El socialismo, los comerciantes y las leyes

Son numerosos los líderes de la izquierda mundial que no tienen una definición precisa sobre lo que es socialismo, es por esto que dentro de dicha concepción existen varias tendencias. Ni siquiera los reunidos en el foro de Sao Paulo, en diferentes fechas y lugares de Centro y Sur América, han logrado ponerse de acuerdo sobre este concepto. Quizás mi comandante Chávez estaba claro en lo que respecta al socialismo del siglo XXI, de manera que, como se está construyendo a la forma criolla de momento es imposible definirlo.

A pesar de lo anterior, de lo que si estoy seguro es que dentro de la concepción socialista no tienen cabida el imperialismo, el capitalismo, la especulación, el acaparamiento, el desabastecimiento inducido, los monopolios, el racismo, el egoísmo, el burocratismo, el latifundio, la discriminación, el machismo, el odio, la explotación a los pobres, la impunidad, la unipolaridad, la desunión…Tal vez por eso mi comandante Chávez expresó: "El socialismo en lo económico tienen su peso específico. Debemos ir de manera progresiva transformando las estructuras del modelo capitalista y eso nos llevará largo tiempo. Porque el modelo de control del capital es metabólico, se reproduce a si mismo. Tiene mecanismo de reproducción, tiene especies de virus que aparecen, reaparecen y se expanden, y aquí en Venezuela, el modelo capitalista fue sembrando fondo no solo en la realidad concreta, sino en la mente de la gran mayoría de los venezolanos". Lamentablemente se avanza sobre los errores y por esta razón nos costará mucho alcanzar un modelo socialista en el cual todos vivamos en armonía, en un país donde la riqueza se reparta de forma equitativa para el beneficio de todos y no de un grupo.

Los gobierno de EEUU le han infundido a la mayoría de las personas que el socialismo es una especie de dictadura, donde un tirano está envestido de un poder omnímodo para hacer lo que le venga en gana. Muy lejos de la verdad. La verdadera democracia, no la representativa o la restringida, solo es posible en el socialismo. La democracia propugnada por el Departamento de Estado de USA es aquella donde gobierna una élite enriquecida a base de explotar a los pobres. Es aquella que se apoya en la fuerza conformada por un ejército burgués tal como ocurre en Colombia, Chile, México, Argentina y en el mismo EEUU, cuya finalidad es contener y someter a una mayoría empobrecida. A pesar de un ropaje democrático nunca será un democracia real. Es por esta razón que el socialismo debe apoyarse en el Poder Popular que agrupe a los obreros, campesinos, estudiantes, las amas de casa, las comunas, con sus diferentes formas de organización, así mismo en los militares, es decir, un pueblo armado con uniforme; una alianza cívico-militar.

La democracia socialista se fundamenta en el imperativo de las leyes y para esto debe disponer de mecanismo para elegir instituciones que dicten y apliquen la ley, tal como la Asamblea Nacional Constituyente, la Asamblea Nacional, el Tribunal Supremo de Justicia, entre otros. Así mismo, para que el socialismo tenga una razón de ser, aquellas entidades deben crear mecanismo para que el gobierno nacional, estatal y municipal les transfiera a las comunidades organizadas, a los Concejos Comunales, a las comunas o a otras entidades del Poder Popular, los servicios que estos gestionen. Por ejemplo, la aplicación correcta de la Ley Constitucional de Precios Acordados, recién aprobada por la ANC, destinada a los empresarios y a los comerciantes que violen a ley de forma descarada y reiterada.

Indudablemente en Venezuela nunca faltaron leyes, lo lamentable es que las instituciones encargadas, una de dictarla, otra de aplicarla y otra de sancionarla no mostraron la efectividad necesaria. Por todo es sabido que existe legislación que prohíbe los monopolios, el abuso de posición de dominio, leyes que apuntan a la protección del público consumidor, leyes que impiden la explotación abusiva de los recursos naturales, el enriquecimiento ilícito, la explotación de bienes del estado y la prestación de los servicios públicos. Sin embargo es sabido y notorio como de manera abusiva y reiterada se viola ley sin que actúen los organismos que les compete. Razón tenía mi comandante Chávez cuando en la reforma constitucional propuesta (2007) y que no fue aprobada, planteaba: "El Estado promoverá como política nacional la participación protagónica del pueblo, transfiriéndole poder y creando las mejores condiciones para la construcción de una democracia socialista".

