Cinco horas entre echar un pie o tenerlo en la tumba

El domingo 19 de marzo encontraron los cuerpos en el bulevar de Sabana Grande de Yohan Miguel Borrero Escalona, sargento primero del Ejército y de su compañero José Andrés Ortíz, sargento segundo, ambos de 23 años de edad. Ellos venían de la tasca Coliseo ubicada en el popular sector que en una oportunidad fue "rescatado" y reacondicionado por allá por el 2009 o 2010.

Según la prensa, el delito fue perpetrado por una banda de niños y adolescentes en situación de calle llamados "Los Cachorros". Los hombres fueron atacados para despojarlos de sus pertenencias y entre forcejeo un grupo de menores los apuñalaron a eso de las 3 de la mañana por el callejón Pascual Navarro a escasos metros del servicio 171.

Atraparon a dos adolescentes una de 15 años y otro de 10, se desconoce la magnitud de la banda antes mencionada.

Cinco horas antes (Sábado) yo fui víctima del intento de robo de mis pertenencias. El hecho también ocurrió justamente a escasos metros del puesto de servicio de emergencia que a esas horas estaba cerrado. Eran las 10:20 de la noche y venía de echar un pie con un amigo en un conocido bar donde se baila salsa de la buena. Aunque ese día se estaba desarrollando el concierto de Corazón Salsero en la Plaza Diego Ibarra, decidí ir al bar Asunción.

Caminamos dirección a Plaza Venezuela, mi acompañante tenía mi bolso de tela en su mano. Ya a la altura del Gran Café le digo que mejor regresamos para la estación de Sabana Grande. En eso él siente que le intentan arrebatar el bolso el cual se rompe y vemos que una adolescente, de unos 14 o 15 años, lo suelta. Las pocas cosas que tenía caen al piso. Yo molesta reto a la menor a que me quitase el bolso mientras mi compañero recoge las cosas del piso.

En el sitio habían unas cuantas personas sentadas en los pocos visibles bancos entre la zona de los árboles. La niña corre ante mi intención de alcanzarla pero luego se detiene y se acerca. Le digo que se vaya y me contesta que "ella se acerca a quien le da la gana" y que ella vive ahí, en la calle.

Con la impotencia de no saber cómo actuar recogimos todo y tratamos de ubicar a una patrulla para reportar la situación. No había ni una. Ya eran las 10:25 de la noche regresamos a la calle Villaflor y de casualidad venían una unidad motorizada de la Policía de Caracas. Le contamos la situación y se acercaron al lugar.

La niña tenía un short de jean, franela gris con un animal dorado de lentejuelas en el pecho. Junto a ella estaban otros menores pero a quien interrogaron los dos (in)efectivos fueron a la muchacha y a un chico rubio.

¿Dónde está tu cédula?-pregunta al muchacho un policía. No tengo, contestó el menor. El otro policía se acerca a la chica y le pregunta que si conoce a estos dos sujetos (o sea mi amigo y yo) ella niega alzando los hombros y con una actitud de indiferente. Le digo al joven policía que ella me rompió el bolso y quiso robármelo. El efectivo se acerca a ella y le habla en voz baja y luego le pregunta dónde está su familia y ella dice no tener.

Mi amigo le pregunta a ella que si esta es la vida que quiere llevar y si quiere terminar en la cárcel. Ella, muy indiferente, dijo No me importa. Al policía le preguntamos qué se hace en estos casos y él con una respuesta mecánica contesta: eso se lleva a la Lopna (Ley Orgánica de Protección al Niño y Adolescente). Y con "resignación" le dijimos: o sea que ella seguirá robando y no va a pasar nada.

El efectivo de seguridad que interrogó a la niña nos dice que si queremos seguir "divirtiéndonos" él y su compañero estarán por el sector "así que pueden ir tranquilos y disfrutar del ambiente". Decidimos entonces irnos por Plaza Venezuela, volteando de vez en cuando hacia atrás solo por estar alerta.

La lopna y su "amparo"

Varios casos de robos se han suscitado por menores en esa zona. Existe una cierta "inmunidad" hacia ellos pues la mentada Lopna parece que solo menciona la protección en caso de que algún niño sea agredido. Pero ¿qué pasa cuando estos son los agresores?

En agosto de 2014 la Asamblea Nacional aprobó la reforma parcial de Lopna. En la misma se aumentó de 12 a 14 años la edad mínima para que un adolescente sea juzgado por delitos. Asimismo, se hizo una categorización de las penas para que sean proporcionales con los delitos cometidos, no como establecía la norma anterior que estipulaba cinco años independientemente de la gravedad del caso, refiere el diario El Universal en un artículo.

En este sentido se modificaron 156 artículos de la Ley, relacionados con el sistema de responsabilidad penal de los adolescentes contenido en el título 5 de la Lopna. De acuerdo con el artículo 620 de la norma anterior los menores de edad, indiferentemente del delito, tenían una pena de cinco años de prisión. Con la modificación aquellos delitos graves como homicidio intencional, violación, secuestro y aquellos relacionados con drogas tendrán penas entre 6 y 10 años. En otros delitos menos graves como robos y extorsión la pena no superará los 6 años.

Los menores de 14 años que incurran en delitos no serán sancionados, sino que serán dictadas medidas de custodia por el consejo de protección.

Para ese momento el entonces diputado a la Asamblea Nacional por el PSUV, Luis Velásquez, dijo que que los jóvenes con edades comprendidas entre 12 y 14 años tienen una incidencia casi nula en la comisión de delitos (alrededor de 0,01% de los delitos) por lo cual consideran más adecuado ejecutar medidas para proteger y guiar a los jóvenes en lugar de sancionarlos.

Este lunes 20 de marzo, en la morgue de Bello Monte, la madre de uno de los occisos declaró que duda que se haga justicia por tratarse de dos menores de edad que en flagrancia fueron atrapados, y no se explica cómo es que los antivalores llegaron a un punto insostenible.

Ni un niño más en la calle

Recuerdo que en los años 90s en Caracas fueron controversiales, salieron canciones relacionadas con los niños abandonados y que caían en las drogas y el bulevar de Sabana Grande era guarida de mendicidad, delincuentes y niños en situación de calle. Cuando Hugo Chávez llega a la Presidencia prometió "cambiarse el nombre si en 6 meses había niños de la calle".

En el mensaje anual de 2009 el presidente Hugo Chávez aseguró que hace 10 años se había registrado más de 8 mil niños en situación de calle. "Hoy no hay niños registrados que estén abandonados en las calles. No hay niños de la calle, que vivan, duerman en la calle. Claro, hay un (...) remanente de niños que van y vienen, pero ya no están abandonados, pero es un número muy bajo".

Tantas alarmas, tantos mensajes, tantas denuncias por las redes sociales sobre el caso de estos menores de edad en Sabana Grande, en pleno 2017. Quizás el intento de robo de mi bolso no es tan grave para la (in)justicia indiferente que tenemos en el país, pues horas después terminó en doble homicidio de dos sargentos de las Fuerza Armada Nacional Bolivariana, que también tenían su derecho de "echar un pie" en su tiempo libre. Quién sabe qué mafias hay detrás de los delitos de estos adolescentes. Es posible que esos que capturaron en flagrancia hayan sido los mismos personajes de la historia. No sé, ¡Quién sabe cuántos muertos tendrán esos "Cachorros"?



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