Cuando escuches que el silencio está gritando,
no te hagas el sordo ante tan claro llanto,
cuando la patria ya no tenga lágrimas
ayúdale a llorar para que cese su dolor.
Cuando la humanidad se una a tu llanto,
alégrate porque otros prestarán sus ojos,
cuando demos sin esperar nada a cambio
celebra porque ha llegado el socialismo.
Si el dolor se aporrea con esperanza,
el llanto se calma con amor y alegría,
entonces aporrea el dolor, aporrea el silencio,
aporrea la tristeza y aporrea la indiferencia.
¡Aporrea hoy, aporrea mañana y aporrea siempre!
