A propósito de ser ciego

¡Infierno en la 905! El día en que “El Coqui” y sus diablos vencieron a los enviados de Satanás

Lo ocurrido este 26-7-2017 donde una balacera a plena luz del día, cuyo enfrentamiento se dio entre delincuentes y "cuerpos de seguridad" en una zona periférica muy cercana a otro sector residencial de clase media – mejor conocida con el nombre de Cota 905 - ubicada en la capital del país demuestra el significado de lo que algunos denominan como Estado fallido.

En efecto, tales hechos además demuestran que los esbirros de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES), los integrantes del Servicio Bolivariano de Inteligencia Militar (Sebin), los policías del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc), la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) y la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), sólo son efectivos y valientes cuando se encuentran ante una población desarmada y civil que no tiene las herramientas ni la formación para un duelo en tales condiciones; pero cuando tienen que medirse contra individuos que ellos han formado como parte de los colectivos armados que ahora "no cumplen" con las órdenes que se emiten desde "arriba", sino por el contrario, se han convertido en una peligrosa disidencia para ellos, incluyendo el arsenal que éstos grupos criminales tienen en su poder, deja claro que no existe cuerpo policial ni militar que pueda contrarrestarlos, y lo que termina es dejando en ridículos a quienes nos defenderían de una supuesta invasión, cuando un asesino y sus otros matones, además de generar bajas lamentables en los cuerpos policiales, éstos últimos no les queda más remedio que rendirse bajo el remoquete de que la 905 era una "zona de paz", aunque haya habido plomo parejo durante todo un día.

Lo insólito de situaciones semejantes es que el presunto cabecilla de la banda que prácticamente desarticuló a todos los cuerpos policiales, "especiales", de inteligencia y militares que estarían bajo las órdenes de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello en operativos conjuntos de esta magnitud, sería Carlos Luis Revette alias "El Coqui", quien incluso sin ningún tipo de limitación – por reseñas de periodistas – graba y difunde videos por las redes¹ en espacios que por su visión geográfica no dejan dudas de estar cercanos en la conocida cota 905, lo cual no sólo se convierte en un reto para las desangradas fuerzas del Estado, sino que revela que los malandros y asesinos dominan la sociedad en sus anchas, y con máxima y total impunidad.

De hecho, cuando individuos como Valentin Santana dicen que zonas como el 23 de Enero son su "territorio" y que allí quien manda es el colectivo armado "La piedrita" publicando imágenes y videos de sus integrantes mostrando todas sus armas y material bélico, y el régimen madurista no sólo permite tal barbarie sobre la ley, sino que aplaude hechos de tales características, cuando hasta el presidente de la ilegal e ilegítima "constituyente", es decir, Diosdado Cabello es el primer defensor de un asesino como el jefe del grupo paramilitar mencionado, pues entonces: ¿Quién puede decirle a "El Coqui" y sus integrantes que ellos no puedan ser los dueños de la Cota 905? Y también cabría la pregunta ¿Cómo es eso de que llegan todos los "cuerpos de seguridad" para un enfrentamiento en tal sector periférico pero nada de eso ocurre, por ejemplo en el 23 de Enero? ¿Es que acaso hay colectivos armados "buenos" y "malos"? ¿O será que algunos son buenos para el madurismo y otros son malos para esa misma casta política?

Obviamente que tales contradicciones en las actuaciones del régimen en relación con los grupos armados que se han adueñado de la sociedad, deja al desnudo que el madurismo se ha ido fracturando en todos sus componentes, y los colectivos armados no son la excepción, porque al acabarse los dólares que permitían el funcionamiento de esos grupos paramilitares y ultra-radicales, éstos deben buscar sus propias fuentes de financiamiento, y obliga a la cúpula que usurpa el poder político a tener mayor protección para evitar ser objeto de asaltos, secuestros o chantajes de éstos grupos criminales disidentes en las filas del madurismo.

Ante la desgraciadas imágenes de derrota que ayer nos mostraron el FAES, – grupo considerado como asesino de gente pobre e inocente en el informe de Michelle Bachelet, al punto de pedir su disolución inmediata – Cicpc, Sebin, Dgcim y GNB, y verse obligados a abandonar el terreno de batalla, es otra prueba de que régimen no puede ni siquiera enfrentar a los malandros, y menos si éstos son de colectivos armados alzados contra el madurismo.

En consecuencia, es posible que así como ordenaron al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) declarar con "nulidad absoluta" la integración de Venezuela al Tratado de Integración Recíproca (TIAR) por parte de una Asamblea Nacional en "desacato" - ¿para qué declarar nulo, algo que emite un órgano "anulado"? no sería extraño que ahora esa mima instancia de "justicia" nos diga en otra "sentencia" que los hechos que realicen "El Coqui" o similares serán castigados con todo el peso de la ley ¡Ja, ja!

Lo que hemos visto los venezolanos nos permitirá tal vez escribir una novela con el título: ¡Infierno en la Cota 905! El día en que "El Coqui" y sus diablos vencieron a los enviados de Satanás. A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.



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Javier Antonio Vivas Santana

Más de 6 millones de lecturas en Aporrea. Autor de la Teoría de la Regeneración del Pensar. Dr. en Educación (UPEL). Maestría en Educación, mención Enseñanza del Castellano (UDO). Lcdo. en Educación en las menciones de Ciencias Sociales y Lengua (UNA). Profesor de pre y postgrado tiene diversas publicaciones y ponencias internacionales acreditadas y arbitradas por editoriales, universidades e instituciones de España, Rusia, Estados Unidos, Alemania, Francia, y naciones de América Latina.

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