Debo decirles que he estado
leyendo al respecto y reflexionando sobre el tema, tratando de encontrar
algo interesante que decir, pues son muchos los que han escrito sobre
esta debacle mundial y seguirán haciéndolo. Espero que mis reflexiones
les parezcan interesantes o los motive a pensar sobre lo que sucede
en el mundo y sobre todo que es lo que podemos esperar.
En primer lugar, debo decir
que el tema es extremadamente complejo, además, los economistas tienen
la habilidad de hacerlo más complicado. Una de las primeras reflexiones
que surgen de las lecturas que he hecho, éstas apuntan a la constatación
de que los economistas tienen posiciones encontradas acerca de las causas
y las formas de encarar las crisis económicas recurrentes y cada vez
más frecuentes.
Llama poderosamente la atención
que hoy en día, los economistas tienen puntos de vista y posiciones
encontradas acerca de la depresión de 1929. Hay algunos que defienden
la tesis keynesiana, que sostiene en pocas palabras, que para salir
de una recesión económica (disminución de la actividad económica,
menos producción y desempleo creciente) es necesario inyectar dinero
a la economía (a través del gasto público, por ejemplo, a través
de un plan de obras públicas masivo), todo esto con el objeto de dar
empleo, lo que redunda en un crecimiento de la demanda, lo que a su
vez, puede resultar en una reactivación del aparato productivo y la
inversión. En el caso de la depresión del 29, esto terminó realizándose
con el gasto bélico de la segunda guerra mundial.
Sin embargo, hay otros economistas
que consideran que la intervención del Estado en la economía, en aquellos
años, fue más bien contra producente y agravó la crisis, y finalmente
retardó la recuperación. Obviamente, quienes piensan así, son aquellos
que están de acuerdo con el laissez faire, los llamados neoliberales.
Pienso que estos economistas tienen una posición ideológica que se
antepone a cualquier análisis de la realidad, algo así como que yo
veo sólo lo que quiero ver. Por otra parte, su posición de que en
la depresión del 29 las cosas habrían ido mejor sin intervención
estatal, es sólo una hipótesis, porque el hecho concreto es que el
gobierno norteamericano se comprometió con la intervención en lo que
se llamó el New Deal.
El punto que quiero poner en
el tapete, es que si los economistas no se ponen de acuerdo respecto
a un evento que sucedió hace 80 años, que podemos esperar sobre el
análisis que hagan de las crisis recientes, las cuales son más complejas,
simplemente porque el mundo y las relaciones económicas se han vuelto
más complicadas por la globalización y la tecnología de la información.
De mis lecturas me ha quedado
claro que el pensamiento económico está fracturado en lo que
respecta a las causas que desatan las crisis, en lo que se refiere a
la solución adecuada cuando estas se presentan, es decir, que políticas
económicas hay que implementar para superarlas, y por último, que
políticas económicas nos permitirán prevenirlas. Hay algunos economistas
destacados que se han equivocado de una manera lamentable y vergonzosa,
a mi modo de ver, poniendo en tela de juicio que la economía pueda
ser considerada una ciencia. En este sentido, en los 90, hubo algunos
que aseguraban que el mundo se había librado finalmente de las crisis,
al menos de las grandes, previendo un futuro de estabilidad económica
con pequeños desajustes fáciles de manejar. La actual realidad económica
del mundo les ha dado un mentís rotundo a dichos personajes.
Las crisis económicas no son
algo nuevo, según lo que he leído, ya por el 1.600, hubo una crisis
económica en Holanda y todo debido a los tulipanes (una especie de
flor). Estas flores se pusieron de moda y quienes las cultivaban vieron
como los precios se elevaban rápidamente y obtenían jugosas ganancias.
Entonces muchos pensaron que era buena idea dedicarse al cultivo del
tulipán, muchos pidieron prestado para poder invertir en el negocio.
Como es de esperarse, llegó un momento en que hubo exceso de tulipanes
y el precio se derrumbó, los que llegaron de último, vieron como sus
expectativas de ganancia se convertían en la seguridad de obtener pérdidas.
