Somos víctimas del poder político de Estados Unidos, víctimas de un ensañamiento racista que criminaliza a nuestros compatriotas por sus rasgos, no se les considera importantes después de haber ayudado al desarrollo de ese país.
Detrás de la fachada humanista de Obama, discursos, banderas y consignas de libertad, existe una horrenda estructura de decretos como el firmado el 13 de agosto del 2010, normativa que autoriza 600 millones de dólares mas, 1500 agentes y la compra de aviones no tripulados, sistemas de comunicación y nuevas bases de detención e interceptación de inmigrantes en la frontera con México, mientras la ley antiinmigrantes se multiplica en Florida y en otros 11 Estados desde Arizona. Defensa extrema para que las armas continúen fluyendo hacia México.
Era de esperarse y así fue escrito en Aporrea, la ley antiinmigración de Arizona, buscaba un efecto multiplicador, ahora se suma Florida, Bill McCollum, fiscal general y candidato para gobernador por los republicanos, igual que otros candidatos para el senado, sumado los demócratas para las elecciones de noviembre encuentran en los inmigrantes la fuente para ganar votos.
Según la propuesta de McCullum, buscar trabajo sin papeles es un delito para los que no son estadounidenses, otros 11 Estados ultiman sus propuestas con los senadores, jueces, alcaldes, fiscales, gobernadores, cualquier racista se suma a la ley antiinmigrante; no reconocer a los hijos de los inmigrantes nacidos en los EEUU, sancionar a los que protejan, ayuden y faciliten trabajo a los inmigrantes, prohibición total de acceder a los servicios sociales en crisis por el enorme déficit fiscal que arrastra el gobierno de Obama, agravan día a día la permanencia de los compatriotas en suelo estadounidense, y cuyo principal ejecutor es, Joe Arpaio, racista y xenofóbico rambo retirado, policía conocido por las redadas que hace contra los latinos.
Lo más grave de esta situación es, que los compatriotas residentes allá no tienen respaldo de nuestros gobiernos, excepto tibios reclamos para que la opinión pública diga que se está haciendo algo. No hay un bloque de naciones hermanas del ALBA o las “independientes” de UNASUR que se pronuncien para ayudar a nuestros coterráneos.
No hay un pronunciamiento radical que haga conocer a los norteamericanos, mediante la reciprocidad que el periodo de sumisión y mansedumbre termino. Nos quejamos en silencio con indignación y resignación, nuestros líderes caen en la demagogia de acusar a los demás por sus limitaciones e hipocresías políticas a nivel internacional.
Para que mierda recordamos a Bolívar, Sucre, San Martin, Artigas, O´Higgins, Espejo, Manuela, en sus luchas por la libertad con tanta vehemencia, sino aplicamos normativas básicas de soberanía. Propusimos otra OEA sin EEUU y Canadá, basta de palabras, consolidemos un modelo ideológico social de respeto que consolide una democracia procedimental plena al ejercicio de derechos ciudadanos en nuestra diplomacia.
Recordamos a Bolívar, para la agenda publicitaria, pero, con absoluta indiferencia a las necesidades de los compatriotas en el extranjero. En 10 años transcurridos del siglo XXI, cuando festejamos el bicentenario de las independencias Latinoamericanas y en menos de 2 años de la administración Obama, no transitamos hacia la consolidación de un modelo socialista que sea capaz de dar autosuficiencia a las naciones del ALBA y UNASUR que brinde posibilidad a nuestros ciudadanos de participar en el medio estadounidense con dignidad en base a acuerdos bilaterales de seguridad para subsanar errores legales de permanencia y libertad para la cooperación social de nuestros compatriotas en un margen de respeto y dignidad.
Obama, en dos años o menos en la presidencia ha deportado a más compatriotas que ningún otro presidente, las cifras se mantienen en reserva, pero se calcula que superan los 400000 latinos.
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