Pensamiento político vigente

A 150 años del asesinato del general del pueblo soberano Ezequiel Zamora

10 de Enero de 1860, fecha en que todos los ciudadanos y ciudadanas de esta patria Bolivariana debemos recordar como el día en el que nefando prevaricador contrarrevolucionario, le dio muerte a unos de los más ilustres líderes políticos y sociales del pueblo Venezolano.

Ezequiel Zamora, el General del Pueblo Soberano, quien a lo largo diez meses y 22 días, tuvo la proeza, sin ser un militar de carrera, apenas siendo un pequeño comerciante de Villa de Cura del estado Aragua, comandar al pueblo en armas en contra del burgués oligarca, desembarcando en el puerto de la Vela de Coro el 22 de febrero de 1859 con apenas 2.000 hombres, llegando a tener bajo su mando hasta el momento de su asesinato un contingente de 22.500 efectivos, todos campesinos incultos, artesanos, y sectores de la pobrecía de las ciudades.

La dimensión humana de Zamora como jefe militar y conductor político fue inobjetable hasta el momento de su asesinato. Con los soldados convivía, comiendo su “racho” y haciendo junto a ellos todo lo que hace un hombre de la tropa. Con respecto a sus oficiales trataba de mantener las mas fraternales relaciones, y no vacilaba en dar explicaciones cunado sobrevenía diferencias.

A Zamora no se le pudo disputar el liderazgo de la federación mientras estaba vivo, ya que en la guerra federal el pueblo tuvo en él un agigantado intérprete y conductor. Se creció con el apasionado apoyo de las masas en todos los artificios de la lucha armada, sosteniendo las demandas revolucionarias de los campesinos y los peones (Tierras y Hombre libres; Oligarcas Temblad).

El asesinato de Ezequiel Zamora incidió nefastamente en las aspiraciones revolucionarias de las masas campesinas y de los peones, de la población pobre, de las capas sociales semiasalariadas y de la pequeña burguesía de los centros urbanos. En contraste este nefando hecho trajo positivas consecuencias a los intereses de las clases dominantes oligarcas (godos), y facilitó los planes capituladotes de Juan Crisóstomo Falcón (cuñado de Zamora) y Antonio Guzmán Blanco, para llegar a un acuerdo con la oligarquía.

¿Quiénes fueron los autores de este infame hecho? Las memorias históricas nos señalan que Juan Crisóstomo Falcón, Antonio Guzmán Blanco y los suyos, en manos del sargento G. Morón espaldero del primero eran los agresores del atentado contra Zamora, en San Carlos hoy estado Cojedes el 10 de Enero de 1860. Sabían Falcón y Guzmán y sus seguidores que la “papa estaba pelada” por la consecuencia de la batalla de Santa Inés, y que Zamora era un obstáculo para sus oscuros planes capituladotes con la goda oligarquía, que comprendía coronarse como presidente de la república como efectivamente sucedió años mas tarde.

El prevaricador Falcón fue el responsable de la destrucción del ejecito Federal que forjó con heroísmo Zamora. Juan Crisóstomo Facón, cegado por su vanidad, prurito de vanidad y manifiesta incapacidad militar, resolvió librar el 17 de Febrero de 1860, la batalla el sitio denominado laguna de Coplé hoy estado Carabobo, lugar menos adecuado para los federales y más ventajoso para la oligarquía, perdiéndose ese día de nuestra filas el extraordinario numero de 4.000 a 5.000 soldados.

A pesar de la derrota de Coplé, de la traición a los intereses de pueblos y de los planes capitatuladores por parte de los testamentarios del asesinato de Ezequiel Zamora, no hubo paz, porque no se trataba de de una simple lucha entre caudillos terratenientes, sino de una profunda lucha de clases, entre explotadores y explotados, entre burgueses y proletarios, entre realistas y patriotas, entre capitalitas y socialistas, entre ricos y pobres. Era una guerra a muerte, una guerra social, caracterización esta que tenía mucha vigencia entre 1859 y 1863, fecha esta última en que fue firmado el llamado pacto de coche, destinado “a poner fin a las hostilidades” y lograr la paz social que anhelaban las clases dominantes, que permitiera mantener inmutable la estructura económico-social contra la cual se había levantado los explotados del campo y los hambrientos de las ciudades. Simplemente después de ese tratado se sustituyo ladrón por ladrón, explotador por explotador, oligarca por oligarca, burgués por burgués.

La Guerra Federal y la insurrección campesina de 1859-1863 estuvieron conectadas con los acontecimientos políticos mundiales de la época, especialmente en lo relacionado en la crisis del capitalismo en Europa cuando vivía la última década de la etapa premonopolista. Los revolucionarios franceses, sobre todo después de la Revolución de 1848 (primera revolución obrera ocurrida en el mundo), ayudaron a grupos políticos que en Venezuela habían levantado las banderas de “Tierras y Hombres Libres, Hagamos la Patria para los Pobres”. Ayuda esta que se manifestaba a través de revolucionarios experimentados como José Bradford, José Ignacio Chaquet, Carlos Herrique Morton y Napoleón Avril, notables ideólogo, y compañeros de armas de Ezequiel Zamora, General del Pueblo Soberano

Para el pueblo Zamorano, propietario y oligarca eran casi sinónimos, de las teorías políticas de la época, la única que penetraba más en la masa era la de la igualdad o igualación de clases. Este era el credo de los pobres, de los desarrapados del mundo, de los eternos miserables, de los oprimidos, de los despreciados por el color de la piel. Estas fueron las razones d fondo por la cual se difundieron con facilidad lemas políticos como horror a la oligarquía y oligarcas temblad, la lucha era de pobres contra ricos, era una guerra civil en el sentido marxista.

Francisco J. Iriarte compañero político de Zamora, al tener conocimiento de su asesinato expresaba “la revolución naufragará en manos ineptas y manos apóstatas, sin pasar por el terror revolucionario, los tiranos sustituirán a los tiranos. ¿Hasta cuando? No sabemos…Hasta que de la miseria de los miserables renazca el símbolo de Ezequiel Zamora. ¿En quien? No lo sabemos todavía: en cada hombre del pueblo soberano palpita la fuerza de Zamora, pero entre tanto muchas serán la victimas”

A 150 años del vil asesinato del conductor de la guerra federal, Ezequiel Zamora no ha muerto, su memoria y su pensamiento político hoy día está un más viva entre nosotros, estamos llamado todos y todas los venezolanos y venezolanas miembros del pueblo soberano a continuar la revolución Zamorana y Bolivariana, sigamos enarbolando las bandera de “Tierras y Hombres Libres, Oligarcas Temblad”, ¡Patria Socialista o Muerte¡…¡Venceremos¡.

(*) FRENTE CAMPESINO NELSON LOPEZ

abrahamcoiman@gmail.com



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