El odio y el amor son sentimientos que forman un complejo contradictorio, van juntos. Se odia lo que no permite el desenvolvimiento del amor, se ama lo que propicia el amor. No hay amor sin odio, ni odio sin amor. Entonces, una ley contra el odio, así, en el aire, es un burdo instrumento represivo, se odia a algo y por algo. Por ejemplo, Bolívar odiaba a la colonia y amaba la independencia. Chávez odia al capitalismo y amaba al Socialismo. Los dos odiaban y los dos amaban.
Los sentimientos no se decretan, no son justiciables, a lo sumo se pueden regular las condiciones para amar a algo y odiar a algo. Bolívar creó las condiciones políticas para, en la práctica, amar a la independencia y odiar a la colonia. En el caso concreto de Venezuela, se deben crear condiciones políticas, económicas, sociales para amar al Socialismo y odiar al capitalismo. Los capitalistas pujarán por lo contrario. Y así llegamos al fondo del asunto, vamos a las causas sociales de los sentimientos, no a los sentimientos sin asidero en la práctica.
La ley contra el odio es una evasión del fondo de la lucha social, no toma posición, es oportunista, y a todas luces está confeccionada a la medida de la vocación represiva del madurato. Permite su aplicación a la voluntad de miraflores.
La lucha por el Socialismo es la lucha por el Reino del amor que predicó Cristo, es dar base material, las relaciones económicas necesarias para hacer realidad posible, el “amaos los unos a los otros”. Al contrario, la lucha por el capitalismo, es la lucha por el odio de unos contra otros, la esclavitud de unos y la opulencia de unos pocos.
Entonces, si el madurismo liquidó el ensayo Socialista de Chávez, si se alió con los capitalistas, si los estimuló, si se enchinchorró con el imperialismo ruso, la conclusión es que está trabajando las condiciones propicias al odio, está del lado del odio y contra el amor. Y esa realidad no la tapa con leyecillas, con propaganda chueca. No se puede hablar de amor y ser un agente del capitalismo. La derecha gringa odia a maduro, con el odio propio de los capitalistas que disputan cuotas de ganancias, lo mismo es el odio del madurismo hacia a la derecha gringa, el odio hacia los chavistas originarios, los odia porque no los dejan ser capitalistas. Los une el amor a la ganancia capitalista y por defender esa ganancia odian. Y los une el odio al Socialismo, a Chávez, a sus leales.
El madurismo en sus estertores finales, está fabricando leyes para intentar cubrir su incapacidad y su falta de estrategia y densidad teórica, que más bien precipitan su caída.
¡SOCIALISMO ES AMOR!