Aquellos que se endeudaron para entrar en el negocio, no pudieron pagar
y así comenzó la cadena de no pago y quiebras. Muchos que se arruinaron,
pudieron usar sus tulipanes para adornar sus tumbas, y aún así, les
sobraron flores.
Todos hemos sido testigos o
lo hemos sufrido en carne propia, alguien que cuando le vamos a cobrar
nos cuenta que el negocio le va mal, que los clientes no le han pagado,
así que tampoco nos puede pagar a nosotros. Y cuando llega el casero
a cobrarnos, nosotros le echamos el mismo cuento al casero y éste a
su vez se lo echa al tendero que le ha fiado, y éste al proveedor de
las verduras, y así al infinito. Este es el mecanismo de contagio que
generaliza una crisis. Este cuento es muy válido para los países también,
Grecia no puede pagar sus deudas a sus acreedores europeos, sus acreedores
(bancos, gobiernos o inversionistas) también se encuentran en aprietos
para pagar los intereses a sus depositantes, o los sueldos de los empleados,
o los dividendos a los accionistas). Espero con este cuento haber explicado
en una forma simple el mecanismo de generación y contagio de una crisis
(pero no es el único).
Como podemos apreciar los economistas
tienen una deuda de varios siglos en materia de predicción y tratamiento
de las crisis económicas, y por los vientos que soplan, seguirán en
deuda (como economista, no me había dado cuenta de la deuda que cargo
desde que me gradué).
En cuanto a la complejidad
de las crisis, esto se puede constatar por las diferentes manifestaciones
de la misma, tenemos países que presentan crisis cambiarias (inestabilidad
de la moneda frente a otras monedas), de balanza de pagos (importan
más de lo que exportan o se endeudan más allá de lo prudente), crisis
monetarias (inflación, devaluación), crisis financieras (quiebras
de bancos), crisis del aparato productivo (desempleo, baja inversión,
estancamiento económico). Lo que complica más las cosas es que todos
estos tipos de crisis pueden combinarse, y de hecho, así sucede. También,
al leer la literatura al respecto, podemos encontrar que las políticas
aplicadas para solucionar algunos de estos tipos de crisis, puede ser
totalmente contra producente en otras áreas. Una política encaminada
a frenar la inflación puede conllevar a una caída en la demanda que
puede desencadenar una contracción económica. Una política que pretenda
proteger el valor de una moneda, cuando se tiene una inflación elevada
y una desconfianza general, puede conducir a una fuga de capitales y
disminución de las reservas internacionales. Finalmente, esto puede
conducir a una devaluación (justamente lo que se deseaba evitar) o
un control de cambios. Algunos dirán, que entonces es mejor proceder
a devaluar para desestimular la fuga de capitales. Sin embargo, si no
hay confianza en la economía del país, muchos pensarán que la primera
devaluación sólo es el anuncio de otras por venir, así que mejor
cambiamos nuestra moneda en dólares antes de que venga la próxima
devaluación. Quienes vivan en Venezuela entenderán muy bien de lo
que hablo. Ahorrar en bolívares fuertes (y eso de fuertes parece un
chiste) no es negocio con tasas pasivas negativas frente a la inflación
y con la expectativa generalizada de devaluaciones por venir, en este
panorama, cualquiera que tenga capacidad de ahorro cambiará bolívares
por dólares o euros y hasta por oro. Es por esto, que nadie postula
que Venezuela abandone el control de cambios, pues todo el mundo pronostica
una caída de las reservas internacionales al subsuelo.
Aquí es bueno detenerse
a pensar en un aspecto importante de las crisis, y es el aspecto psicológico,
que creo es el talón de Aquiles de la economía. Las expectativas de
la gente respecto al desenvolvimiento de la economía es un elemento
muy poderoso a tener en cuenta, y al parecer los modelos econométricos
basados en las matemáticas no son capaces de manejar dichos aspectos
psicológicos. No es que los economistas no estén enterados de esto,
simplemente no pueden manejar este componente del problema. Todo esto
hace que muchas políticas económicas fracasen y hasta puede obtenerse
el resultado contrario al que se plantean.
