Ucrania: Escalada y fin de la OTAN

Los últimos desenlaces de la Guerra en Ucrania, dan cuenta de una inevitable escalada, que no sólo pone en riesgo a la población civil europea, sino que amenaza con afectar al resto del mundo; un mundo ya aquejado por el palpable cambio de era. Así mismo, deja en evidencia las verdaderas intenciones y debilidades de los EEUU como centro del imperio mundial, que pudiese resultar en el definitivo debilitamiento de la Organización del Tratado del Atlántico Norte.

En los últimos días, hemos podido observar como Ucrania ha decidido lanzar una temeraria campaña militar en territorio de la Federación rusa, a través de un ataque masivo con drones y la incursión de tropas militares, artillería y otros vehículos terrestres de uso bélico; en un momento que podemos entender como crítico para sus propias fuerzas armadas, su estamento político y su estabilidad financiera. Lo que deja preveer gran parte de las maniobras suicidas de desgaste, que Ucrania está dispuesta a llevar a cabo como país señuelo de la OTAN, quien se anuncia como próximo contendiente directo de Rusia, asunto que definitivamente no tendría un final feliz ni para Europa, ni para el mundo, ni tampoco para la OTAN y paso a explicar por qué.

Las incursiones militares en territorio ruso por parte de Ucrania y sus aliados (apátridas rusos y mercenarios internacionales), representan un absurdo político y un grave error militar, que ha sido repelido de manera exitosa por la línea de defensa rusa, propinándole un golpe sensible a las fuerzas militares de Ucrania, al darle de baja a más de trescientos combatientes en una sola maniobra y la destrucción de material militar, dentro de los que se cuentan tanques, vehículos Bradley, vehículos de transporte y otros vehículos aerotransportados, que ya en condiciones normales harían falta en el frente de guerra y de los que hoy carecen las tropas ucranianas, mal armadas y mal asistidas. Estas perdidas son significativas ya que representa, en una sóla maniobra infructuosa, la pérdida del 0.1% del total de combatientes reclutados en la última oleada, que en principio se estimaba en un millón de nuevos reclutas, pero que luego se dió a conocer un reporte que ubicaba de ese millón de soldados ucranianos, únicamente a trescientos mil en el frente de guerra, desconociendo el paradero de los restantes setecientos mil.

Este asunto resulta particularmente grave para Ucrania, ya que contando los trescientos combatientes muertos en las regiones rusas de Bélgorod y Kursk, las bajas del día rondan el millar. A ese ritmo, a la última avanzada de reservas le quedarían menos de doscientos días de actividad, pues se entiende que de esos trescientos mil militares reclutados en la última oleada, ya se le ha dado de baja a una parte importante, así mismo que también el ejército regular ya ha sido en gran medida abatido, herido de gravedad o capturado en el frente de batalla; sobre todo en los feroces combates de los últimos meses en Bajmut, Marinka, Rabotino, Avdiivka, Vugledar, Ivanivske y Krinki, donde se ha perdido una suma dantesca de soldados ucranianos en campañas a veces innecesarias. De igual forma se entiende que el recambio no funciona en los tiempos estimados, debido a las debilidades logísticas y la falta de voluntariado, ocasionando mayor agotamiento y nivel de estrés de las tropas en combate, lo que sumado a otros aspectos de la guerra, resultan en una desmoralización sistemática de los combatientes. Es conocido también que un gran número de reservistas han sido reclutados a la fuerza y que son llevados a las sangrientas líneas del frente de guerra sin equipo, sin formación y sin la voluntad de luchar por su país.

Como si no fuese suficiente, a la falta de personal y a la pérdida del frente, se le suman los constantes bombardeos de las retaguardias ucranianas y centros de comando central, los asiduos ataques a los puntos de abastecimiento, de concentración de tropas y de pistas aéreas militares; además se observa una clara crisis financiera, que muchos señalan como resultado de un proceso de corrupción sostenido, muy similar al método del ex diputado Juan Guaidó en Venezuela, que consiste en robarse todo lo que pueda hoy, porque quizás no hay mañana, importándole muy poco su propio equipo de trabajo, sus votantes y las consecuencias finales de sus decisiones, etc. Asunto este, que ha sabido aprovechar la Federación rusa, pues queda claro que estudian muy bien sus objetivos militares, prefiriendo a todos aquellos que dejan graves problemas en la moral, en la logística e incluso encrucijadas políticas.

Recientemente, existe un profundo descontento en los mandos militares ucranianos, que no comparten la visión política y militar del presidente actor; sobre todo a partir de la destitución de Valerii Zaluzhnyi, antiguo comandante de las fuerzas armadas de Ucrania, sustituido por el "carnicero" Syrskyi. Zaluzhnyi, fue incapacitado para futuros cargos militares por la misma oficina presidencial de Bánkova y recientemente se le forzaba a asumir un cargo de embajador, así como se le instó a abandonar el país, ofreciéndole cincuenta y tres millones de dólares. Queda muy claro que el dinero se inverte en política más que en la seguridad de los soldados ucranianos en trinchera, así como queda claro que Zelensky siente la sombra de Zaluzhnyi sobre su espalda.

