Los trabajadores universitarios: De sector dignificado (durante la partidocracia) a sector maltratado, depauperado y humillado (en revolución)

No se trata en éstas líneas de defender las ejecutorias y atrocidades cometidas por los diversos gobiernos de la llamada "Democracia Representativa" en los 40 años previos a ésta "Democracia Participativa y Protagónica", ni tampoco de atacar ferozmente al actual gobierno del Presidente Nicolás Maduro Moros.

Tampoco voy a echar mano de cifras o estadísticas que corroboren mis afirmaciones, pero dado que por ser trabajador universitario jubilado me ha tocó transitar las dos eras antes mencionadas, dispongo de elementos empíricos que me autorizan a apreciar lo que afirmo en el título de éste escrito: Cómo en el periodo "puntofijista" los trabajadores del Sector Universitario éramos considerados "privilegiados" justamente por recibir remuneraciones que permitían llevar una vida digna con las necesidades elementales cubiertas y más allá de eso inclusive. Y en contrapartida, cómo en lo que se supone es una "Revolución" en un Estado democrático y social de Derecho y de justicia, los trabajadores del sector universitario pasamos a ser unos parias mal nutridos, mal vestidos, en una situación desesperante de precariedad que se hace insoportable.

Ya sabemos de memoria lo que replicarían los mandatarios actuales para justificar la situación antes descrita: la guerra económica, el bloqueo financiero, Dólar Today, los Decretos Ejecutivos de Obama y Trump respectivamente y un largo etcétera que nadie podría negar porque son realidades tangibles. Si a esto le agregamos la asfixia a la que constantemente estamos sometidos los consumidores por la imparable escalada de precios provocada por comerciantes inescrupulosos, bachaqueros corporativos, contrabandistas y otras especies, con la anuencia, omisión, falta de probidad y complicidad de la SUNDEE, además de los órganos de seguridad del Estado. Y como colofón, la errática política económica del gobierno madurista, la terrible descomposición del aparato del Estado por la corrupción administrativa y la falta de respuestas efectivas por parte de un gobierno que se hunde en la más rotunda ineficacia, desidia e indolencia, tenemos los ingredientes para una crisis de largo aliento que afecta muy profundamente la calidad de vida de los trabajadores en general.

No voy a caer en el ejercicio inútil de comparar los viejos tiempos con los actuales, cuando disponíamos de HCM en las mejores clínicas, podíamos acceder a viviendas con nuestros propios recursos o cada cierto tiempo adquirir vehículos, viajar, vacacionar,…vivir dignamente, más allá de invertir nuestros salarios en lo básico, porque eso estaba garantizado.

No obstante, es útil poner un par de ejemplos de la situación actual: 1. El Estado venezolano desde el mes de septiembre de 2018 viene desconociendo la III Convención Colectiva Única del Sector Universitario, prácticamente aplanó los salarios, desapareció las interescalas y muchos otros beneficios históricos del sector por lo cual se arruinó aún más a la golpeada clase trabajadora universitaria ya sean docentes, administrativos u obreros. 2. Por primera vez, hasta donde yo puedo recordar, a la fecha de hoy (23 de diciembre de 2018), a los trabajadores no nos han abonado los salarios correspondientes al mes de diciembre (72% de deuda), ni los cestatickets contemplados en la ley y en la Convención Colectiva.

En fin, EN el sector de trabajadores universitarios experimentamos momentos amargos, humillantes, desesperantes, nunca vividos ni siquiera en los peores eventos de la democracia secuestrada por adecos y copeyanos, como lo fueron el llamado "viernes negro" en febrero de 1983, las medidas de ajustes económicos transados con el FMI por parte de los entonces presidentes Carlos Andrés Pérez y Rafael Caldera consecutivamente, así como la debacle bancaria durante el gobierno de éste último y las crisis económicas arrastradas desde 1983. En medio de todos esos ciclos económicos adversos y malos gobiernos, el Sector Universitario por su importancia y por muchos otros motivos que no voy a tratar aquí, siempre tuvo prioridad presupuestaria, que a veces resultaban insuficientes los recursos y traían crisis periódicas de corta duración, es cierto, pero manteniendo siempre salarios suficientes, dignos y acordes con los derechos humanos de los trabajadores.

¿Cómo se explica entonces que un gobierno que se autoproclama defensor de los derechos humanos, redentor de la causa del trabajador, y revolucionario, haya incurrido en semejante violación de los derechos humanos de los trabajadores universitarios?, ¿Cómo hace el Presidente Maduro, el Ministro Hugbel Roa y otros altos funcionarios gubernamentales para declarar que ésta será la Navidad más feliz de la historia, cuando los trabajadores universitarios apenas sobrevivimos, medio comemos, ya no podemos adquirir medicinas, y nuestra alternativa es ir a morir en los destartalados y contaminados hospitales públicos?

Sabemos que el Gobierno no rectificará, porque todo es parte del Programa de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica, que en sus primeros cien días fue un fracaso estrepitoso, y en esta segunda fase pretende obtener resultados diferentes aplicando las mismas medidas ya fallidas. Sólo somos conejillos de Indias, parte de un experimento absurdo destinado a fracasar de nuevo, pero ante la indolencia oficial, los atropellos y la humillación no tenemos alternativas: O NOS UNIMOS O PERECEMOS!, ¡EXIGIMOS RESPETO A LA III CONVENCIÓN COLECTIVA DEL SECTOR UNIVERISTARIO!, ¡BASTA DE VEJACIONES A LOS TRABAJORES UNIVERSITARIOS!, ¡NECESARIO ES VENCER!

Oscar Barrios, trabajador administrativo universitario jubilado

obarrios08@hotmail.com

 



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