Un elemento relevante en las
crisis actuales es el sistema financiero, en general, éstas revientan
cuando la banca presenta problemas de insolvencia, o bien, la que llaman
la banca a la sombra (entidades que reciben dinero para invertirlo básicamente
en la especulación en las bolsas). La banca a la sombra según Krugman
(premio nobel de economía) son entidades financieras que operan como
los bancos, reciben dinero, invierten o prestan y pagan dividendos,
con una diferencia importante, no están reguladas como la banca comercial.
Para ilustrar esto, quiero echarles el cuento de un matrimonio en Mérida
con fama de gente de dinero y solvente, que comenzaron a ofrecer intereses
muy superiores a los de la banca comercial, durante un tiempo, ellos
recibieron dinero de mucha gente y efectivamente pagaban los intereses
prometidos. En verdad no se en que invertían el dinero si es que lo
hacían, lo más probable es que pagaran intereses con el dinero que
recibían como inversión de otros, claro este esquema tiene un límite.
Finalmente, ocurrió lo que era previsible, estas personas huyeron del
país con el dinero de mucha gente, personalmente conozco a varios que
perdieron sus ahorros ahí. Ahora, que induce a las personas a arriesgar
su dinero sin ningún tipo de garantía, el hecho de tener una banca
que ofrece tasas pasivas paupérrimas y una alta inflación, junto con
la estupidez humana que parece no tener límite. Bien, estos señores
merideños tenían una banca a la sombra. Un consejo que puedo darles
es que cuando un negocio suena demasiado bien, desconfíen siempre desconfíen.
También pareciera ser una
ley en economía, la ley de la gravedad, todo lo que sube inevitablemente
tiene que bajar. Todo negocio que se va inflando, tarde o temprano se
desinflará. Matsuhita, un empresario japonés decía que su éxito
radicaba en saber cuando salirse de un negocio, él creaba un negocio,
lo hacía prosperar y lo vendía cuando aún el negocio iba en alza,
pero él preveía que pronto comenzaría la declinación.
La crisis desatada en el 2008,
por la burbuja inmobiliaria (compra y venta de inmuebles en un mercado
con precios al alza de los inmuebles), tiene mucho que ver con la banca
a la sombra, que tomó dinero de mucha gente para invertirlo en el negocio
de bienes raíces, y por la ley de la gravedad, los precios llegaron
a un clímax y comenzaron a caer, dejando a mucha gente con unos inmuebles
fríos y endeudados. Y como ya explicamos, de ahí se produjo un contagio
a toda la economía, y en particular, al sistema financiero. Si el sistema
financiero se encuentra en apuros, los créditos al sector consumo y
productivo se recortan, las tasas de interés se elevan y esto repercute
en que la gente compra menos, las empresas venden menos y comienzan
a despedir gente, completándose un círculo vicioso.
Es en estos momentos, que el
gobierno estadounidense sale a sacarle las castañas del fuego al sistema
financiero, inyectando dinero para que la economía no caiga en recesión.
Además, bajando la tasa de interés a cero (imagínese que Visa lo
llama para decirle que no le cobrará intereses, se supone que usted
saldrá como loco a comprar). O un productor que ve que la tasa de interés
está muy baja (se verá tentado a invertir). Sin embargo, este comportamiento
es hipotético, si usted tiene un mal feeling respecto a su situación
económica futura porque ha visto como sus amigos han perdido el trabajo,
tal vez prefiera ser austero, lo mismo puede pasar con el productor.
A pesar de que el gobierno de Estados Unidos ha actuado según el manual,
salvando al sector financiero, la economía norteamericana no parece
reflotar.
Algo interesante respecto a
la psicología económica, es que muchas veces el pensamiento racional
individual del consumidor o del productor no es lo mejor para el conjunto
de la economía, también el análisis racional del corto plazo no sea
lo mejor en el largo plazo.