Syrsky, actual Comandante de las Fuerzas Armadas de Ucrania, comanda de manera mucho más complaciente para con su comandante en jefe, a pesar de su impopularidad y reputación despiadada e indolente para con sus propias tropas. Sin embargo, el comandante ha sido tendencia en las últimas horas, ya que había sido dado por muerto al encontrarse en el cuartel general del grupo operacional Tavria bombardeado por la Federación. El ataque finalmente no ha dado de baja al comandante de las fuerzas ucranianas, pero sí a un importante número de militares del alto mando central que lo acompañaban. Aún no se tiene certeza de cuál es su verdadero estado pero tal como le ocurriera días antes al propio presidente Zelensky en Odesa, le ha faltado muy poco al ataque para acabar con la vida del comandante. Es evidente que el ejército ruso le pisa los talones y esto quizás sea un mensaje claro: la guerra acabará, acabando con los responsables políticos y militares de Ucrania.

Lo que se observa en estos últimos acontecimientos en la guerra de Ucrania no es más que los pormenores de una "muerte anunciada", pues el desmoronamiento del frente por parte de las AFU, no hace sino validar el pronóstico de Vladímir Vladímirovich Putin, el Gran Presidente: "la guerra terminará con la desmilitarización y desnazificación de Ucrania" y así parece cumplirse. Esta facultad de hacer honor a lo prometido, le gana a Putin entre la opinión pública mundial un sitio de popularidad importante y lo convierte en el único líder político con posibilidades de ganar las venideras elecciones rusas.

Los últimos movimientos desesperados de las fuerzas ucranianas, han sido repelidos pero han dejado un saldo de heridos en la población civil rusa, por lo que desde la Federación han sido catalogados como actos terroristas que nada tienen que ver con los frentes ni las dinámicas de la guerra y lo contraponen con el método ruso de ataque selectivo a los objetivos militares, que busca minimizar al máximo el daño colateral, aún a costa de perder un mayor número de tropas rusas, que de usarse la táctica de arrase con bombas de gran capacidad destructiva, al que ya nos tienen acostumbrados los otanista e Israel. De igual manera estos ataques han despertado la ira rusa, garantizando una fuerte respuesta en distintas regiones ucranianas, así como en las ya golpeadas retaguardias y mayor empuje en el frente, por lo que ahora mismo se estarían librando feroced combates en toda la línea defensiva de Ucrania y Rusia.

Aunque no se ha dicho de forma explícita hasta ahora, se ha dejado entrever en el metatexto de este artículo, que Zelensky no tiene ninguna posibilidad de ganar la guerra, no posee condiciones para ello y lo sabe, pero aún así sigue empecinado en llevar a su propio país a una catástrofe mayor y eso es posible porque la OTAN está detrás de todo, incluyendo las maniobras torpes, pues estas incursiones les permiten medir la capacidad de respuesta que tiene Rusia en sus propias fronteras. Todo lo que hoy ocurre tiene que ver con lo anunciado recientemente por la OTAN de forma tan descabellada como masiva: "preveen llevar tropas a Ucrania de manera oficial para pelear contra Rusia...". Sin embargo es fácil inferir que de nada les serviría pelear en territorio ucraniano, del cual Rusia tiene ya un importante estudio y control militar, donde además queda poca infraestructura en pie y donde ya han caído antes centenares de militares alemanes, polacos, franceses e ingleses que han enviado camuflajeados con uniformes de la AFU, mucho antes de iniciar la contraofensiva de verano.

Es incuestionable que la OTAN necesita (para salir de su atolladero), llevar la guerra a territorio ruso y eso generará una escalada aún mayor, con una respuesta de pronóstico reservado, donde parece que la guerra se propagará por buena parte de Europa ( Francia, Alemania, Polonia y Finlandia, al menos) aún cuando actualmente varios países OTAN no apoyan a Macrón en su campaña napoleónica de escalar las tensiones con Rusia, pues sienten que la guerra les tocará la puerta de su casa si deciden participar de forma franca contra la Federación.