En la misma reforma constitucional Hugo proponía: "El estado debe promover y defender la estabilidad económica, evitar la vulnerabilidad de la economía y velar por la estabilidad monetaria y de precios, para asegurar el bienestar social. Igualmente velará por la armonización de la política fiscal con la política monetaria, para el logro de los objetivos macroeconómico". Como se puede leer, lo anterior es lo que hace a mi comandante Chávez diferente a los incapaces de la oposición antipatria cuyo único interés es la proterva ambición de una cuenta mal habida en dólares o en euros.

Hace muchos años, Helvecio (Claudio Adriano Helvetius, 1575-1575) en su libro "Del espíritu" escribió en la nota 9 de esta misma obra: "En los países civilizados, el arte de la legislación no ha consistido frecuentemente más que en hacer concurrir una infinidad de hombres al bienestar de un pequeños número, a tener para ello a multitudes en la opresión y en violar respecto a estas todos los derecho humanos". Las leyes de una democracia socialista tienden a eliminar la desproporcionada y desigual distribución de la riqueza, la cual aumenta en la medida que esta se concentra en un menor número de individuos. La democracia socialista debe impedir la descarada e indigna separación de la sociedad entre ricos y pobres. Mientras que en la primera predomina la superficialidad y la abundancia la otra carece de lo más indispensable. Un gobierno socialista debe asegurar y aumentar la felicidad de sus gobernados en un grado superior al que estaría sujeto en un gobierno neoliberal.

Vuelvo a retomar la vocería de mi comandante Chávez cuando afirmó: "El viejo estado burocrático y corrupto, pensado y hecho de esa manera para beneficiar a las élites criollas, para reprimir y excluir a la mayoría y al pueblo, ciertamente ha experimentado procesos internos de transformación, pero igual estamos muy lejos del Estado social de derecho y de justicia que necesitamos para consolidar y profundizar nuestra Revolución".

No cabe duda, una manera de consolidar y profundizar nuestra Revolución es mediante la justa aplicación de las leyes. Debo señalar que la derecha internacional está al asecho buscando desestabilizar la Revolución Bolivariana, para esto utiliza los empresarios y los comerciantes inescrupulosos para impedir que los sueldos cumplan con su cometido, como es el de satisfacer las necesidades básicas de los trabajadores y pensionados. Por eso de forma abusiva y arbitraria aumentan casi a diario los precios de los productos, tanto alimenticios como de todos los renglones de la vida diaria. El gobierno socialista de MM, ante una guerra declarada debe utilizar los procedimientos y las leyes que para estos tipos de acciones se utilizan. Estamos en guerra. El ejemplo más claro nos los dio EEUU cuando, frente a los ataques a las torres gemelas promulgó la Ley Patriota contra el terrorismo la cual sustituyó las leyes tradicionales y se convirtió en una ley represiva, violatoria de los derechos humanos. No es esto lo que pido para Venezuela, pero el legislador debe acogerse estrictamente a las leyes y ponerles los brazaletes a todos aquellos que incumplan las ordenanzas y los códigos. Que el diputado Borges y Florido, los traidores a la patria, dialoguen con el gobierno, pero desde un calabozo en la prisión de Ramo Verde, acompañando al dueño de Protinal, el exterminador de pollitos y de los lusitanos dueños de los automercados. Basta de impunidad.

Es bueno recordar las palabras del prócer Simón en la Memoria dirigida a los ciudadanos de la Nueva Granada (1812): "Es preciso que el gobierno se identifique, por decirlo así, al carácter de la circunstancias, de los tiempos y de los hombres que lo rodean. Si estos son prósperos y serenos, él debe ser dulce y protector; pero si son calamitosos y turbulentos, él debe mostrarse temible y armarse de una fuerza igual a los peligros, sin atender a las leyes ni constituciones, interín no se reestablecen la felicidad y la paz". Lee que algo queda.



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Enoc Sánchez


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