El Rodeo: una tragedia en pañales para la masacre de Sabaneta

Con los sucesos de la cárcel de El Rodeo, la oposición pretende poner al Gobierno revolucionario contra la espada y la pared. Por un lado ataca y agrede si actúa y por otro critica y blasfema si no interviene. Las puñaladas traperas son y serán siempre su estrategia.

Hablan de derechos humanos y cuando Acción Democrática y Copei tenían el poder nunca les importó la vida de la gente prisionera en los barrios muriendo de hambre; qué les pueden importar ahora los presos de las cárceles del país; pero acusan, arremeten, aprovechan la circunstancias, para tratar de minar el proceso revolucionario. Insisten en sacar al presidente Hugo Chávez a costa de lo que sea.

Nadie niega los depósitos de seres humanos en que están convertidos los centros de reclusión en este país, pero el problema de los opositores es que ellos, primero no tienen moral y, segundo, carecen de credibilidad para hablar del tema carcelario.

Sin embargo, siguen creyendo que la población es estúpida, que no tiene memoria y eso es otro error que por fortuna cometen y digo por fortuna, porque ellos mismos se ponen en evidencia, ¿por qué?, porque la tragedia de El Rodeo y cualquier otro disturbio producido en las prisiones venezolanas, les queda en pañales a los sucesos de la Cárcel Nacional de Sabaneta, donde murieron 112 internos –aunque los reclusos dijeron en su oportunidad que esta cifra era mucho mayor- en el peor desastre penitenciario que en 1994 le dio la vuelta al mundo. Venezuela en ese entonces era presidida por Ramón J Velázquez tras las destitución de Carlos Andrés Pérez, unos meses antes del segundo mandato de Rafael Caldera. Y el Zulia estaba gobernado por la doctora Lolita Aniyar de Castro.

Pero vamos a decirlo de forma más directa por si todavía no me he sabido explicar: Cuando todos esos opositores que hablan de ineficiencia, de derechos humanos y hacen pucheros refiriendo los muertos y heridos de El Rodeo, eran poderosos y estaban bien agarrados en sus gobiernos adecos y copeyanos, les reventó en sus narices, en su irresponsabilidad, en su corruptela, el infierno de Sabaneta.

La masacre de la Cárcel Nacional de Maracaibo no se trató de un evento fortuito ni accidental; ese fue un suceso producto de una crisis carcelaria signada por las mafias, los vicios y la perversión, que se agravó paulatinamente amparada en la indiferencia de los gobiernos de la guanábana, y avanzó impunemente mientras los opositores que en estos momentos se erigen como salvadores ante la población, bien sea por corruptos o por incapaces, no lo detuvieron y explotó.

Nunca solucionaron nada, pero hoy en día se colocan una corbata y se dejan el nudo flojo, se arremangan la camisa hasta los codos, se salpican con agua la cara para que la gente les vea las pupilas humedecidas de dolor y, con la mayor desfachatez, le exigen al Gobierno de Chávez que les solvente el problema que ellos durante 40 años no lograron resolver. Imagínense ustedes, mis amigos lectores, así cualquiera es guapo.

Por suerte a esos opositores los conoce la gente, los tiene plenamente identificados, y sabe que se caracterizan por esa forma ruin y cobarde de hacer política.


albemor60@hotmail.com


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Alberto Morán


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