¿Intento de fraude electoral o indicios de una trampa?


Quienes lanzan acusaciones de fraude gigantesco en las elecciones referendarias habran de contar con la suficiente documentación probatoria, porqué al término de una investigación seria tendrán que asumir la responsabilidad que las mismas conllevan.

Los denunciantes debieron haber mostrado mayor cautela respecto a la magnitud del hecho al menos hasta que se avanzara en su verificación ya que la manera como se ha venido presentando la información, puede colocarlos en tela de juicio respecto a un interés particular al tratarse del adversario perdedor en esa contienda .

Respecto a lo anteriormente dicho veamos los siguientes elementos:

Primero,....¿ quien se beneficia primariamente con tales acusaciones?
....Quien se señalaba como más seguro ganador, no debía tener interés en manchar los resultados.

Segundo, la no aceptación de resultados por parte del sector opositor, desde mucho antes del acto de votación, los mostraba más como inseguro triunfador y hasta como eventual embaucador.

Tercero, los acusadores, repesentantes de la vieja política, cuentan con una larga historia de vicios electorales, como la tan recordada “Acta mata voto”, los casos de urnas electorales desaparecidas, o tarjetas de votación flotando en ríos o entremezcladas en basureros.

Cuarto, los antecedentes de violación de la presente Constitución por esta misma gente, entre ellas, la utilización de un referendum consultivo para revocar al presidente. O el cuestionado “firmazo” inmediatamente antes del actual Referendum Revocatorio.

Quinto, la obstaculización de cualquier procedimiento tendiente a depurar el proceso eleccionario, como su antagónica animadversión respecto a las máquinas caza-huellas para evitar el votante múltiple, o el voto del fallecido que persiste en el registro electoral desde décadas de la democracia puntofijista.

Sexto, en el momento de la votación, aquellos intentos fallidos de mostrar una tarjeta electoral opuesta a la seleccionada al marcar el SI en la máquina de votación.

Por último, más allá de éso, la pobre argumentación de que una manipulación por expertos de las computadoras permitiría programar un fraude colocando un tope bajo a los votos del SI, increíblemente en las mesas electorales de los barrios más humildes, donde el techo natural de esa opción era bajo de por sí.

…..¿Para qué iba a correrse ese riesgo en aquellas mesas donde no había mucho que buscar?

Tan cuesta arriba entender esto, que sí, como ellos afirman, había una cifra tope para el SI, por encima de la cuál no se le procesarían más votos, luego aparecen cifras menores que el tope señalado dentro de la misma denuncia. O sea, que el máximo de los votos del SI no llegaba espontáneamente al tope en cuestión en esa máquina, como si fuera su techo natural..Comprensible lo último tratándose de una mesa de “tierruos”.

…..Cabría uno preguntarse, ante la insistencia en una acusación con esas características, si no fue más bien que accidentalmente se colocó el tope a la opciòn contraria descuadrándose el plan original.

Ante este escenario, una alternativa en una mente maquiavélica bien podía ser transformar la intención de fraude en una trampa para endilgárselo al adversario, con lo cuál se lograría el desprestigio de la elección y de su árbitro el Consejo Nacional Electoral, así como evadir una derrota anunciada.


* Médico- Profesor Universitario



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Dr. Jesús Rodríguez Silva*

Médico y Profesor Universitario.


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