Queda también en evidencia, que sólo los EEUU ganaría de la destrucción de Europa, un poco más allá de la estabilidad financiera que dan los acuerdos de suministros militares. Puesto que una Europa debilitada y una Rusia agotada por una guerra de largo alcance contra la OTAN europea y sin vecinos comerciales, dejaría a EEUU nuevamente en alza, como árbitro del mundo y al preservarse, quedaría en una posición de ventaja contra la que Rusia no podría ir a la guerra. Esto los deja en una situación de dominio, similar a la forma en la que "ganaron la segunda guerra mundial". Aunque para que esto sea posible, EEUU debe renunciar a la OTAN, o al menos distanciarse lo suficiente para evitar ir a la guerra o ser considerado miembro de la agresión por parte de Rusia, planteamiento difícil de creer pero que apenas ha sido planteado por Trump en sus discursos de campaña. Esta puede ser la razón legítima por la que EEUU haya incitado la guerra contra todo pronóstico, por necesidad de reestablecer su posición de dominio y elevar su capacidad financiera, aún cuando no estuviese dispuesto realmente a participar en la guerra con su propio ejército.

Recientemente la OTAN ha declarado, que no descarta llevar tropas a Ucrania en los próximos días para hacerle frente a Rusia, a menos que esta se rinda. Estoy muy seguro que sería la primera vez en la historia que una potencia rindiese su posición de potencia mundial contra un país de menor peso en el tablero geopolítico internacional, en medio de una guerra proxy que además va ganando de forma clara. Es decir la OTAN, de forma pública y ante el mundo entero le pone condiciones a Rusia que ésta no va a cumplir, pues solicitan una rendición para evitar una lucha que no han evitado antes, olvidándose de lo que no podemos olvidarnos todos los ciudadanos de a pie y es que Rusia es una de las más grandes potencias nucleares, si acaso no la más grande.

Rusia ha respondido a la OTAN, anunciando la realización de ejercicios militares con siete aliados, a la vez que envía tropas a las fronteras con Finlandia. Con estas últimas dos maniobras La Federación muestra que tiene mucha más profundidad militar que la que ha usado en Ucrania, puesto que las lleva a cabo mientras lucha una guerra y garantiza la defensa integral de sus intereses en otras regiones del mundo como el Ártico y Libia. Rusia, ya una vez fue engañada por la OTAN al aceptar el llamado a negociaciones en Turquía tras el asalto de Kiev, retirando sus tropas de la capital ucraniana como muestra de buena disposición para el diálogo y lejos de acordarse los términos de rendición, estos aprovecharon de introducir en Ucrania mercenarios y armamento para poner en marcha la famosa "contraofensiva", que finalmente acabó con gran parte del ejército regular de Ucrania y un sin fin de mercenarios internacionales y corporativos. Esta es la razón legítima del escepticismo ruso. Lo cierto es que Rusia demuestra que aunque la OTAN los quintuplica en armamento militar, tropas y recursos financieros; ellos los aventajan en la capacidad de producción de su industria militar, en la calidad de su armamento de avanzada, en la preparación y equipamiento de su ejército, en la eficiencia de su sistema logístico, de su cadena de abastecimiento y su método de recambio, así como demuestran superioridad en su visión estratégica.

Recurro entonces a un artículo que realicé a inicios del año dos mil veinte (2020), titulado De Troya a los EEUU, la caída de un imperio y el cual colgué en este mismo medio informativo el 28 de marzo del mismo año, en el que ya acusaba de peligrosa las maniobras otanistas en Europa, quienes aprovechaban la pandemia para llevar veinte mil soldados de EEUU y dieciocho mil del resto de los países miembros como parte de un ejercicio en Ucrania, que no era más que la antesala de la guerra con Rusia, a la que Putin respondería dos años después por indiscutibles motivos de seguridad nacional; proceso que iniciara realmente en el año dos mil catorce (2014) con la rebelión fascista conocida como El Maidán o Euromaidán, que acabara por propiciar los bombardeos a la propia población ucraniana de habla y cultura rusa por ocho años consecutivos en la Región del Donbass (Lugansk y Donetsk).

Ya en aquel artículo hacía mención, que los EEUU perdía apresuradamente la hegemonía del mundo en todos los elementos que la componen, al perder influencia política (proporcional a la pérdida de capacidad financiera) incluso en Europa. De igual forma afirmé que EEUU estaba perdiendo la carrera tecnológica contra China y la carrera militar contra Rusia, fundamentalmente; quedando evidenciado en la guerra de Siria, pues su dominio en el Medio Oriente se vió revertido tras las operaciones rusas e iranies en el territorio, quienes hoy se empiezan a mostrar de forma franca como un bloque de la multipolaridad.

Así mismo sostuve que, ya entonces China estaría financiando gran parte de esos movimientos geopolíticos de los países que disputaban en Europa y el Medio Oriente la hegemonía de EEUU, asunto palpado hoy de forma más visible, y explicaba la importancia política, militar y comercial del Medio Oriente, al ser una plataforma que une a los dos centros poblacionales más grandes del mundo (Asia y Europa). No es entonces de extrañar que hoy las tensiones globales se sitúen en Europa, Medio Oriente y Asia, simplificando el mapa de operaciones (al disipar las disputas en África ) para la contradicción geopolítica.

