Alejandro Fleming: estáis podrío’ ¿Qué hiciste con la penicilina, Samán?

Se le atribuye el descubrimiento de la penicilina al científico escocés Alexander Fleming. No sé si los padres de este ministro hoy en día al descubierto en sus corruptas actividades lo harían con conocimiento, por eso de bautizar a su hijo con el mismo nombre de este científico, al ser Alejandro la versión española del nombre. El caso es que el científico, al menos, y cuenta la historia que fue por casualidad, nos dejó algo útil. Lo importante es que tuvo la capacidad de observar y concluir correctamente sobre lo que estaba pasando. Pero este y que ministro lo que hace es contribuir al caos en el que nos quieren sumergir los que se dedican a la corrupción.

El Alejandro Fleming criollo nos está causando los siguientes efectos adversos, atribuidos a la penicilina: diarrea, hipersensibilidad, nauseas, prurito, neurotoxicidad, urticaria, fiebre, vómito, eritema, dermatitis, y pare usted de contar. Es demasiada la corrupción y demasiada la impunidad, así que somatizamos nuestro “descontento” (para ser educada) y se nos manifiestan todos estos síntomas. Cada vez que hay alguien que quiere hacer las cosas bien y honestamente, sucede lo mismo. ¿Cómo no vamos a estar molestos (para decirlo educadamente)? No me cansaré de repetir lo que ya he dicho en casi todos mis escritos: más daño le han hecho los disfrazados de rojitos a esta revolución que los escuálidos declarados. ¿Por qué no se termina de dar el poder al pueblo, con la organización comunal, tribunales comunales y contraloría comunal? ¿Por qué seguimos dependiendo de “revolucionarios” miserables, descarados, ladrones, que día a día, por estar en puestos claves nos hacen la vida de cuadritos al pueblo llano y trabajador?.

Aquí en el Zulia la “medida” tomada por Fleming criollo tendrá una repercusión gravísima. Mientras el Gobernador Arias y su equipo están “largando el forro”, como decimos en Maracaibo, para acabar con el problema del contrabando, los” bachaqueros” y la especulación, lo mejor que se le ocurrió al ministro podrío’ fue cortar las competencias nada más y nada menos que de Samán. El Indepabis seguirá siendo, entonces, inexistente en el Zulia. Dime Fleming criollo: ¿por qué no te vas “demasiado” a lavarte ese “paltó”? Dígame Presidente Maduro: ¿no venía Samán a proteger al pueblo? Sea coherente.

Camarada Samán, tú eres farmacéutico. ¿Dónde está la penicilina? Hay que conseguirla para inyectarle al menos 12 ampollas de 1g al Fleming criollo, a ver si se le va tanta pudrición mental y de alma. También tengo la esperanza, camarada Samán, que ya que el Sundecop se burló del ramo farmacéutico y nunca reguló los precios de las medicinas, como se había estipulado hace casi dos años, que averigües qué pasó con eso y lo hagas cumplir. Te lo digo con todo el conocimiento de causa, que aparte de la comida y artículos de higiene personal, las medicinas se consiguen es en Colombia, no en el Zulia. Los laboratorios farmacéuticos las envían para allá y luego las traen para Venezuela a precios astronómicos con la excusa que tienen que importar con dólar paralelo. Es el mismo dólar con el que se importan las pepas para la erección masculina, las cuales nunca faltan, independientemente del laboratorio farmaceútico, pero no hay para anti-hipertensivos, hipoglicemiantes, anti-convulsionantes y psicotrópicos. Te cuento Samán, que hace meses que en Maracaibo no se consigue la leche de Magnesia, ni el Nafazol, ni el Pedialyte, ni el suero de papeletas. Te puedes imaginar el resto.

Samán, tienes al pueblo. Trabaja, entonces, rápidamente, con las comunidades, para que seamos tus ojos y tus oídos, ya que te dejaron a los jefecitos y empleados corruptos. Así no vas poder trabajar bien. Nosotros podemos ayudarte.

Otra cosa. Bien lo dijo el Gobernador Arias en estos días: “No podemos mantener a toda la costa colombiana”. Tampoco me trago tanta complacencia con Colombia. Son doscientos años manteniéndolos y que ellos nos “echan miedda” sin cansarse. ¿No y que ellos son mejores que nosotros? Pues que trabajen y produzcan ellos lo que consumen, no que lo saquen de Venezuela. ¿Qué diferencia hay entre el despojo imperialista y el que nos hace Colombia? Seamos productivos, tenemos la posibilidad de autoabastecernos y de negociar con los países vecinos. Pero una cosa es negociar y otra dejar que nos “echen miedda”. De verdad que todo este asunto está bien podrío’.

durante.paula@gmail.com



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