente, que la propia Asamblea General, que es la que
se encarga de elegir a una parte de los miembros del Consejo, que son
los llamados miembros no permanentes que duran dos años en su función
y son rotatorios, porque los otros participantes del Consejo ya viene
decidida desde que se organizó la ONU en sustitución de la antigua
Sociedad de las Naciones, y son los llamados permanentes que gozan del
derecho al veto, ha servido para que se plantee en el ámbito
internacional una discusión y pugna por la elección.

Venezuela integró anteriormente el Consejo de Seguridad de la ONU Pero
había sido en condiciones limitadas, porque correspondió a la etapa de
la Diplomacia de la Cuarta República, cuando nuestras relaciones
exteriores estaban limitadas y condicionadas a los dictados de los
Estados Unidos, a la cola de los capos imperialistas y las òrdenes que
llegaban desde Washington, y por los dictados estratégicos de las
Organizaciones Internacionales de los Partidos Socialcristianos y
Socialdemócratas, a los que estaban afiliados los Partidos que
gobernaron en la Cuarta República. Sus posiciones, en el mundo en
pugna en lo que se llamó la guerra fría fué totalmente tras los
dictados e intereses de EE UU, con una diplomacia siempre con vistas
al norte, y donde el resto de América del Sur era solo una referencia
para el recordatorio de las fechas patrias y de los lazos formales.

La forma de elección del representante de Latinoamérica considerada en
su conjunto para tener un representante en el Consejo de Seguridad fué
siempre a base de acuerdo de las naciones latinoamericanas, sin la
intervención, al menos formalmente, de los EEUU, aunque por debajo de
cuerda pudieran estos hacer valer su voluntad, de acuerdo a sus
intereses transitorios para llevar al Consejo de Seguridad a uno u
otro país .Esa fue siempre la regla general.

Así que, en esta oportunidad, a los países latinoamericanos les
correspondía ponerse de acuerdo entre ellos para escoger un
representante. En caso de haber acuerdo unánime por una candidatura,
simplemente a base de ese acuerdo se presenta a la Asamblea General y
se vota. Y de haber más de un candidato, se llevaba a discusión a
buscar acuerdos, si había una mayoría más o menos determinante, se
debería escoger el mayoritario, y en última instancia acudir a un
tercero fuera de los dos sobre los cuales no se podía establecer una
decisión. Todo esto sin la intromisión de EEUU.

Pero en esta oportunidad, al lanzar Venezuela su candidatura, con una
política y una decisión proclamada de no ser un instrumento de los
EEUU, los gobernantes de Washington, desde un principio, desarrollaron
una política de intromisión en los asuntos latinoamericanos, --al
intervenir descarada y públicamente en un problema que es de los
latinoamericanos--, con llamadas, presiones, amenazas e intervenciones
de hecho, tal como lo hacen en otros asuntos, o usando a los
Presidente y diplomáticos de los países que todavía están dirigidos
por sectores oligárquicos aliados al imperialismo para hacer las
presiones, para que Venezuela no fuera escogida como candidato
directamente en el conjunto de las naciones latinoamericanas. Esto es
lo que ha impedido la escogencia de Venezuela directamente por los
países latinoamericanos, y ha trasladado la elección al ámbito
mundial, al seno directo de la Asamblea General de la ONU, con la
presencia de todos los países que la integran.

EE UU ha estado acostumbrado a decidir, directamente en unos casos, en
otros de manera solapada, usando su influencia en una América Latina
donde nadie se había enfrentado directamente a sus propósitos, salvo
el caso de Cuba, a la que pudieron aislar en el ámbito latinoamericano
cuando la excluyeron de la OEA y después le plantearon el bloqueo
económico, medidas que progresivamente se han venido rompiendo, por la
solidaridad de los pueblos latinoamericanos hacia Cuba, y la
progresiva insurgencia de países de Latinoamérica que restablecieron
relaciones diplomáticas con Cuba o lazos indirectos, y que de manera
creciente han iniciado comercio con la isla.

La teoría de Latinoamérica como patio trasero de EEUU ha recibido un
duro golpe. La insurgencia de Venezuela y su política independiente no
pudo ser detenida por la camarilla imperialista que domina Washington,
mediante el logro, para ellos, de una mayoría aplastante de países
latinoamericanos contra Venezuela. Ha ocurrido lo contrario. Venezuela
cuenta con un amplio, sólido y decidido respaldo latinoamericano, sólo
roto por algunos gobiernos aún dominados por sectores oligárquicos.
Las presiones, amenazas, chantajes, llamadas, eliminación de
concesiones favorables, no han podido eliminar a Venezuela como
candidato al Consejo de Seguridad de la ONU, desde el conjunto de
naciones latinoamericanas.

Pero ha quedado una cosa clara. La intervención descarada de EEUU
donde no debe hacerlo. Y esta intervención ha sido rechazada por
países latinoamericana de manera explícita, como lo es la de Brasil y
Argentina, que ante las declaraciones dadas desde Washington han
respondido reafirmando su voto por Venezuela. Igual los países del
CARICOM .Esta es una derrota que los EEUU no quieren quedarse con
ella. Por eso reactivan a sus agentes en Chile, en Perú, en México,
para intentar nuevas y distintas presiones sobre la diplomacia de los
países latinoamericanos para tratar de aislar a Venezuela e impedir el
desarrollo de nuestra diplomacia de unidad y solidaridad
latinoamericana. .. A eso se deben las distintas declaraciones desde
Estados Unidos, las declaraciones desde México, las provocaciones
desde Perú y las presiones de la Democracia Cristiana Golpista
antiallende y apoyadora del carmonazo , desde Chile.

La lucha por el sitio en el Consejo de Seguridad se traslada ahora al
ámbito mundial Y allí se reproducirán las maniobras imperialistas..
Pero no van a tener éxito. Serán derrotados.. Venezuela irá al Consejo
de Seguridad de la ONU con el respaldo de los países que han
comprometido su voto, en todos los continentes, y el respaldo de los
pueblos del mundo, incluso de los EEUU, donde el prestigio de
Venezuela crece día a día.


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