Enorme retroceso de la educación venezolana. Somos un país de ignorantes e incultos. Importancia de la lectura

Recuerdo que, estando pequeño, con alrededor de 10 años, leí una obra muy conocida por todos (Moby Dick, de Herman Melville), y que, sin nadie imponérmelo, tenía un horario de lectura diaria; al fin y al cabo, eso era lo que veía en mi familia: mi padre, abogado, doctor en Derecho y con una de las bibliotecas personales más grandes del Zulia; mi madre, estudiante de Letras y mi hermano mayor, devorando día tras día todas las obras que él mismo compraba. Para mí la lectura siempre ha sido parte integral de mi vida. Estudié en el colegio "San Vicente de Paúl", en Maracaibo, y conté con grandes profesores de Castellano y Literatura.

En mi colegio era obligatorio leer. Los profesores de la materia nos enviaban lecturas a cada momento y, quien no leía, no pasaba los exámenes, así de sencillo. En cuarto y quinto año leímos mucho -yo estudié Humanidades, pero los que estudiaron Ciencias también lo hicieron-. Recuerdo, por ejemplo, y entre tantos libros que nos mandaron a leer, a Doña Bárbara y Cantaclaro, de Gallegos; a Ifigenia y Memorias de mamá Blanca, de Teresa de la Parra; a María, de Jorge Isaacs; Cien años de soledad y Doce cuentos peregrinos, de García Márquez; Casas muertas, de Miguel Otero Silva; La Ilíada, de Homero; Barrabás y otros relatos, de Arturo Úslar Pietri; Florentino y el diablo, de Alberto Arvelo Torrealba, y más, muchas más obras a las que tuvimos la suerte de acceder.

Federico García Lorca, poeta, dramaturgo y prosista español, en la inauguración de la biblioteca de su pueblo, Fuente Vaqueros, en septiembre de 1931, escribió y leyó un precioso discurso para sus habitantes en el que repasó las bondades de los libros, la lectura, la cultura y las bibliotecas. Leamos algunas de sus partes:

"No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio del Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social".

En una alocución, el presidente Maduro dijo que no se necesitaban más abogados, que se necesitaban médicos, ingenieros, técnicos, etc. Eso, fue una clara ofensa a las carreras humanísticas y a la cultura en general.

Continúa García Lorca:

"Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros los que necesita, y ¿dónde están esos libros?".

He sido testigo de jóvenes que quieren formarse y, por la destrucción de nuestras escuelas y universidades, no lo pueden hacer. Hay quienes trabajan y pagan sus estudios, hay quienes consiguen becas, pero hay quienes, muy lamentablemente, tienen que trabajar todo el día para poder sobrevivir en Venezuela. Eso es un hecho trágico y muy cierto.

Sigue García Lorca:

"¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale a decir: «amor, amor», y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras. Cuando el insigne escritor ruso, Fiódor Dostoievski, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita, pedía socorro en carta a su lejana familia, solo decía: «¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!». Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua, pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida".

La parte esencial del ser humano es la espiritual (no hablo aquí en sentido religioso), y no hay mejor manera de crecer espiritualmente que a través de la lectura. Decía Platón que la ignorancia es el peor de todos los males. Bolívar hablaba de Moral y luces. Un ser humano, sin estudios, sin formación es un ser incompleto, no hay duda de ello. Es alguien que no alcanzará todo su potencial, y verá limitada su vida.

Lorca:

"Ya ha dicho el gran Menéndez Pidal, uno de los sabios más verdaderos de Europa, que el lema de la República debe ser: «Cultura». Cultura, porque sólo a través de ella se pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz. Y no olvidéis que lo primero de todo es la luz" (La negrita es propia).

En Venezuela se han cerrado muchas librerías, tanto de las conocidas comerciales, como de aquellas que dependían del gobierno. ¡Tragedia! Al menos en mi ciudad, la segunda más grande del país, no queda ni una Librería del Sur y los precios de los libros en las comerciales son exorbitantes. Eso, claramente, aleja más aún a los venezolanos de la lectura.

El insigne poeta y dramaturgo:

"Muchas veces un pueblo duerme como el agua de un estanque un día sin viento, y un libro o unos libros pueden estremecerlo e inquietarlo y ensañarle nuevos horizontes de superación y concordia.

[…]

Porque contra el libro no valen persecuciones. Ni los ejércitos, ni el oro, ni las llamas pueden contra ellos; porque podéis hacer desaparecer una obra, pero no podéis cortar las cabezas que han aprendido de ella porque son miles, y si son pocas ignoráis dónde están".

Millones, en su momento, votaron contra Chávez, a pesar del innegable mejoramiento de la calidad de vida en aquel entonces; millones han votado por el ultraderechista Bolsonaro; millones votaron por la ultraderechista Giorgia Meloni en Italia y, en general, se observa en Europa (la antes "culta Europa") una tendencia cada vez más marcada hacia posiciones de extrema derecha. Eso no sería posible si la mayoría de los pueblos, tanto de allá como de acá, leyeran, se formaran y desarrollaran el pensamiento crítico. Nadie es más fácil de manejar que un ignorante.

Lorca:

"Os he explicado a grandes trazos el trabajo que ha costado al hombre llegar a hacer libros para ponerlos en todas las manos. Que esta modesta y pequeña lección sirva para que los améis y los busquéis como amigos. Porque los hombres se mueren y ellos quedan más vivos cada día, porque los árboles se marchitan y ellos están eternamente verdes y porque en todo momento y en toda hora se abren para responder a una pregunta o prodigar un consuelo".

En la educación primaria y media venezolanas, a diferencia de cuando yo estudié, solo le asignan a los alumnos la lectura de la llamada "Literatura para adolescentes", muy pobre, por cierto. Ya no leen los clásicos de la literatura venezolana, mucho menos los de la universal. Simple y llanamente nuestros muchachos no leen. Esa es una tendencia en aumento, y un clarísimo retroceso de la educación venezolana.

Hay que reconocer, sin embargo, que nuestros maestros y profesores, en las condiciones en las que viven y trabajan, con los sueldos depauperados, hacen mucho (aquellos que no han renunciado, aquellos que no se han ido).

En la línea de pensamiento de García Lorca, Dostoievski y tantos otros, es indudable que el Estado tiene que invertir en cultura, en educación, en libros; de no hacerse de ese modo la ruina del país está garantizada para siempre, gobierne quien gobierne. A los esclavos no se les enseñaba a leer so pena de castigo a quien lo hiciera. Solo a través de las luces se puede tener un espíritu crítico y saber quiénes somos y qué derechos nos asisten. Solo a través de la lectura, de las luces, de la cultura se puede ser libre.

Si ustedes, respetables lectores, quieren saber acerca de la escasa formación de nuestros conciudadanos, de la edad que sea, visiten las Redes sociales o lean artículos al azar, lo que verán les dará horror. Todos nos equivocamos alguna vez, pero los errores ortográficos que se ven en estos espacios son, sencillamente, increíbles.

La lectura en nuestras escuelas, en nuestras universidades, debe ser obligatoria; pero se deben usar estrategias para atraer a los estudiantes a ella, ayudarlos a que se interesen por ella, que no lo sientan como obligación, como cadenas, como imposición o carga, no, sino como lo que es, como la gran oportunidad de ser seres humanos completos, mejores, al servicio de sí mismos, de la sociedad (para su mejoramiento) y de la patria.



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José Miguel González Villalobos

Abogado, Magíster Scientiarum en Derecho Procesal Civil, Cristiano, Bilingüe, con baja tolerancia a la estupidez. Entrenador personal.

 miguelvillalobos9@hotmail.com      @jomigovi

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