Hay muchos que hablan de algo
que llaman riesgo moral, éste consiste en que mientras los negocios
van viento en popa, los banqueros rechazan los controles del Estado
en la actividad financiera señalando que los mismos reducen el crecimiento
económico, controles en las tasa de interés, el encaje bancario y
actividades que no pueden ser financiadas por la banca. Sin embargo,
cuando los banqueros hacen malos negocios y pierden el dinero de los
ahorristas claman por la ayuda del Estado, a quien no le queda más
remedio que hacerlo. Ahora bien, la ayuda sale del bolsillo de los contribuyentes,
los mismos que han perdido sus ahorros, dinero que podría ser usado
para hospitales, escuelas, vialidad, etc. Además, en el 2008, vimos
la desfachatez de algunos altos ejecutivos del sector bancario que en
plena crisis se auto asignaron unos bonos millonarios por su magnífico
desempeño de instituciones quebradas. Como escuché decir alguna vez,
los bancos quiebran, los banqueros no. Lo anterior, desató incluso
la indignación de Obama. Ahora, la indignación de mucha gente estriba
en que los banqueros hacen esto una y otra vez, sabiendo que papá Estado
pagará los platos rotos.
¿Cuál es la razón por la
cual el gobierno permite que estas cosas ocurran una y otra vez? Creo
que aquí lo que pesa es el factor ideológico, Estados Unidos o Europa
no son países socialistas, son capitalistas, y el capitalismo se basa
en la propiedad privada y la libertad de los agentes económicos. Asumir
que el sector financiero de la economía no puede dejarse en manos privadas
sería admitir que el capitalismo no funciona bien en todas las áreas
y todo el tiempo.
Por otro lado, tenemos el caso
europeo, donde la crisis se ha agravado hasta extremos que llevan a
algunos a hablar del quiebre de la Comunidad Económica Europea y el
naufragio del Euro. Obviamente, aquí algo que problematiza las cosas
es el proceso de integración económica que ha abarcado a países con
situaciones económicas muy dispares, países ricos y países pobres,
países con distintos niveles de productividad, con ingresos per cápita
muy distintos y con niveles de endeudamiento muy diferentes. Hoy en
día, la CEE parece ser una bolsa de gatos, de todos los colores y pesos.
A eso se añade la poca competitividad de los productos europeos frente
a los chinos por ejemplo. Recuerdo no hace mucho ver a todos los presidentes
europeos rogarle a los chinos para que revalúen su moneda para poder
competir con ellos. Además, tenemos Estados comprometidos con proporcionar
unos niveles de bienestar a su población que cada día son más difíciles
de sufragar, Grecia tiene una deuda que supera ampliamente su Producto
Interno Bruto (el valor de lo que produce), es algo así, como que usted
tiene una deuda que es una vez y media su remuneración, Ahora, usted
se ha endeudado para darle de comer a sus hijos porque su sueldo no
alcanza, llega un momento que alcanza el límite de su tarjeta. Para
pagarla usted debe dejar de alimentar a sus hijos, sino dejar de honrar
la deuda con su tarjeta. Algo más o menos así, le ha pasado a Grecia
y ahora también Italia está en apuros. Una solución es que un grupo
de amigos (en el caso griego la CEE) le preste para que siga pagando
la tarjeta pero a cambio usted deberá de bajar el gasto en alimentación
de sus hijos en un 50% para que pueda devolverle la plata a sus amigos.
Por supuesto, imagínese la cara de sus hijos, es posible que piensen
en el parricidio o comiencen a romper todo lo que encuentran en la casa.
Más o menos, es lo que le pasa al gobierno griego cuando plantea un
paquete de austeridad.
Ahora bien, no es posible terminar
este artículo sin mencionar el factor especulación. Hay ejemplos concretos
de la importancia que ha adquirido la especulación. Hoy en día hay
personas, grupos y organizaciones que juegan a especular en los mercados
de materias primas, acciones y divisas. Básicamente, el especulador
se rige por la máxima de comprar barato y vender caro. Como todos saben,
hay por supuesto un riesgo involucrado. Los especuladores muchas veces
manejan dineros ajenos y colocan ese dinero en unos mercados y compra
y vende dependiendo de la ocasión.
