El Gobierno Nacional, la Constitución Bolivariana y las intenciones serias de algunos, han puesto sobre el tapete propuestas de cambio de la Universidad Venezolana que la deslastre de fallas, distorsiones y malos manejos, la actualice y la coloque en sintonía con el proceso transformador que el país necesita.

Desde tiempos bastante anteriores al presente gobierno, se viene emitiendo opinión respecto al enclaustramiento y el visible y progresivo deterioro de la Universidad Venezolana con diversas propuestas de cambio emitidas desde entonces. Y, luego del referéndum aprobatorio de la nueva Constitución, los preceptos fundamentales de equidad y justicia para el pueblo venezolano que ella impone y la consecuente obligación de adecuación de las leyes de la República, abre el camino para reales cambios largamente propugnados.

Personalidades de reconocida trayectoria y batallar en estas lides perseveran y consideran a esta ocasión como oportunidad única que nos brinda el actual régimen instaurado en 1999 para recorrer el camino transformador. Otros, independientemente de sus méritos, obvian este camino por distintas razones, ya sea por anteponer otros intereses, o visión elitesca y egoísta, o defectuosa sensibilidad social y simplemente no compartir totalmente los postulados de IGUALDAD, LIBERTAD Y FRATERNIDAD que de la Revolución Francesa hicieron nuestros, los dos geniales Simones suramericanos. Y peor, los que bloquean un sendero claro por los tradicionales manejos de la política malsana. Pero, también hay aquellos dudosamente empatados en un proceso de cambios y con un mayor ánimo de figuración . Espectro de posibilidades humanas aún más amplio, con que contamos para sacar a la luz una Ley transformadora para el sector universitario o nivel Superior de la Educación.

En el equipo de gobierno hay de esas personalidades reconocidas por su vasta experiencia y lucha incansable necesarias para el aporte de ideas a la hora de conjugar un Proyecto o Anteproyecto de Ley. En las casas de estudio se movilizan otros, o para hacer la contrapropuesta por mera oposición política, o los afectados por el viejo esquema que claman por una real transformación. Y fuera de ellas, interesados también todos los y las jóvenes de esta nación, y sus familias con legítima aspiración a superarse y mejorar su estatus, aspirantes con derecho a ser admitidos y a la participación. O, el pueblo beneficiario de las promociones de profesionales y técnicos, o investigadores suficientemente capacitados.

Una Comisión del Ministerio de Educación Superior muestra en las últimas semanas unas “PROPUESTAS PARA LA DISCUSIÓN DE LA LEY DE EDUCACIÓN SUPERIOR”. Entendido como papel de trabajo sistematizado (no un esquema rígido) para iniciar un proceso de discusión y participación nacional que termine por constituirse en nueva Ley. Por otro lado, desde la misma OPSU, desde el 2001 se nos viene ofreciendo “Proposiciones para la nueva Ley de Universidades” (Revista Debate Abierto, Año V,IV,pp.22-41.2001) y “Orgánica también para la Educación Superior” (tomada del libro “Transformación: urgencia de la Universidad Venezolana”, Edit.. Metrópolis C.A.), dentro de una multitud de publicaciones con ideas transformadoras emitidas por el director de esa oficina.

También algunas Universidades adelantan propuestas para cuya discusión y elaboración sus autoridades la circunscribieron a lo interno.

Abierto oficialmente por el M.E.S. el proceso constituyente de esta Ley, se ofrecen foros abiertos para la participación y discusión en diferentes regiones del país con fecha tope para intentar completar un proyecto en la tercera semana del próximo mes de julio.

Ya arrancaron mostrando la misma bandera transformadora los ubicados en caminos opuestos, para que se logre un objetivo verdadero o falso, completo o incompleto, de cambio. ¡Cuidado con los desubicados!.

El sano propósito debe ser aportar para el bienestar del país y para los enraizados en él .


(*)Médico- Profesor Universitario
CI: 1785684