Con relación al Día de la Mujer. Carta abierta al Consejo Editorial del Últimas Noticias.

Una sociedad más justa pasa ineludiblemente por combatir todas las formas de opresión. Por ello, la construcción de relaciones de género más equitativas es una preocupación ampliamente compartida en el mundo. Múltiples estudios sobre la realidad social latinoamericana indican que la feminización de la pobreza, la discriminación de las mujeres en diferentes ámbitos de la vida regional y la violencia de género son problemáticas comunes en este lado del hemisferio. La Venezuela del siglo XXI ha experimentado mejoras sensibles con relación a las reivindicaciones fundamentales de la mujer. Ahora bien, es mucho lo que nos falta por avanzar en esta dirección.

A partir del año 98 se promulgaron algunas herramientas jurídicas y diseñado políticas públicas dirigidas a reconocer el papel fundamental de la mujer en la sociedad venezolana, estimular el pleno ejercicio de la ciudadanía de las mujeres en materia política, educativa, cultural y laboral y proteger a las mujeres contra la violencia de género en sus diferentes expresiones. Sin embargo, basta con echar un vistazo a un prestigioso periódico de circulación nacional para llamarnos a la reflexión sobre lo que nos queda por trabajar.

El día 5 de marzo llega a mis manos la versión digital del diario Últimas Noticias -del cual soy lector asiduo- topándome con una doble sorpresa al ojear un artículo escrito por Grace Oria en la sección de sucesos. Mi primera sorpresa se debe al contenido de fondo del artículo, el cual narra un crimen abominable ocurrido en el estado Zulia. Posteriormente, el análisis de los hechos realizado por Oria me generó casi tanto estupor como los hechos ocurridos.

El artículo versa sobre una banda delictiva que operaba en el barrio Balmiro León, dedicada al secuestro de mujeres para ser forzadas a realizar videos pornográficos. Estas mujeres eran contactadas de manera virtual y luego agredidas salvajemente por sus captores. Gracie Oria describe los hechos de la siguiente manera "Renzo acudía a la contundencia de un bate de metal y el filo de un machete para obligarla a cumplir sus perversos deseos". Aunado a esto, la articulista puntualiza "Luego del asombroso rescate Renzo y su cómplice se encuentran evadidos de la justicia". Sin lugar a dudas, un crimen como este invita a una revisión profunda de los valores constitutivos de nuestra sociedad, a la preocupación por la situación actual de decadencia de los principios y a exhortar a los cuerpos policiales y a las instituciones que les compete la administración de justicia a tomar cartas en el asunto inmediatamente.

No obstante, aún turbado por la información sobre el crimen, continuó leyendo las últimas líneas del artículo, para encontrarme con la terrible impostura de Oria en la siguiente redacción: "Los deseos de Neidelyn de salir de la rutina de su matrimonio le pasaron factura, pues esa noche se fue "escapada" de su esposo con la excusa de salir con sus amigas" y por si fuera poco, culmina, cual terrible imitación de una fábula de Esopo con la siguiente "moraleja": "esos días fatídicos jamás serán olvidados por la mujer que ahora pensara varias veces antes de pronunciar la frase "noche de amigas". Es decir, la víctima aprendió la lección por infiel.

Dijo alguna vez el viejo Rigoberto Lanz "Las palabras no son neutras. No crea que usted "usa" las palabras. Más bien es usted el que es usado por las palabras". Es impresionante como la víctima es criminalizada en la redacción de Oria. La moral patriarcal es incapaz de indignarse y condenar este horrendo crimen sin antes culpar a esa mujer por haber intentado tener una relación extramarital. El final dado por Gracia Oria le quita importancia a la barbarie cometida contra la joven de 23 años de edad e implícitamente la somete a un juicio "moral".

Creo que luchar por las reivindicaciones de la mujer implica combatir la cultura patriarcal y educar a la sociedad en nuevos valores frente a la vida. En esta dirección, los medios de comunicación públicos y privados juegan un papel fundamental abriendo espacios para la reflexión crítica sobre la realidad de las mujeres en esta sociedad. Por ello, considero, modestamente, que el Consejo Editorial del diario de circulación nacional Ultimas Noticias y su Director Eleazar Díaz Rangel le deben una disculpa a sus lectoras y lectores por las condenables opiniones traslúcidas por Oria en su artículo. Sugiero aprovechar el convencionalismo del Día de la Mujer para abrir un debate en el Consejo Editorial de UN sobre este hecho.



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Damian Alifa

Combatiente en la batalla de las ideas

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