Muchos hablan de George Soros,
un reconocido especulador a quienes algunos atribuyen el haber causado
la devaluación de la libra esterlina (talvez no fue así, pero si le
dio un empujoncito) y haber amasado una fortuna con eso. Como puede
hacerse eso, pues simple, consigo muchas libras esterlinas y las convierto
en dólares, luego la moneda se devalúa, y vuelvo a cambiar los dólares
por libras, devuelvo el dinero tomado en préstamo con intereses y aún
me queda una buena ganancia en dólares.
Hoy es una realidad que muchos
países han caído en crisis, o al menos, ésta se ha agravado por culpa
de los capitales golondrinos (capitales que circulan por el mundo saltando
de país en país y de bolsa en bolsa). ¿Cómo es posible que los capitales
golondrinos hagan estremecer gobiernos y países? Cuando ocurre una
estampida de estos capitales hacia otro país, y esto puede ocurrir
por una percepción negativa del futuro de la economía, o el temor
a una devaluación, esos capitales que entraron en dólares y se convirtieron
en moneda local y se invirtieron en acciones en la bolsa, venden sus
acciones, y los convierten en dólares y los sacan fuera del país.
Esto puede originar por el pánico que crea, un derrumbe de la bolsa,
por otro lado, las reservas internacionales descienden y de hecho generan
una devaluación de la moneda (lo que vale una moneda, el tipo de cambio,
depende de la cantidad de dinero local dividido por las reservas internacionales).
Me parece que el término golondrino
es muy adecuado para el capital especulativo, estos son capitales etéreos,
ni siquiera dinero efectivo, anotaciones contables que van de mano en
mano, dinero que está respaldado por unos papeles (bonos, acciones)
que de un día para otro pueden no valer nada. Un capital que no tiene
una relación real con nada tangible, yo puedo tener acciones de una
empresa (que tiene activos tangibles) con un valor nominal de 1000,
pero en el mercado yo las compré en 3000, mi única posibilidad de
ganancia tiene que ver con el hecho de que el precio pueda subir y subir.
Si eso no ocurre perderé mi dinero. En ese juego de comprar barato
y vender más caro, los capitales viajan por el mundo y ahora lo hacen
de forma casi instantánea debido a la tecnología informática y de
comunicaciones.
En síntesis, podríamos apuntar lo siguiente:
- No vemos que haya por parte de la ciencia económica una aproximación acertada al diagnóstico, tratamiento y pronóstico de las crisis económicas. Uno de los campos en los cuales los análisis económicos hacen agua, es el que se refiere al estudio del componente psicológico involucrado en las decisiones y acciones de los agentes económicos.
- El sector financiero está en el centro de las crisis económicas, y a no ser que se establezcan fuertes regulaciones para evitar que caigan en la especulación con los dineros de los ahorristas, seguirá siendo una fuente de inestabilidad en la economía de los diferentes países. Hay que retomar el papel de intermediación (mecanismo de comunicación entre los ahorristas y el sector de producción de bienes y servicios) que debe tener el sistema financiero, y no como un ente creador de dinero para alimentar la especulación.
- Hasta ahora las políticas económicas anticrisis se concentran en inyectar dinero a la economía o aplicar una receta de austeridad, y a veces, se combinan ambas con resultados muy dudosos, pues en muchos casos, ambas estrategias se anulan.
- Debido al auge de las comunicaciones y la tecnología de la información la movilidad de los capitales golondrinos es una fuente de inestabilidad extrema, sobre todo para los países con economías frágiles. Hay que tomar medidas que tiendan a restringir los movimientos de este tipo de capitales y sustituirlo por inversión directa que vaya a los sectores productivos.
- Por cuestiones de tipo ideológico, se ve difícil que los países con economías de mercado apliquen medidas permanentes de supervisión y control del sector financiero, más allá de los momentos de crisis.
- Venezuela si está blindada ante la crisis mundial, por lo menos en lo que se refiere a los movimientos de capital especulativos, simplemente porque no vienen al país. Ahora, no está blindada en lo que se refiere a su comercio internacional y su dependencia total del negocio petrolero. La recesión económica en el mundo industrializado podría hacer descender el precio del petróleo y los ingresos del país, con las consecuencias previsibles. Sin embargo, es posible que esto sea superado por la demanda de energía de las economías emergentes que no han entrado en recesión, como es el caso de China.