Lo que parece ser, no es necesariamente lo que es

Cada día, aquí en Canadá donde me encuentro desde febrero del 2025 después de haberme escapado de Venezuela (escapado de las garras de Maduro, ver más abajo) por la frontera colombiana, leo las noticias y los reportes en las redes sociales sobre lo que realmente está ocurriendo en Venezuela a diario en diferentes partes del país --- en Caracas y en Maracay, en la Guaira donde vivía, en los llanos, y en las fronteras con Colombia ---, y me asombro.

Estas noticias y reportajes que veo desde Canadá y anteriormente desde Colombia (cuando estaba en camino a Canadá), no son generalmente disponibles en Venezuela porque el gobierno de Maduro las ha bloqueado. Solo empecé a verlas una vez que crucé la frontera hacia Colombia. Imagínense eso.

Este hecho deliberado y muy bien y subversivamente ejecutado por Maduro y su gente para bloquear las noticias y los reportajes en territorio venezolano que reflejarían la verdad sobre Venezuela (por ejemplo; el rampante hambre y desnutrición, la miseria, la flagrante extorsión policial y militar, los secuestros, los asesinatos de detractores, la falta crónica de trabajo y de salarios y pensiones dignas, los robos de los fondos de pensión, la falta crónica de comida de calidad, de electricidad, de gas y de agua y combustible, de enfermeras, educadores, y profesionales, las masivas inundaciones e inacciones del gobierno de Maduro, etc.) mantiene a la mayor parte de la población venezolana en un estado permanente de ignorancia colectiva ya que, como cuerpo colectivo (el pueblo venezolano), bajo estas condiciones de falta adecuada de informaciones reales sobre lo que realmente está ocurriendo en el país, en este caso, su mano derecha no sabe lo que hace su mano izquierda y su pie derecho no sabe lo que hace su pie izquierdo, o sea, colectivamente, a nivel nacional, no existe ninguna cohesión informativa sobre los hechos reales de lo que ocurre colectivamente en todo el país. En otras palabras, Venezuela ha sido deliberadamente dividida por Maduro en parcelas informativas (desinformativas) controladas por las diferentes facciones del madurismo, impidiendo --- deliberadamente --- que exista una capacidad colectiva nacional por parte del noble pueblo venezolanos (un 70% de la población) de actuar coordinadamente y en sincronización contra la barbarie y la malevolencia de una minoría madurista corrupta y criminal y sus cómplices que controlan el país casi al 100% (los maduristas y sus colaboradores son un máximo de 30% de la población) … quienes nos gobiernan como si fuéramos animales, a palos, con hambre y obediencia forzada, y si no, con balas, tortura, y muerte, como obviamente se evidencia.

Esa es la verdad, y creo que todos los venezolanos nobles y honestos y todas las venezolanas nobles y honestas, lo sabemos (incluso los maduristas que hasta el día de hoy conscientemente niegan la existencias de la maldad deliberada por parte de Maduro y su gente, echándoles --- ridículamente --- toda la culpa a los demás, especialmente a EEUU, lo cual los hace a esos maduristas, cómplices conscientes de los crímenes de Maduro y su gente).

La última vez que hubo algún movimiento colectivo consciente nacional llevado a cabo contra Maduro y su gente, fue cuando María Corina Machado viajó a través del país durante la campaña presidencial del 2024 en contra de Maduro y a favor de Edmundo (el principal candidato presidencial de oposición), un esfuerzo que fue violentamente, criminalmente, e ilegalmente extinguido por Maduro y por sus fuerzas policiales, militares, y judiciales, encarcelando a miles y dándole la falsa victoria a Maduro mientras los maduristas que votaron por él (un 30% de la población versus un 70% que votaron por Edmundo), quienes obviamente se dieron cuenta del flagrante fraude, decidieron de mirar hacia otro lado, no decir nada, y apoyar ese monumental fraude. Qué desgracia humana. Eso incluye todos los escritores maduristas aquí en Aporrea. Ninguno de ellos --- que yo sepa --- ha jamás confirmado el hecho de que esas elecciones presidenciales del 2024, fueron un fraude.

Esa es la verdad.

Bueno, desde entonces, Maduro se ha asegurado de mantener dividido al noble pueblo venezolano (el 70%) a través de todos los sistemas y mecanismos posibles (los partidos políticos, los consejos comunales, las comunas, los jueces y la policía de la calle, la asamblea nacional, las instituciones, etc.), incluso dividiéndolo con respecto al flujo de información y el control sobre casi todos los medios de comunicación, usando como instrumento de control, la detención arbitraria, el secuestro, la desaparición forzada, la tortura, y el asesinato de comunicadores (como yo, quien fue secuestrado y torturado y casi asesinado a machetazos por la gente de Maduro, como le pasó a Carlos Lanz) que no comparten las tremendas mentiras generadas por Maduro desde Miraflores, desde el PSUV, desde Somos Venezuela, y desde sus medios de comunicación gubernamentales y aliados (VTV, AVN, Telesur, Últimas Noticias, Globovisión, Primicia, entre otros; todos esos medios propagan las tremendas mentiras de Maduro y de su gobierno).

