La Utopía de la Libertad

Esclavitud versus Libertad (II)

En esa época esclavista en Europa los hombres se preocupaban, por tener reconocimiento y dinero y es que sin duda el dinero ha sido por millones de años el sistema más perverso que lleva a la degradación de la raza humana. Mientras que los españoles vivían en una sociedad injusta, viajando por todos los mares recorriendo cada rincón del planeta, en busca de un simple trozo de tierra para hacerse acrededores de una fama sin sentido; los indígenas compartían lo que habían logrado cazar en el día, que si un baquiro, un chigüiro, una lapa o las frutas que recogían, todo esto era llevado a una reunión que recogía a todos los integrantes de la tribu alrededor de una fogata, donde los niños jugaban, sus padres reparaban la choza y sus madres asaban un trozo de ese chigüiro, todo esto constituía un espacio armónico y feliz, un espacio en total equilibrio con el ambiente y con ellos mismos ya que no se necesitaba explotar el suelo en busca de recurso naturales para estos momentos, momentos con los cuales acabaron los españoles, que llegaron en su busca de tierra y traían con ellos la miseria, la esclavitud, un sistema de gobierno que llevo al fracaso temporal de la sociedad indígena establecida en América, y digo temporal, por que ni esa miseria, ni ese odio, ni esa poca comprensión , ni ese modo estúpido de pensar que lograrían dominar algo que era libre en su esencia, que poseía aquella libertad innata; fue suficiente para esclavizar un pueblo, una sociedad, un mundo pequeño conformado por una agrupación de seres diferentes que vivían en una estructura social casi perfecta, y esta estructura perdura aun hoy, a pesar de todos esos intentos que han habido de disolverla, no igual a la existente antes de la llegada de los españoles, ya que la cultura indígena al igual que los españoles sufrieron modificaciones y reajustes y una de las personas que vio esto fue Arturo Uslar Pietri, cuando habla de una gama de aspectos que explica el proceso de extrañamiento que vivieron los españoles y los indígenas, el desajuste y el reajuste, y dice: “ Al día siguiente del descubrimiento de América, irremediablemente, el español ya no pudo seguir siendo el mismo que era, pero el indio americano tampoco. No hubo regreso para ninguno de los dos. Se marcaron, se influyeron, se desnaturalizaron, se modificaron mutuamente de un modo profundo”.2

De todas estas torturas negligentes de parte de estos seres ignorantes - los españoles -; surge una verdadera razón que poseían los negros y los indígenas para vivir, luchar, dar su vida; un ideal justo que a mi manera de ver es justificativo de muertes, matanzas y demás:”LA LIBERTAD”. Por este ideal los negros y los indios fueron capaces de dar sus vidas, de luchar a muerte por que se les fuese devuelto, pero el tener un ideal, no era suficiente. Había una fe, una esperanza que los impulsaba; y esta fe sé debía a Dioses, a seres míticos, que algún día fueron seres reales, personas que por sus acciones fueron concebidas como Dioses, que daban el aliento necesario en una batalla, una guerra entre dos culturas totalmente diferentes, una luchaba dignamente por su libertad y su cultura, mientras la otra solo tenia ansias de encontrar lo que para muchos españoles en aquella época fue motivo de sumergirse en selvas que hasta aquel momento solo habían sido penetradas por los indígenas en busca de lo que muchos llamaron “El Dorado” una ciudad en la cual se decía que su rey (Dorado) se bañaba e polvos de oro molido, una historia que se tejió en torno al descubrimiento de América y la construcción de esta historia por parte de los españoles, solo muestra la clara expectativa que poseían de encontrar riquezas, minerales, como el oro, diamantes, plata entre muchos otras y hacerse dueños de las riquezas humanas, pues como dijo Simón Rodríguez:”La experiencia es el fundamento de la Libertad”5, y se aprovecharon de esta poca experiencia que poseíamos, pues no conocíamos la hipocresía, la mentira, la traición, la deslealtad, la tiranía, la esclavitud; o al menos no la habíamos vivido en el grado con que ellos la inculcaron en nuestra sociedad, provocando la unión de un pueblo maltratado, insultado y minimizado, para recuperar lo que por lógica les pertenecía. La fe de nuestros aborígenes era inimaginable incalculable y su lealtad a los Dioses no se podía comparar en aquel tiempo con la lealtad que los hombres se prometían entre ellos, un claro patrón de esto se encuentra en toda la narración de la novela “El Reino de este Mundo”3 y el libro “Visión de América”4, ambos del Autor Cubano Alejo Carpentier.

2 Arturo Uslar Pietri (1992) fue una de las personas que observo este proceso de observación, desajuste y reajuste tanto de los españoles como de los indígenas. -

5 Juan Antonio Calzadilla Arreaza (2005), “El libro de Robinsón”; un camino hacia la lectura de Simón Rodríguez.

3 En esta novela sumergida en el istmo literario de:”Lo real Maravilloso”, muestra la fe a los Dioses que poseían los negros africanos y esta misma fe los mueve y les da el valor necesario para revelarse contra los blancos, en una batalla que más haya de un ideal de libertad esta guiada por una sed de venganza.

4 Este libro, que narra el viaje de su Autor: Alejo Carpentier a la Gran Sabana y dibuja con letras el glamur literario que da la impresión de ver y sentir este paisaje impenetrable e impetuoso, donde se representa lo que el llama: “La Revelación de las formas”, a través de ríos, rocas, montañas, nubes y otra serie de elementos.

Correo: jonathan_contreras_16@hotmail.com


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Jonathan Alirio Contreras Molina


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