Por último, afirmaba en mi artículo dos años antes del inicio de la guerra, que lo que ocurría en el Medio Oriente llevaría a EEUU a buscar nuevas formas y terrenos de lucha para poder preservar su poder y detener su caída frente a la amenaza de un Nuevo Orden Mundial (fuera de su control), para lo cual concluí: "EEUU buscará recobrar la influencia diplomática tras la hecatombe mundial". Tratarán, decía entonces, de realizar operaciones simultáneas en gran parte del mundo como una opción ante la pérdida de influencia, pero alerté que en el tablero global no estaban jugando solos y eso cada vez se alcanza a descifrar con mayor claridad. Parece que la respuesta de alguna forma atemporal del Hamas (Operación Tormenta de Al-Aqsa, llevada a cabo el 7 de octubre de 2023) contra la masacre perpetrada por Israel durante años, resulta ante los ojos de muchos como un absurdo infructuoso. Sin embargo, estoy seguro que es de alguna forma la respuesta de Rusia a los EEUU por haber llevado la guerra a sus linderos y lo hacen posible, a través de su aliado Irán, en contra de uno de los aliados más importantes de EEUU, Israel. Esta maniobra no ha hecho más que permitir la escalada progresiva del conflicto en Medio Oriente, al cual ya se han sumado Hezbolá en el Líbano, IRAk y Yemen, alcanzando un importante apoyo de países como Turquía, Egipto y Qatar. De seguir en ese sentido y en mejores condiciones globales, Irán puede tomar una posición más directa sobre ese conflicto, mientras que en el frente de guerra europeo, el imperio se desgasta, mermando su capacidad de reposición de armamento y de tropas, que tampoco podrá resolver con corporaciones mercenarias, ni arrasar a punta de bombazos como sí lo hiciese antes, así como también se podría ir debilitando su capacidad financiera tras inmiscuirse directamente.

Parece que este hilo se suelta por un lado y se tensa por el otro, es decir, las tensiones que hoy vemos en los tres escenarios de guerra y sus posibles escaladas (Europa, Medio Oriente y Asia), no hacen más que poner en una posición compleja a los EEUU, por lo que estos han tenido que hilar fino para dar respuesta ante las maniobras de sus enemigos, muchas veces al margen de los intereses de sus propios aliados en las regiones. Mientras que China no participa de forma directa pero garantiza la estabilidad financiera de su aliado más importante, Rusia.

Aunque quiero creer que los gobernantes de las potencias y el centro del imperialismo mundial, no son tan tontos y morbosos como para sumir al mundo en una devastadora guerra final, que acabase con la humanidad, entiendo como riesgosas las maniobras de la OTAN en Europa y el resto del mundo, ya que caminan por el filo de un desenlace nuclear, que a su vez puede disparar respuestas en los distintos conflictos que hoy vemos en el tablero global, incluyendo al continente americano con los asuntos no resueltos en México, Nicaragua, Honduras, Colombia, Brasil, Ecuador, Bolivia y el Esequibo en Venezuela. A esto se suman los movimientos de bases militares en el ártico y Libia, todos parte de un mismo cuerpo: la pugna por la hegemonía mundial. Una pugna casi sin razón de ser, casi a no ser por el método abusivo de los EEUU y sus socios en Israel y Europa en su posición de centro imperial, como han sido el incumplimiento de los acuerdos alcanzados en Irán, Corea del Norte y Rusia (esta última en la década de los 90' y en 2008) .

Como sostiene Villarroya, EEUU no entra a pelear una guerra con un contendiente en condición de igualdad o que pueda propinarle un revés, desde la guerra de Vietnam, puesto que le teme a la respuesta interna de su población cuando las pérdidas humanas sean profundas. Por lo tanto es posible que EEUU deba salir de la OTAN de forma oficial, para no participar de manera directa en ese conflicto o por el contrario, deba enviar a pelear únicamente a la OTAN europea, mientras ellos suministran el equipamiento militar y llevarían a cabo operaciones mercenarias encubiertas a cambio de jugosas sumas de dinero, que lograrían estabilizar la economía norteamericana y con ello su hegemonía mundial, mucho más en contraste luego con una Europa en ruinas.

Así que es muy probable que no alcancemos a ver la caída absoluta del imperio norteamericano, pero sí el nacimiento de un Nuevo eje de poder mundial, pero sí aquel sueño de Chávez de un mundo multicéntrico y pluripolar, sí el cambio de era, sí el debilitamiento de la OTAN y el desplazamiento de la élite globalista financiera que hoy representa Biden en los EEUU, pero que tiene su real origen en la nobleza negra veneciana que opera a través del sistema financiero y que tiene sus mayores representantes en las casas de Hannover y Windsor.



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