Hablando claro

Pendejera mental

Los científicos tienen que echarle bola e investigar a fondo en qué consiste esa vaina de que hay gente que siente placer al engañar. Que se burlan de quienes creen tantas mentiras juntas; o que tienen esa brujería para insular, ofender, patear, humillar hasta a su propia gente y que éstos, casi que ignotizados, se quedan tranquilos y sumisos ante tantas barbaridades que dicen personeros de la oposición creyendo que los demás son pendejos y bolsas; y muchas veces la pegan y montan la fiesta.

Por ahí dicen que la fiscal Luisa Ortega Díaz está enferma; que hay que solicitar al TSJ un chequeo psiquiátrico, que le patina la cocora; que está fuera de sus cabales; que mintió descaradamente cuando dijo que ella no había apoyado el nombramiento de los magistrados del TSJ y Tarek William Saab le sacudió en la cara la prueba de que sí lo hizo. Y lo dijo así, con su cara muy limpia y rodeada de micrófonos tirando el anzuelo a ver si los pendejos y bolsas lo creían y muchos lo creyeron.

Eso de que los medios de comunicación no le dan la real cobertura a la noticia y que no la publican, o lo hacen a su manera, tergiversando la realidad de los hechos porque algún político de oposición lo dice, debe tener un trato médico especial. Es como casi imposible que aquí se haya acabado el periodismo, una profesión tan digna, solo por la enfermedad de mentir; o que profesionales hayan caído en la bajeza de la manipulación de la verdad sólo por echarle alguito al estómago. O estudiaron para engañar o para comunicar la verdad y no para ser manipulados hasta llegar a la mediocridad de “preparar” noticias para perjudicar a alguien.

Eso que dicen de las atrocidades de la GN y que la violencia opositora es de angelitos es propio de enfermos mentales. De personeros que creen que los demás son pendejos y bolsas. Así, con capucha o sin capucha, mienten descaradamente y así se lo publican los medios.

Hay que ser bien pendejo para que a estas alturas, cuando van más de 85 muertos, sigan creyendo que hay tantos pendejos juntos que les creen tantas pendejadas. Hablan de atrocidades de la GN y de las “santas” protestas “pacíficas” de la oposición. Los “jerarcas” tanto de la política como los de la Iglesia creen que se la están comiendo. Que el show es especial para pendejos.

Pendejo aquel que crea que sus pendejadas caen en gracia. El libreto es que todos los muertos por manipulación juvenil opositora son por bombazos lacrimógenos, donde se ve a las claras, grabados no sé si por ellos mismos, hasta allá no llega mi brutalidad, que los fallecidos han sido por manipulación de armas artesanales, entre ellas morteros, sin estar preparados para ello. Muertos a balazos, quemados, linchados, etc.

Falta una ñinguita así, y no lo hacen porque es imposible un engaño tan descarado, para decir que los quemados se pegan candela ellos mismos; que los linchados se caen golpes y patadas ellos mismos; que se pegan un tiro, es decir, que se auto suicidan como decía Carlos Andrés Pérez en sus pendejadas.

Lo de la fiscal, Capriles, Borges, Maricori, el GN que empujó al diputado al hueco, lo de Pizarro, Freddy Guevara, un tal Richard Blanco, Ramos Allup, alcaldes desfilando con encapuchados, policías municipales viendo cómo queman un Ministerio con 45 niños adentro; en fin, todo eso que esos carajos y carajas hacen creyendo que los demás son pendejos tiene su patología: “Pendejera mental”, una enfermedad no contagiosa que no mata pendejos.



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Pedro Alfonzo Rojas

Antiaco, columnista, premio regional de periodismo de opinión 2016, telegrafista, tipista, montador, diagramador, coordinador, gerente de producción, editor de noticias TV; y sobreviviente de las violaciones de derechos humanos y laborales en gobierno de AD.

 pedrorojas56@hotmail.eso

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