Correazos

El efecto Mumm-Ra

 Las actuaciones de la derecha venezolana parecen estar condicionadas por relaciones causa-efecto, entre ellas tenemos:

Efecto Boomerang: Si algo ha caracterizado al oposicionismo disociado es su inagotable capacidad de producir situaciones que se le revierten : El criminal golpe de estado con sus generaletes “preñados de buenas intenciones”, el sabotaje petrolero terrorista, las guarimbas, el revolcatorio, etc. La actual campaña tampoco es la excepción, iniciando con el silencioso discurso de arranque, continuando con las infelices “genialidades” del candidato majunche: “europeos que no se bañan”, “chocolate dulcito”, “la zuapara”, ”los trabajadores jalabolas”; pasando por las continuas y decepcionantes confusiones geográficas con las que inicia los micromitines ante el micropublico “roadie”, así como las reiteradas golpizas tanto a los periodistas del SNMP  que intentan cubrir esos poco concurridos eventos como a los activistas revolucionarios en los puntos rojos que sufren la desgracia de estar cerca de sus parapetos politiqueros.


Todo ello aderezado con la “creatividad “de sus asesores que paren montajes de documentos militares chimbos y sesudos eslóganes como “flaquito” y “el pantaletazo”, sin descartar las recomendaciones de capitostes de la IV república como R. Poleo quien lo tildó de “chayota” porque “no sabe a nada”.

Efecto Dominó: Esos desaciertos secuenciados en cadena, dan para un tratado y mucho más. Como consecuencia lógica de lo anterior se produce el estancamiento que se ve reflejado en todas las encuestas, lo que a su vez trae el desespero de la burguesía ,que termina jugando posición adelantada con el flashmob mediático de Amuay. La rápida y efectiva respuesta del Gobierno Revolucionario de Chávez les revirtió completamente  las pretensiones de producir un “efecto Atocha direccionado” y los hunde más en las encuestas

Efecto Mumm-Ra: El efecto medular de desmoralización, derrota y huída se genera en el aspecto más importante de una elección: el ideológico-ético. La derecha reaccionaria pretendió torpemente ocultar su rostro fascista y su plan neoliberal desnacionalizador mediante un discurso gaseoso, carente de contenido, centrado en el uso y abuso de la palabra “progreso”, totalmente descontextualizado y mimetizando caricaturesca e infructuosamente las exitosas medidas de la Revolución Bolivariana (misiones). Esa burda estrategia de marketing político no pudo  eludir lo ineludible: el profundo debate sobre los dos modelos de país y agudizado por las contradicciones de clase visibilizadas por el Proceso Revolucionario. Se demostró, una vez más, la imposibilidad retórica de contrastar, con propuestas vacías, la realidad concreta. Las huidas continuas, por parte de la reacción, actuaron como combustible para la incertidumbre dentro del electorado oposicionista que ya no está dispuesto a seguir firmando cheques en blanco. “Si se elimina CADIVI ¿Qué viene? ¿Devaluación?” , Si se elimina el control de precios ¿Qué viene? ¿Especulación?” y así sucesivamente se fue conformando ,en esa suerte de inconsciente colectivo opositor, una imagen bizarra de contraste alternativo programático capitalista a las medidas aplicadas por la Revolución.
 
Todo ello se agravó con la multiplicidad de programas de gobierno “oficiales” de la MUS y las infidencias de los “voceros” a tal punto que las diferencias internas de ese “saco de gatos” se incrementan como la presión dentro de una olla al aumentarle la temperatura aplicada y teniendo como consecuencia inevitable el cuarteamiento de la estructura  y el ciclo en espiral de disensos-represión-expulsiones express y manifestaciones fascistas como la del terrorista “cañita” koesling (no me defiendas compadre)  que configuran el desmoronamiento progresivo de la plataforma electoral y en paralelo la aparición del verdadero rostro de la oligarquía a través de la  revelación de la terrible verdad del “paquetazo” neoliberal antipopular. Ante esa evidencia irrebatible,  tanto al majunche como al resto de la directiva oposicionista reculan y proceden a esconderse en sus refugios mediáticos.

Ese efecto medular  constituye, en el majunche y su combo burgués, un comportamiento muy similar al del ficticio personaje de Mumm-Ra , especie de momia monstruosa que ha pesar de sus ingentes poderes malignos (gran capital y el imperialismo) huye derrotada a esconderse en su urna diabólica cada vez que le hacen contemplar su horroroso rostro reflejado en un espejo.

(*) Militante Revolucionario

@correazofino

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correazofino@gmail.com



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