Esa es la verdad.

Cada vez que leo (desde Canadá) esas noticias e informaciones reales sobre lo que realmente ocurre en Venezuela y cuando las comparo con las monumentales mentiras de Maduro y su gente, me pongo más triste y la rabia dentro de mí crece como magma dentro de un volcán listo para explotarle en la cara a Maduro y a todos los maduristas. Lo que están haciendo, no es aceptable. Es cruel, inhumano, e inmoral. Es irracional, destructivo, y malvado.

Es que, cada día recibo noticias de un montón de gente que todavía vive allí en Venezuela en diferentes partes del país, y mientras Maduro y su gente siguen mintiendo de manera totalmente sádica y descarada, diciendo cosas como, "la economía está creciendo," y "Venezuela está viviendo una recuperación económica," o que "los migrantes venezolanos están volviendo a su país voluntariamente," y otras tremendas mentiras parecidas, la verdad es que cada día esa gente con la cual yo me mantengo en contacto todos los días, me dice que las cosas van cada día de mal en peor en todos los niveles excepto en el ámbito de la corrupción gubernamental y la delincuencia estatal, es más, me cuentan que los pocos venezolanos y venezolanos que se volvieron al país (familiares suyos), todos se han ido otra vez. Y les creo al 100% a los venezolanos y las venezolanas con las que estoy en contacto regularmente … y … no les creo absolutamente nada ni a Maduro ni a nadie de su gente, ni a ningún madurista (podré decirles más sobre esto, pero no aquí en Aporrea).

Cada vez que leo esas noticias y hablo con la gente que sigue viviendo en Venezuela, mi corazón se parte más y más en pedazos. Cada día pienso en qué podría hacer para ayudarles a no morir como animales de hambre o de mengua o de enfermedades curables allá en Venezuela. Mi gran amiga la genia venezolana que se vino a Canadá hace más de 30 años atrás con el fin de mandar dinero a su gente en Venezuela, ya casi no puede más. Todo su dinero excepto por los gastos básicos (alquiler, calefacción, electricidad, internet, y comida) se va a Venezuela, pero ya no alcanza ... porque el precio de todo en Venezuela aumenta cada día más (¡aun más que en Canadá en muchos casos!), y ella llora todos los días. Yo también. No se imaginan las cosas que me pasan por la cabeza, cosas que no puedo contarles aquí en Aporrea … mientras Maduro y su gente se vuelven multimillonarios (como si eso fuera una cosa tan fabulosa y admirable) … mientras más de 90% de la población venezolana vive en pobreza y pobreza extrema crónica, pero ... ni a Maduro, ni a absolutamente nadie asociado con Maduro, eso les importa (y eso incluye todos los escritores maduristas aquí en Aporrea quienes hablan de política como si eso fuera normal mientras sus prójimos sufren de manera absolutamente despiadada y mueren innecesariamente como animales frente a sus propios ojos).

No puedo quedarme callado.

No puedo no decir nada sobre el hecho de que Maduro y su gente, desde Miraflores y hasta en las calles de Venezuela, están lentamente matando a su propia gente (a su prójimo, no a sus enemigos) y lo están haciendo de manera absolutamente deliberada, planificada, y organizada, así como hicieron los Nazis contra su propia gente, contra los "indeseables," en este caso, contra todos quienes no sean maduristas, quienes para los maduristas, son, evidentemente, indeseables. Sin embargo, no puedo decir mucho más aquí en Aporrea sin poner a Aporrea en más problemas de los que ya tendrían o han tenido con el gobierno de Maduro (Aporrea, como cientos de medios de comunicación, está parcialmente bloqueado por el gobierno de Maduro desde febrero del 2019, por eso el número de lectores se ha reducido tanto, a menos de la mitad de lo que era antes).

Entonces, por eso estoy actualmente en el proceso de ver cómo y dónde y cuándo voy a continuar a escribir para denunciar todas las atrocidades cometidas por Maduro y por su gobierno y por sus partidos políticos y por sus socios y colaboradores a nivel nacional, crímenes que son intencionalmente invisibilizados por Maduro y por su gente y por sus medios de comunicación y por los escritores maduristas.

Les avisaré cuando tenga todo montado.

Lo que parece ser, no es necesariamente lo que es.

Gracias y gracias a Aporrea por permitirme escribir esto.



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Oscar Heck

De padre canadiense francés y madre indígena, llegó por primera vez a Venezuela en los años 1970, donde trabajó como misionero en algunos barrios de Caracas y Barlovento. Fue colaborador y corresponsal en inglés de Vheadline.com del 2002 al 2011, y ha sido colaborador regular de Aporrea desde el 2011. Se dedica principalmente a investigar y exponer verdades, o lo que sea lo más cercano posible a la verdad, cumpliendo así su deber Revolucionario ya que está convencido que toda Revolución humanista debe siempre basarse en verdades, y no en mentiras.

 oscar@oscarheck.com

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