El porqué de Guaidó

Cualquier persona que prometa explícita o tácitamente ante una multitud opositora que acabará con el chavismo, que lo aplastaba y lo destruiría, es recibido inmediata e incondicionalmente en el seno de la caterva de la derecha. No es necesario poseer carisma. Solo montarse en la ola de la solidaridad mecánica de la oposición cuya base es el odio hacia el adversario. Guaidó es, un personaje de rango medio, hay muchos en lo oposición por encima de él, que si tienen el currículo para ser nombrado presidente de la AN, pero ¿porque Guaidó? Para el 22 de enero era conocido por el 0,2% de la población. La respuesta es obvia: el plan violento necesita imperiosamente de un "desechable". La oposición política venezolana, como toda organización dominada por la derecha y con el agravante que los extremistas se alzan con la vocería (VP, PJ, Vente Venezuela) nunca ha renunciado, al atajo violento, al zarpazo, al golpe de estado. La dirigencia radical siempre ha considerado que para materializar este anhelo, debe hacerse sobre una montaña de cadáveres. Por ello los francotiradores en 11 de abril, las víctimas de las guarimbas de 2014 y 2017, resaltando lamentablemente los casos de José Pernalete y Neomar Lander. Con más de 300 víctimas de su locura callejera, no han logrado su cometido. Ahora le imprimen un pequeño cambio táctico a su estrategia. Cambian la cantidad por la calidad. No necesitan más muertos, necesitan UN muerto. Y es allí donde Guaidó cobra relevancia, es allí donde comprendemos el "porqué" de Guaidó. Es allí donde cobra relevancia su "liderazgo". En un juego de palabras, bastante necrófilo, Guaidó nació para morir. Es por ello que su popularidad es más intensa en el exterior. Es por ello que no se pararon en ningún miramiento de tipo político, jurídico y mucho menos moral, a la hora de complacerse con su "auto-juramentación" y con todos los desaciertos cometidos con la supuesta "ayuda humanitaria" y con el antipatriótico llamado a la "intervención extranjera". Aunque lo acompañen en la foto, él está solo. Su gran mentor Leopoldo López, es al que menos le conviene un Guaidó vivo. Guaidó debe de cumplir el papel que casi le "asignan" a él, al término de la denominada "Salida I". La conspiración internacional lo necesita muerto. Los marines solo pisaran suelo patrio con un Guaidó muerto. Es la condición sine qua non para la balcanización del país. Es el último y necesario capítulo en el guion opositor. La cúpula opositora nunca tuvo entre sus planes, que sea Guaidó quien encabece, la tan cacareada transición. Es más, jamás se ha planteado seriamente la entelequia del "cese de la usurpación y las elecciones libres", eso se lo dejan a la emotividad opositora en la calle, es lo que se llama "pajita fina". Tienen el tiempo en contra, es por ello que lo envían de vuelta a Venezuela, luego del fracaso de la #Ayuda Humanitaria". Sería el epítome del descalabro un "presidente (E) en el exilio". Ellos tienen ya sus hilos en movimiento al interior de Venezuela, buscarán generar el hecho de conmoción que precipitaba el baño de sangre. Es por ello la amenaza-advertencia de Marco Rubio y Holmes Trujillo. Guaidó es un muchacho que a sido producido por el entramado estadounidense encargado de velar por los intereses del Washington. Sometido a un intenso lavado de cerebro, pero ¿habrá aceptado su papel, su martirio predestinado? Eso tal vez está por verse. Es por ello que a quien menos le conviene un Guaidó muerto es a la Revolución Bolivariana. Un Guaidó "vivo y coleando" es un recordatorio perenne de la derrota. Un Guaidó vivo es necesario para que haya la necesaria justicia en la cual se sustente la paz de la república

Poltgo.
ebecel@gmail.com



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