Venezuela, gente de paz

Sin ninguna duda, que a través de la historia, ha quedado demostrado contundentemente que el pueblo venezolano es gente de paz. Y es una necesidad suprema el esforzarnos por mantener esta importante y genuina idiosincrasia, para que en el futuro podamos salvaguardar que tenemos montañas y ríos repletos de oro y de muchos otros minerales como el petróleo, el hierro, la bauxita, el carbón y los nada despreciables, uranio, plutonio y otros.

Además, contamos con llanos y valles húmedos de vigorosa savia que nos permiten tener los soberbios cocoteros, plátanos, cafetos, cacaoteros, maizales y grandes frutales que fecundan la tierra de Simón Bolívar y el resto de nuestros patriotas.

Somos gente de paz, somos un pueblo laborioso, humilde y honrado que merece se le deje estudiar y trabajar en paz sin perturbaciones estériles y denigrantes. Que no se constriña al uso de la espada y el cañón de la violencia como se le ha venido asediando por espacio de hasta cien días de perdidas innecesarias.

Somos gente de paz porque otros tiempos ya quedaron en el pasado como la colonización, la conquista, nuestra cruenta guerra de independencia, las dictaduras y las guerras intestinas. No debemos tener la menor inclinación de vituperar nuestra independencia y nuestra libertad. No debemos convertir nuestra clara Libertad en un vil libertinaje, solo por acariciar algunas ansias de poder recuperar el terreno perdido, pues no supieron administrar los recursos del Estado en favor de las grandes mayorías.

Es una torpeza confundir nuestra democracia de los últimos tiempos, con las vulgares dictaduras del pasado que han ensangrentado a nuestra patria. El progreso material, educativo, sanitario, social y cultural de Venezuela, durante los dos últimos gobiernos es indiscutible que no se puede soslayar; y la paz se ha sabido conservar a pesar de los embates de odios y rencores que algunos, actualmente y sin razón, quieren impulsar.

La noble masa popular no se debe dejar arrastrar, como la balandra que arrastra su bote auxiliar, por un grupo altisonante, agresivo y ávido de asumir el poder por la fuerza y no por el voto. No se puede tratar de envilecer a una parte del pueblo venezolano, pues como diría Andrés Bello "jamás un pueblo envilecido ha sido capaz de ejecutar los grandes hechos que ilustraron las campañas de los patriotas".

Hay que perseverar y dignamente derrotar el apoyo económico y mediático, así como la compra de la conciencia de algunos grupos de venezolanos, que desde el exterior propician entes extranjeros, especialmente los Estados Unidos de América, con la aviesa intención de apoderarse de nuestras riquezas petroleras y mineras.

joserafaelmarval@gmail.com



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José Rafael Marval


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