Ruralidades

De Libia a Palestina

Madre éste no es un llanto. Prefiero no llorar porque pierdo tiempo. Además para que el enemigo que me está matando se arreche más o recule. Y si no que nos mate a todos pues. Se que los pueblos hermanos saben que si el enemigo, que también lo es del mundo entero, valido de su fortaleza económica para la tarifa mercenaria, hoya nuestro suelo con sus bombas y sus asquerosas botas, no nos dejará otra alternativa como no sea la de Vietnam el heroico. El de Ho Chi Minh.

Pero si muero madre, no caigas en la trampa del embelezo, como el mismo enemigo que mató a tu hijo mayor, nuestro hermano Jesús, ha tratado de engañar al mundo con lo de la resignación, aparejada con la habilidad para declararse victima en una parte de su atomización de nombres de manera que creamos que hay judíos buenos.

Hoy en día madre, nuestro enemigo común está aflojando las cadenas para que llegues al mundo, camino del Organismo que él ayudó a fundar a su medida. No es malo en sí mismo, pero es peligroso cual verdugo de las primeras esclavizaciones cuando redoblaron tambores festivos para que no se escucharan los quejidos al pie del tronco y, ni siquiera el resonar del latigazo que, en el caso de hoy, es el fósforo vivo y el plomo fundido.

Palestina madre, tu lucha milenaria nos ha enseñado mucho a identificar o, mejor dicho, a detectar de qué lado está la verdad. Por eso mismo hombres como Ernesto “Che” Guevara fue hasta donde la mentira esclavizaba. Tú también lo sabes madre. Aprovecha ese aflojar transitorio de cadenas para que veas que los pueblos no han podido ayudarlos con sus revolucionarios porque se encuentran ocupados. Lo que indica que si en las primarias décadas después del nacimiento de Jesucristo, quisieron acabar con sus seguidores (los del Redentor) hoy como entonces serán extrañados de cualquier territorio donde pretendan implantar el nuevo imperio. Ya los pueblos saben de ellos. Son los mismos que pusieron el sombrero y recaudaron el sobrante dinero para “ganar” la guerra de los 6 días contra ti misma madre, que le diste alero por órdenes de esa misma ONU que hoy te “entreabre” la puerta.

Madre Palestina, sabemos que estás herida casi de muerte. También que has resistido otro siglo después de tu renacer. Por ello aprovecha la tregua que es una minima parte de la justicia. Pero simultáneamente queremos alertar a los hermanos del mundo, tus hijos, que si ahora tu hija Libia esta sufriendo el veneno del aguijón del alacrán judío, es por su propósito (el de los judíos) de despejar el camino Libia-Siria y “amarrar” aliados y vecinos de la revolución Iraní. Y, más allá, donde haya petróleo y agua tienen al general Teodoro Petkoff y al comisario Radonski para dar la señal equivocada (ellos siempre se equivocan), a la manera del “guerrillero” del Parque Central, por lo que las primeras bichas con fósforo y plomo fundido desde los aviones sin sangre, caerán en sus cabezas (huecas)

Patria, Socialismo o barbarie. Venceremos!

*pedromendez_bna@yahoo.es


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Pedro Méndez*


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