Decenas de personas se apostaron a las afueras de la oficina de Aduanas y Protección Fronteriza en Nuevo México, EEUU, para exigir justicia para los niños migrantes en esa nación.
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El grupo de personas se acercó a la sede y protestó por la niña guatemalteca Jakelin Amei Rosmery Caal Maquin, de 7 años, quien murió la semana pasada tras ser detenida con su familia y llevada a un centro de detención.
La menor tenía signos de deshidratación, padecía de fiebre, había sufrido convulsiones y murió en un hospital de ese estado.
Jakelin Caal viajaba con su padre y avanzó junto a un grupo de migrantes detenidos el pasado 6 de diciembre.
Aunque la menor no tenía antecedentes de enfermedad y en el viaje no mostró ningún signo de afectación a la salud, comenzó a mostrar síntomas cuando fue llevada desde el puerto de entrada a Estados Unidos de Antelope Well a la estación de Lodsburg, a unos 90 minutos de distancia.
La pequeña niña guatemalteca murió mientras estaba en custodia de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos y tuvo un paro cardíaco.
Ante el suceso, los defensores de derechos humanos no tardaron en reaccionar y exigieron una investigación que dé justicia a la familia migrante.